calle rioja

Los ciclistas lo dieron todo

  • Solidaridad. La amenaza de lluvia no deslució la respuesta de participantes en la marcha en bici y en patines para sensibilizar la donación de órganos y el beneficio de los trasplantes.

ESTÁN consideradas dos de las ciudades más bellas del mundo y en ambas hubo ayer una prueba ciclista. En Florencia, un portugués y dos españoles compartieron el podio del Mundial de Ciclismo. A diferencia del triunfo florentino, en Sevilla se impuso el anónimo veneciano. Un campeón anónimo en nombre de los cientos de anónimos que en su condición de donantes salvaron tantas vidas. En la sociedad del yo, de la autoría, el triunfo del no-yo, de un o un él generosos hasta límites insospechados.

El anónimo sevillano tiene muchos nombres. Uno podía ser el de Pepe Soto, 55 años, la mitad de ellos cocinero en Los Lebreros -"los arroces no se me dan nada mal"-, es el presidente de Alcer-Giralda (Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales de Sevilla). Sustituyó en el cargo a Amelia Monterrubio, que hace dos años falleció. Pepe Soto, granadino de Huétor-Tajar, cumple años mañana. Nació el 15 de marzo de 1958, pero el 1 de octubre de hace diez años le trasplantaron el riñón. Ahora extrapola esa generosidad a los demás. "Tenemos un veinte por ciento de demanda de donaciones en lista de espera".

Alcer-Giralda organizó ayer la tercera edición de Pedaladas de Vida. Marcha ciclista que partió desde los Jardines Cristina, junto al monumento a los poetas del 27, atravesó el río por el puente de San Telmo y acabó en el Alamillo, en el Olivar de la Vida plantado en pro de los donantes.

Ricardo Marqués, presidente de A Contramano, pidió a los participantes "cortesía con los rezagados", con los que se habían quedado en casa mirando el cielo, que más que de Sevilla parecía de Dublín, tal vez porque entre los ciclistas figuraba el joyceano Antonio Rivero Taravillo.

Miguel Ángel Vázquez, 38 años, periodista, presidente de Patinadores de Sevilla, daba instrucciones a esta legión solidaria. Los niños deberían ir por enmedio, los adultos en los laterales. Los patinadores, que en un simil cofrade hacían las veces de diputados de tramo, se turnarían en la cruz de guía de las pancartas. Este patinador tiene el mismo nombre y oficio que el portavoz del Gobierno andaluz y es autor de un documental sobre jornaleros andaluces que algunos atribuyeron al periodista que se sienta en el Gabinete.

El Ayuntamiento de Sevilla estuvo representado por Pío Halcón, delegada del distrito de Nervión en el que tiene su sede la Asociación de lucha contra enfermedades renales. La acompañaba Lidón Guillén, directora del distrito. Halcón es más de bicicleta que de patín. Tiene que ir a Decathlon a comprarse una porque le robaron la suya. La marcha reivindica el uso de la bicicleta como medio saludable de transporte. Ricardo Marqués también fue miembro de la corporación municipal y celebra que un hombre de 41 años, Chris Hormer, ganara la Vuelta Ciclista a España. En la edición anterior participó Antonio Piedra, el ciclista sevillano que ganó la etapa de los Lagos. Quizás como homenaje a su gesto, ayer, cuando el último ciclista abandonó la salida, alguien tocaba el himno de Andalucía con una gaita asturiana.

Hay trasplantados que participan en la marcha. Mariano Ganformina, 51 años, jerezano, electricista de profesión, recibió un riñon nuevo el 3 de marzo de 2011, la fecha de su segundo cumpleaños. Llegó a los jardines Cristina con su bicicleta y se fundió en este velódromo portátil con ciclistas de todas las edades y bicis de todos los formatos.

Mario Sánchez, 36 años, trasplantado desde hace diez, es uno de los vicepresidentes de la asociación. Se multiplica: hace fotos, coge el megáfono. La piña de ciclistas se mezcla con la nutrida cola de gente que quiere ver unas demostraciones de un simulador de vuelo del Ejército del Aire. Estas bicis vuelan más que los aviones con la fórmula que se lee en las pancartas: Solidaridad más Trasplantes igual a Vida.

Dice Pepe Soto que el futuro es la donación de vivos y destaca el auge del llamado trasplante en asistolia de receptores que pueden beneficiarse de donantes que acaban de fallecer, previa autorización de la familia. "En el último año año se hicieron once trasplantes de ese tipo en Sevilla".

Eli es apócope de Elisabeth Vergara Vázquez. Llegó desde El Viso del Alcor. A sus 21 años, ya ha tenido cuatro trasplantes de riñón, los cuatro fallidos. Una insuficiencia renal que acabó con la vida de uno de sus hermanos y que obligó a su padre a abandonar su oficio de carpintero. Confía en que estas pedaladas, trasplante de pie, aumenten la sensibilidad y conviertan las listas de espera en puertas de esperanza.

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