Los vecinos de la localidad sevillana de Salteras no se resignan a que su iglesia no tenga un órgano, como tuvo desde el siglo XVI hasta mediados del XX, por lo que han creado la asociación Salteras, Música y Compromiso, para restituir el inmenso instrumento que se perdió hace medio siglo.

Se trata de una iniciativa que encabeza un profesor y organista vecino de la localidad, Jesús Ciero, que no se quiere resignar a que la parroquia de Nuestra Señora de la Oliva no tenga ese instrumento musical de nuevo, tanto por lo que se refiere a los ritos religiosos como a la posibilidad de dar clases de música usando las instalaciones del templo parroquial, con la acústica que este tipo de templos proporciona a los músicos. Como ha recordado Ciero, la iglesia data de la segunda mitad del siglo XVI, fecha en que el enorme crecimiento demográfico de la localidad provocó que las autoridades eclesiásticas decidiesen derribar el antiguo templo medieval y construir uno más amplio.

En 1575, el maestro organero Jerónimo de León construyó un órgano para el nuevo templo, que sustituyó a los dos medianos datados en 1502 que poseía la antigua edificación, que posteriormente fueron sustituidos por otro, que Ciero señala que desapareció en una de las últimas grandes reformas que se realizaron en el templo en la segunda mitad del siglo XX. Este último, de hecho, era toda una obra de arte, creada por el artista organero del arzobispado de Sevilla, natural de Antequera (Málaga), Francisco Pérez de Valladolid, cuya entrega se realizó el 10 de enero de 1764, y fue especialmente doloroso para los vecinos que se perdiese.

Nadie sabe qué pasó con el órgano, pero en Salteras no quieren que el hueco de la iglesia no se llene, por lo que el párroco, la comunidad parroquial, formada por las diferentes hermandades y asociaciones religiosas, las bandas de música y Ciero han puesto en marcha la asociación Pro-órgano Salteras, Música y Compromiso, que coordinará "todos los pasos a seguir para la construcción o adquisición de un nuevo instrumento".

Para este organista, "llevar a término esta iniciativa implica devolver al templo un elemento primordial para dignificar y engrandecer la liturgia, e incluso aumentar la oferta cultural de Salteras y resto de la provincia gracias a actividades en torno al órgano". Así, se podrían organizar conciertos, cursos, clases magistrales, o audiciones didácticas, entre otras, "con la posibilidad de ejercer la docencia de la especialidad a través de las escuelas de música locales y conservatorios profesionales de la ciudad para crear afición al órgano y formar a futuras generaciones de organistas profesionales".

La Asociación pretende convertir este proyecto en una iniciativa ciudadana donde cada vecino, amante de la música, pequeña o mediana empresa y administración pública puedan ejercer de mecenas "colaborando con donaciones económicas que equivalgan a una parte del instrumento: un tubo, parte del teclado o mecánica o mueble", mientras que una vez instalado en la parroquia, se colocarán unas placas metálicas en su trasera con la inscripción del nombre de todos sus mecenas, "dejando así, constancia de ello para la posteridad".

Con todo ello, las personas que encabezan esta iniciativa quieren devolver a su iglesia un elemento más que significativo, ya que la iglesia de Salteras ha contado con órgano de tubos desde casi su construcción, conscientes, eso día, de la dificultad que atañe la empresa en la que se han embarcado.