la caja negra

Carlos Navarro Antolín

Las mejores visitantes del Ayuntamiento

LOS viandantes de la Carrera de San Jerónimo confiesan ante las alcachofas que no tienen ni zorra idea de que en el hemiciclo se celebra el Debate sobre el Estado de la Nación. El público ignora. O se hace el ignorante. Ojos que no ven, debate del que te libras. Habría que meter las alcachofas y preguntar a pie de calle sevillana por las diez horas de Pleno de ayer. Nadie habla del dragado, ni de la ordenanza de la circulación, ni de la reforma local, ni de las atarazanas. ¿Hay o no hay trabajo? He ahí la cuestión, piensa con la calavera en la mano (In ictu oculi) uno de esos sevillanos de minoría que acuden a los plenos. Porque al igual que hay hermandades minoritarias, casi desconocidas y al borde de la extinción, existe un selecto ramillete de ciudadanos que no se pierde un Pleno, como esos sevillanos mirones de obras, paseadores de la planta baja de grandes almacenes e incluso usuarios de las líneas circulares de Tussam, que nunca tienen fin del trayecto.

Entre tanto discurso previsible y de carril, entre tanta votación carente de sorpresa, entre tanta intervención leída y tanta respuesta aprendida, la planta alta del Ayuntamiento recibe la visita de una clase de alumnas del colegio de las Hermanas de la Cruz. Una pareja de religiosas (símbolo de la mejor Sevilla dual), una decena de menores y un veterano profesor que explicaba el patrimonio pictórico que ahora se relanza mediante proyectos megalómanos. Pasan las religiosas y sus alumnas. Silencio. Son las monjas de una compañía que en 2012 declinó el título de Hijas Predilectas de Sevilla.

-¿Hermana, eso es verdad?

-Llamó un señor muy amable en nombre del alcalde. Le dijimos que no, que nosotras no queremos premios, que ya sentimos todos los días el reconocimiento de Sevilla.

Se marchan escaleras abajo cuando viene a la memoria aquella confesión teléfonica. Dentro se cruzan los reproches, la sucesión de bostezos y la vigilancia de los policías de paisano. Las sirenas del exterior claman contra los recortes. El teléfono interroga: "¿Ha ocurrido algo serio en el Pleno?" Sí, han estado las Hermanas de la Cruz. Predilectas sin título. Auténticas por vocación. Ellas sí que son conocidas por los sevillanos si les meten la alcachofa.

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