ME pregunto, como quizás usted se haya preguntado, a dónde han ido a parar los dineros que ha ganado Manuel Chaves a lo largo de su carrera política, en la que ha sido 19 años presidente de la Junta de Andalucía, ministro de Trabajo, ministro vicepresidente del Gobierno, secretario general de UGT y otros cargos de menor relevancia y retribución. Como a algunos le parecerá la pregunta impertinente, porque esto pertenece a la esfera de su intimidad, quiero aclararle que si mantengo la pregunta no es por curiosear en su casa, sino porque acaban de publicarse en el BOE las "declaraciones de bienes derechos y obligaciones patrimoniales" de los ministros del Gobierno de Zapatero, lo que se ha destacado por los corifeos habituales como un ejemplo de transparencia democrática. Este desvelo de las intimidades patrimoniales de ministros y altos cargos, que se anunció en el programa electoral con el que el PSOE concurrió a las elecciones de 2004, debió de haber encontrado alguna resistencia, porque ha tardado cinco años en publicarse.

Volviendo al tema de los dineros de Chaves, la pregunta de adónde fueron a parar es lícita, porque él declara por todo patrimonio 69.000 euros, de los que 46.500 corresponden a los valores catastrales de uno o varios inmuebles, y 22.500, a otros bienes. Si usted lo prefiere en pesetas, resulta que Chaves, 19 años presidente de la Junta y dos veces ministro (por lo que cuenta también con la importante pensión vitalicia que se les asigna a los ex), no tiene más que unos 11 millones de pesetas. Vamos, que está tan tieso como usted, pero con una diferencia, porque si hubiera sido usted el que hubiere llegado a cobrar hasta 80 mil euros anuales (durante 19 años), como presidente de la Junta; un sueldo de ministro (durante 4 años); la pensión de ex ministro y lo que ahora cobra, y además, no hubiera pagado casa, por vivir en residencia oficial, ni agua, luz, teléfono, coche, chófer, reparaciones y gasolina, es seguro que habría ahorrado mucho más dinero. ¿Es Chaves un manirroto? Que se sepa, no tiene afición al juego, ni se le ha visto en ningún casino. Tampoco comparte las aficiones al vestuario de Camps, Costa o de la vicepresidenta del Gobierno y (s.e.u.o.) no ha constituido ninguna fundación de caridad. Aunque parece que ahora le van las cosas mejor que cuando era presidente de la Junta, porque entonces le preguntaron por su cuenta corriente en un programa de televisión y dijo que sólo tenía 3.000 euros.

Estas iniciativas son muy atractivas. La pregunta es si sirven para algo, porque lo que interesa no es saber con cuánto patrimonio se entra en el cargo, sino con cuánto se sale, conseguido ilícitamente, y ninguna ley manda publicar este dato.