Carlos / Colón

Lección de historia

La ciudad y los días

14 de septiembre 2014 - 01:00

IMPORTANTES lecciones de historia las de estos días. Los historiadores sabemos tres cosas sobre ella: que no es una ciencia exacta que defina conceptos inamovibles; que la interpretación de los hechos basada en el estudio de los documentos es una tarea interminable (siempre se hará historia de la antigua Roma, por ejemplo); y que se hace historia desde distintos momentos de la propia historia: hoy no se hace como ayer ni como se hará mañana, no sólo por la posibilidad del hallazgo de nuevos documentos o el establecimiento de nuevas metodologías, sino porque el presente desde el que se piensa la historia -a la vez como consecuencia del pasado, experiencia del momento y distancia con respecto a los hechos- permite nuevas interpretaciones.

Yendo a un extremo por todos comprensible: Auschwitz y los gulags permitieron interpretar la Revolución Francesa, no sólo como el origen inmediato de las modernas libertades democráticas, los derechos del hombre o el estatuto de ciudadano, sino también del moderno terror de Estado que pretende crear en un plazo muy corto una nueva realidad, una nueva sociedad e incluso un nuevo ser humano a través de la violencia extrema y el aniquilamiento de los opositores o los inadaptados. Lo que Luis Gonzalo Díez ha llamado, dando título a su esclarecedor ensayo, La barbarie de la virtud: esa "crueldad eufórica" ejercida "en nombre del fin al que está abocada, fuese la República de la virtud jacobina, la Alemania racialmente pura o la Rusia comunista", que ejerce "una violencia inusitada" en nombre de "una perfección futura".

He puesto un ejemplo extremo (no una comparación) para que todo quede más claro. Y ahora vengo a nuestro presente, afortunadamente mucho menos dramático pero igualmente ilustrativo: la deriva de la cuestión catalana, el papel de ERC y de ICV o la ruptura de un socialismo catalán cada vez más desasido del PSOE (Carme Chacón en el acto de Societat Civil Catalana mientras Maragall, Marina Geli y otros ex miembros o miembros del PSC inscritos en Moviment Catalunya apoyaban la manifestación independentista) pueden ayudar a comprender lo que pasó entre 1934 y 1936. Ver cómo el nacionalismo y la izquierda radical adoptan posiciones anticonstitucionales, desafían al Estado de Derecho y desprecian la legalidad democrática, cosas todas atribuidas tradicionalmente a la derecha, debería abrir ojos y desterrar prejuicios.

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