Una casa por la que se entregó 6.000 euros y de la que no se puede hacer uso, pese a estar concluida. Una familia, con todos sus miembros en paro, que se verá en la calle ante la dificultad de hacer frente al alquiler. En esta tesitura se encuentra Felipe Luna, un vecino de Dos Hermanas que ayer, junto a su mujer y su hijo de 4 años, se encerró en la sede de la Empresa Pública de Suelo Andaluz (EPSA) para exigir el uso de su vivienda. Era la última movilización tras casi 15 días de protesta en las calles del municipio nazareno.

La urbanización empezó a construirse en 2005 tras un acuerdo entre EPSA y el Ayuntamiento nazareno, mediante el cual éste le cedía a la empresa andaluza una parcela de más de 130.000 metros cuadrados en la barriada de los Montecillos. Las viviendas fueron construidas por la EPSA y el Ayuntamiento se encargó de gestionar su adjudicación, principalmente, entre los vecinos más desfavorecidos del municpio.

La urbanización terminó en la fecha prevista (2008), pero tres años más tarde sigue sin habitarse. El Ayuntamiento no ha otorgado la cédula de primera ocupación. La razón de que familias como las de Felipe Luna, que en su día entregaron 6.000 euros, no puedan disfrutar de su vivienda todavía aún no está clara. Según Luna, existe un "desacuerdo" entre la EPSA, el Ayuntamiento y la constructora de la urbanización por "impagos", ya que al parecer la Junta no habría abonado "ciertas cantidades" a la empresa a la que se le adjudicó las obras.

Este retraso en la entrega de las obras está afectando a familias como la de Felipe Luna, que el pasado 26 de enero comenzó una concentración diaria ante las puertas del Ayuntamiento nazareno para exigir que se le den las llaves de su casa. Su situación es bastante dramática si se tiene en cuenta que tanto él como su mujer están en paro y que ya han agotado todas las ayudas para seguir pagando el alquiler de la casa que han habitado hasta ahora. La familia se podría ver en la calle en las próximas semanas.

"Firmamos un contrato de compra con el Ayuntamiento por 100.000 euros, de los que les adelantamos 6.000 euros. Ahora nos vemos en la calle, sin casa y sin dinero", relata Felipe Luna, quien ayer, junto a su mujer y su hijo, se encerró en la sede que la EPSA tiene en la capital andaluza.