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Calle Rioja

Que veinte años es mucho

  • Artesanía. En noviembre de 1991, este argentino de Córdoba empezó su andadura en la tienda de marcos de Feria con Relator. Celebra las dos décadas con su clientela.

QUE veinte años no es nada qué febril la mirada errante en las sombras... Marcelo Culasso es argentino de San Francisco, provincia de Córdoba, y con la melancolía del tango sabe que veinte años es mucho. Él le ha puesto su propia letra a los veinte que lleva enmarcando ilusiones en su tienda de la calle Feria: "Te hemos visto venir acompañando a tus padres. Luego, viniste a escoger los cuadros para tu primera casa independiente. Ahora, vienes con tus propios hijos, enseñándoles cómo construir un hogar".

"No es literatura, es la pura verdad", dice el mayor de los cinco hijos de Evelio Culasso y Nélida María Teresa Ausili, argentinos originarios del Piamonte. Vino a Sevilla con 25 años "a buscarme la vida". En su país había trabajado de mandadero en una tienda de tejidos e impermeabilizando techos. Lleva media vida en Sevilla. "Cuando conocí la ciudad, dije: yo tenía que haber nacido aquí". Por eso nunca pensó regresar a su país. Volvió en febrero para celebrar las bodas de oro de sus padres. En tiempos de recesión, vive su particular década prodigiosa. Acaba de cumplir 50 años; su hermano Mario, el que le manda libros de autores argentinos, ha cumplido 40; Daniela, la más pequeña, que trabaja de platera, ha apagado las 30 velas.

En noviembre de 1991 empezó en este local de Feria esquina con Relator como empleado de un compatriota, mayorista de molduras, que dos años después se fue a Canarias. Así empezó su aventura empresarial y su adaptación a los tiempos. "He ido cambiando el material en función de lo que ofrecían los súper, los híper, las tiendas de veinte duros, los chinos". Es marquetería de autor que ha recibido encargos hasta del palacio de Dueñas.

Motero y futbolero, Culasso es testigo discreto de regalos, confidencias, detalles. Recientemente, recibió la visita de Benito Moreno, que quería enmarcar una lámina con un dibujo muy especial: una escena ecuestre para un destinatario al que no conocía, un funcionario de la Embajada francesa que le hizo los trámites para percibir la pensión por los años que el pintor y cantautor pasó en la Bretaña.

"Un costalero de la Macarena me pidió que le enmarcara un ramo seco de flores que iban en un lateral del palio". La tienda es una tienda, no un consulado. "Yo no evito a los argentinos, pero no los busco. Yo elegí vivir en esta ciudad y procuro integrarme en ella". Con la colaboración del artista Rafa Iglesias puso en marcha la iniciativa Pararte: la utilización del escaparate, el territorio de Amanda, su compañera, en un espacio para la recreación artística. "En diciembre, vamos a exponer un trabajo de Ro Sánchez, que ha presentado su obra en Pekín". Arte para pararse junto a las paradas de las líneas 13 y 14 de Tussam.

Prepara la campaña navideña mientras que sus amigos argentinos planifican la inminente llegada del verano. El tocayo de Marcelo Campanal prepara sus próximos veinte años en la calle donde nació Belmonte. Viene de un país sin toros, "fueron abolidos en una asamblea en 1813", y sin negros, "los mandaban a todas las guerras, las de la Independencia y las guerras entre caudillos".

Devoto del matahambre, es una institución junto al mercado y la iglesia. A este cordobés lo hizo sevillano un océano y convirtió su vida en un marco incomparable.

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