N'Diaye, ¿otro caso Paulao?
El parisino conquistó a grada y crítica en su primer semestre y ya siembra dudas, como el brasileño. El Betis pagó por él 1,8 millones, que serán 3,4 si sube. Nosa Igiebor, fracaso total.
A N'Diaye se le está poniendo cara de Paulao. En el Betis hace unos años llegaron al convencimiento cierto de lo necesario que era disponer sobre el césped de un futbolista de raza negra con cierta presencia física. En un fútbol de blancos, éste destaca y, sin ser la panacea, se convierte de inmediato en una referencia para sus compañeros y, moderadamente, en una amenaza para los rivales.
Todo lo anterior pudiera parecer frívolo, pero es cierto y valorable por los hombres de fútbol. Quizá no fuera ése el planteamiento cuando en el mercado de invierno de la temporada 11-12 el club firmó a Paulao, pero sí tuvo mucho que ver en el de Nosa Igiebor, seis meses después, o el de N'Diaye, justo dos años después que el del brasileño.
El caso es que Paulao, tras una carrera mediocre en la que sólo rindió en el modesto Naval portugués desde su llegada a Europa, entró con cierta fuerza en el Betis. No fue titular en el Sporting de Braga ni en el Saint Etienne, en el que se aburrió, pero lo fue inmediatamente de verdiblanco, formando pareja con Dorado y orillando a Amaya, el casi siempre lesionado Mario y Ustaritz, cuya nulidad provocó que el Betis firmase al mineiro.
La grada y la crítica lo valoraron con prontitud, incluso por encima de su verdadera jerarquía, y Vlada Stosic se volcó en su fichaje, ya que había arribado cedido. Pagó una indemnización al Saint Etienne y, como ocurre en estos casos, le firmó un contratazo por tres temporadas con 30 años en el carné de identidad. Paulao comenzó bien la temporada e hizo dos goles tempranos que alimentaron más su fama, pero pronto llegaron las lesiones y la baja forma: sólo jugó 22 partidos de Liga, 19 de titular. El tercer año fue aún peor y culminó con la espantada en Vallecas y los problemas para su millonaria indemnización de despido, que aún se litiga y le va a salir al Betis por no menos de un millón de euros. Paulao, hoy, sigue sin equipo. Promoesport, la tan afamada empresa de agentes, no lo ubica en ningún lado.
La torpeza del Betis fue mayor cuando justo un año después de su fichaje, ya con más de 30 años, rechazó una oferta por él de más de un millón de euros. Encima, dejó ir gratis al Villarreal a Dorado, quien ascendió con el equipo y disputó 19 partidos de Liga el curso pasado en Primera, formando pareja con Mussachio. Al Betis llegaba otro central zurdo, Jordi Figueras.
El caso de N'Diaye no es tan sangrante, aunque sólo porque tiene apenas 24 años y su fracaso aún está por ver. Pero, igualmente, arribó al Betis cedido por el Sunderland y tras tibios triunfos en el Bursaspor y el Eskisehirspor turcos y, enseguida, conquistó a la parroquia en el peor Betis de la historia. 20 partidos y ningún gol pero alguna arrancada para el recuerdo y una decena de partidos correctos como central.
Alexis Trujillo, en este caso, tiró la casa por la ventana: 1,8 millones para su fichaje al Sunderland, que serán 3,4 si el Betis logra el ascenso y un contrato por cinco temporadas con una ficha incluso superior, según algunas fuentes, a la de Rubén Castro. En definitiva, una operación sólo al alcance del Betis si el resto de fichajes son mediocres y, con ello, además, se aparca la verdadera prioridad, la de un central nato, en pos de la polivalencia de N'Diaye, a quien Julio Velázquez ni ha probado como defensa en los entrenamientos. Al contrario, no lo ve ni como medio de cierre y llegó a alinearlo muy cerca de la mediapunta en Valladolid.
El tercero en discordia, Nosa Igiebor, fue un desastre en todos los sentidos y el Betis hasta ha perdido con su venta al Maccabi, de donde vino, al no cumplirse ninguno de los pluses firmados.
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