ADMIRA el entusiasmo y coraje de quienes ponen buena cara al mal tiempo. Le disgustan la apatía y pesimismo de quienes dan la espalda a la realidad, renunciando a transformarla. Le gusta la Sevilla elegantemente sencilla de la cal, el albero, las moñas de jazmines, la vida breve del azahar, la alegría de las azoteas de geranios y claveles, la melancolía de los patios de helechos y pilistras. Su escritor favorito es Bécquer. Admira a Miguel Mañara por la fundación del Hospital de la Santa Caridad, fusión perfecta de la belleza estética y la espiritual, del arte y una caridad tan humana y atenta al detalle que no olvidó ni el bebedero para los perros de los ciegos y los mendigos.

Después que la vida la hiriera de la forma más cruel que pueda hacerlo eligió el compromiso en vez del olvido, permaneciendo voluntariamente junto a quienes libraban la misma batalla que ella libró, llorando con quienes la perdían y riendo con quienes la ganaban; dedicando su vida a buscar los medios para luchar más eficazmente contra la enfermedad, formar mejor a los médicos, dotar de más medios, humanizar las estancias hospitalarias y ayudar a las familias.

Su encuentro con Andex, la Asociación de los Padres de Niños con Cáncer de Andalucía creada en 1985 por iniciativa de la doctora Ana María Álvarez, jefa de la Unidad de Oncología Pediátrica de los Hospitales Universitarios Virgen del Rocío entre 1973 y 2005, fue decisivo. Ejemplo de sociedad civil, Andex trabaja para fortalecer el Centro Oncológico Infantil del Virgen del Rocío, ya sea cofinanciando la construcción de la planta de oncohematología pediátrica o financiando el proyecto de un hospital de día "cómodo, con jardín y familiar, donde los niños esperen, sin temor, su turno de quimioterapia". Y apoyando emocional y económicamente a las familias, no sólo con los necesarios auxilios materiales, sino con cuanto ayude a fortalecer la estabilidad emocional o reconstruir la unidad familiar, gravemente afectada cuando el dolor que más duele, el de los hijos, ciega los horizontes e incomunica.

Es María Luisa Guardiola. Desde hace muchos años preside Andex. No hay calle que no haya andado, puerta a la que no haya llamado, teléfono que no haya marcado o iniciativa que no haya acometido para lograr fondos y ayudas. Andex no es ella, porque ninguna gran obra lo es de una sola persona, pero ella es toda de Andex. Por eso hoy el Ateneo la nombra con todo merecimiento socia de honor en un acto en el que intervendrá la doctora Álvarez haciendo el tradicional discurso laudatorio. Cumple con ello el Ateneo el antiguo mandato: honra a quien honra merece.