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"José María Izquierdo evoca una Sevilla órfica, apolínea, musical"

  • Pedro José Sánchez Gómez. Como Juan Palomo, un empleado de Emasesa autoeditó la biografía del ateneísta sevillano que creó la Cabalgata de Reyes y fue Gaspar en la de 1918

JOSÉ María Izquierdo (1886-1922) fue rey Gaspar de la Cabalgata de 1918, pero el primer volumen de su biografía, obra de Pedro José Sánchez Gómez (Sevilla, 1956), llega hasta 1916. Izquierdo ingresó en el Ateneo con 18 años, la edad con la que su biógrafo entró en Emasesa.

-¿Qué aporta Izquierdo?

-Un género literario llamado Sevilla.

-¿Qué le llevó a él?

-La música, lo mismo que me acercó a Joaquín Turina, a Manuel Castillo o a escribir libros sobre la Escolanía Nuestra Señora de los Reyes o la Coral de San Felipe Neri. Mis amigos me dicen: Pedro, con lo que te gustaba el rock, la música dura o Triana, que me sigue gustando. Con el primer sueldo de Emasesa me compré un equipo de música.

-¿Estamos en la Sevilla de José María Izquierdo?

-Totalmente. Primero llegan de un pueblo de Logroño sus tíos Marcelino y Tiburcio, después su padre, Pascual Izquierdo. Tenían un negocio textil en las Siete Revueltas. Su madre vivía en la calle Castellar, vecina de Cansinos-Assens, en la que nace Izquierdo, aunque cuando sus padres se casan se vienen a la calle Alcaicería.

-¿Tiraba a la calle su talento en los artículos diarios, como dice Cernuda en Ocnos...?

-Él nunca quiso escribir ningún libro. Colaboró con los periódicos El Liberal y El Noticiero Sevillano, donde fue crítico musical y redactor-jefe, creador de opinión en la Sevilla de la Exposición Iberoamericana, que no llegó a conocer, o del regionalismo andaluz, del que llegó a dar una charla en el Ateneo de Madrid.

-¿Dónde hay más inmortalidad, en las páginas de Ocnos o en la Cabalgata?

-A nivel popular, en la Cabalgata, eso se recuerda todos los años. Parece un presagio, pero su padre cuando se separó comercialmente de sus hermanos amplió el negocio con juguetería. Pero no es menos importante ser el único nombre propio de Ocnos, el libro más apasionante sobre Sevilla. O que Romero Murube, con 18 años, dedicara su primer artículo a la muerte de Izquierdo.

-Vivió 35 años. ¿De qué muere?

-De apendicitis. Fleming no había inventado la penicilina.

-¿Es un hombre del 27?

-No le dio tiempo. Coincidió con Lorca en Granada, encuentro con el que termino el primer volumen de la biografía, y posiblemente también se vieron en Sevilla.

-¿Cuál fue su oficio?

-Hasta que no entra de profesor en la Universidad Literaria de la calle Laraña no tiene ningún oficio remunerado. De hecho, su padre abrió un comercio textil en la plaza del Pan, cerca de la droguería que tenía el tío de Cernuda, y le apoya económicamente para hacer el doctorado en Madrid.

-¿Cómo le va en Madrid?

-Fue alumno de Giner de los Ríos, que le pidió sus apuntes de Filosofía del Derecho, porque eran los mejores de la clase.

-¿La Cabalgata de Reyes Magos es su gran creación?

-El primer año, 1918, es Gaspar porque los designados se echaron para atrás. En 1919 fue portador de la estrella de Oriente.

-¿Cómo vive un soldado inédito la Primera Guerra Mundial?

-Lo tallaron y que yo sepa no renunció ni alegó ningún impedimento, según la documentación que consulté en archivos militares de toda España. El año 14 fue de muchos dolores, y no sólo por la guerra. En septiembre de ese año, con 16 años, muere su hermano Ángel.

-Ese año aparece Divagando por la ciudad de la Gracia. ¿Habrá centenario?

-Con Ocnos es la gran aportación de Sevilla como género.

-¿Qué hay en sus páginas?

-Su amor pronto perdido por Alejandrina Ghichot, hermana de un compañero de escuela. He localizado a uno de sus nietos.

-¿Era religioso?

-Está bautizado en el Salvador, donde lo enterraron con el hábito de Pasión.

-¿Conoció Logroño, la patria de su familia paterna?

-No me consta. Le marcan dos viajes a Francia y a Italia, desde donde manda crónicas.

-¿Con qué Sevilla soñaba?

-Una Sevilla como él decía órfica, apolínea, musical. Hizo reseñas de óperas, conciertos o del paso de Rubinstein por Sevilla.

-¿Y la música callada del agua?

-En mi despacho de Emasesa veo el mismo cielo azul enmarcado en columnas que vio de niño Izquierdo en el colegio Calasancio. Este año cumplo cuarenta años en Emasesa y estoy investigando la primera concesión a la compañía británica Easton&Anderson.

-¿Qué lee el biógrafo?

-Por imperativos de consulta, la historia de la música española del siglo XX de Tomás Marco. De noche, la biografía de Picasso. Mi hijo Rodrigo me regaló El asesino de la regañá y los Reyes les van a echar a los dos, a él y a Gonzalo, El crimen del palodú.

-¿Habrá un 'boom' Izquierdo como hubo un boom Chaves Nogales?

-No lo sé. Antonio Hermosilla decía que Izquierdo era un escritor poco editado y menos leído. Yo añadiría que ha sido más maltratado que estudiado.

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