GANÓ el premio Archivo Hispalense de la Diputación Provincial con su historia de la Maestranza de Caballería. Maestrantes por caballeros. Juan Cartaya (Sevilla, 1965) ni es maestrante ni tiene caballos.
-¿Para ser maestrante hay que saber montar a caballo?
-Yo creo que no. La institución tiene hoy una función distinta.
-A diferencia de otras Maestranzas, ¿por qué la de Sevilla se mantiene?
-Como estamento, la nobleza supo adaptarse a los tiempos. Desde 1248, con la conquista fernandina y el reparto alfonsí.
-¿Es casual que se funde en 1670, un año antes de que hagan santo a Fernando III?
-Para los nobles sevillanos, Fernando III encarnaba los valores caballerescos. Cuando Felipe IV viene a Sevilla, el caballero veinticuatro Juan Ramírez de Guzmán le da un Memorial para que defienda en Roma la candidatura de Fernando III a los altares.
-¿Casan los ideales caballerescos con los botines?
-Son los códigos de la frontera. Antes y ahora. No hay ideales sin botín como toda ideología se sustenta en unos recursos.
-1492 lo asociamos con el descubrimiento de América. Es el año que mueren Rodrigo Ponce de León y Enrique de Guzmán.
-Los titulares de los dos linajes de la ciudad que encarnan la disputa entre Enrique IV y la reina Isabel que se salda con la desaparición del modelo feudal.
-Ese año llegan a Sevilla miembros de la casa real nazarí...
-Es anecdótico. Se van para el Magreb. En Granada, muchos moriscos se convierten, se cambian de nombre, compran títulos.
-¿Y en Sevilla?
-En Sevilla no hay moriscos. En 1248 la ciudad está vacía. Van llegando judíos.
-¿Quién representaba la modernidad en aquella guerra civil de 1471-1474?
-Los modernos son los Reyes Católicos. Modernos por distintos.
-Enumera por primera vez los nombres de los 32 fundadores de la Maestranza de Caballería.
-Por un error de transcripción historiográfica, León y Manjón hizo en 1905 un censo de 31. Confundió a dos hermanos y se olvidó de Rodrigo de Vivero.
-32 maestrantes. Casi como los concejales actuales...
-Llegaron a ser ochenta. Compraban los títulos al rey, que vendía de todo: cargos, hidalguías.
-¿A qué le ve más futuro, a los toros o al mecenazgo?
-Son compatibles.
-¿Hay personajes de novela?
-Son vidas de novela en el sentido más literal de la expresión. Muchas de esas familias recurren a la ficción, se inventan un pasado por pura supervivencia. Los Almonte habían tenido muchos problemas; a uno de ellos, Antón González de Almonte, lo castigan en difunto, ya muerto queman su estatua y la de su mujer y expolian el patrimonio de sus herederos. Tuvieron que reinventarse, muchos se marchan al Perú, hacen dinero y a través de la Chancillería de Granada se inventan un linaje gallego.
-Patricios sevillanos. ¡Vaya plebe!, diría Romanones...
-En Sevilla no hay enfrentamiento muy graves. Es una nobleza relativamente benévola, con excepciones como el motín del Pendón Verde o el de la Feria.
-¿El crepúsculo de los dioses?
-Hay un comportamiento barroco extremo en la fundación de la corporación poco después de una peste terrible y antes de que los barcos de Indias se vayan a Cádiz y no vuelvan a venir a Sevilla.
-¿A quién cuenta sus historias?
-A mis alumnos de los Padres Blancos y de la Escuela de Hostelería, donde doy Humanidades.
-¿Para futuros cocineros?
-Y dueños de algunos de los mejores restaurantes. He tenido alumnos con estrellas Michelín, como Ángel León o el dueño de Abantal.
-¿Qué queda del siglo de Oro?
-Los siglos de Oro. No valoramos lo que fue Sevilla. Ciudad espejo de otras, mirada, codiciada y no sólo por sus riquezas. Era la Nueva York de la época, con negros, mulatos, indios, gente de Flandes, florentinos como Bucarelli.
-¿Por qué les urge Felipe II a aprender a montar a caballo?
-Porque la nobleza había abandonado sus deberes militares. Su razón de ser y existir, la milicia.
-¿Se habían hecho objetores?
-Se habían acomodado, aburguesado, con un anacronismo.
-'Para ejercitar la maestría de caballos'. Parece el Far West...
-Es que Sevilla era un puro western de banderías, peleas, la presencia diaria de la muerte. Los aristócratas no se lo pensaban para sacar la espada.
-¿Un personaje de los 32?
-El marqués de la Mina. Tuvo mucho y lo perdió todo.
-¿Le han llamado rancio?
-A los que creen que es un libro de heráldica o genealogía, les digo que es una historia social que puede abrir llagas.
-¿Sus autores favoritos?
-Lampedusa, Cervantes y Mateo Alemán. En el archivo del Palacio Arzobispal encontré el documento sobre cómo y cuándo murió en México en 1614. Pobre como una rata, hubo que pedir limosna para enterrarlo.
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