puntadas con hilo

Ilusiones reales

  • Zoido ya piensa en Semana Santa cuando los Reyes aún no han repartido los regalos Sevilla vive a golpe de fiesta mayor y menor: los cortejos invaden la ciudad

SÓLO faltan 100 días [hoy 98]. El alcalde de Sevilla activó el viernes este contador, una cuenta atrás que nada tiene que ver con las elecciones municipales -al menos directamente- ni con la llegada de inversores ni con la inauguración de ningún proyecto o infraestructura para la ciudad. Los Reyes Magos no han repartido los juguetes, en la calle huele a roscón y a chocolate y todavía no se han apagado los rayos láser del celebrado mapping, y Juan Ignacio Zoido ya está pensando en "la gran fiesta de Sevilla". La Semana Santa, se entiende. El alcalde sueña con que sea "esplendorosa y soleada", lo dice en Twitter, y sueña por él y por todos los sevillanos, pues habla en plural.

El alcalde acabó el año cumpliendo con una de sus promesas, un compromiso que adquirió de manera muy personal: la devolución de las fianzas de los parkings fantasma del gobierno de Monteseirín. Más de mil afectados a razón de mil euros por plaza reservada. Una buena nueva más para cerrar un año, en general, vacío de esperanza. Y al año nuevo, buena cara. Zoido ha recibido 2014 con una apretada agenda -cuando no lo es- de actos festivos que confirman pasará a la historia como el alcalde que revolucionó la Navidad y convirtió a Sevilla en un destino competitivo en esas fechas. Casi otra fiesta mayor de Sevilla donde nunca antes había habido tantos carteros, heraldos y cabalgatas. La ilusión va por barrios y a este paso habrá que nombrar a delegados de festejos también en los distritos.

Un poco incongruentes sí que resultan estas iniciativas. La tendencia en este mandato de austeridad era suprimir cabalgatas de barrios y destinar el coste que suponían, que en algunos casos superaba los 50.000 euros, a la compra de alimentos y productos de primera necesidad para aliviar a las familias más castigadas por la situación actual. Loable iniciativa que, además, suponía un recorte en medios y horas de limpieza de tanto caramelo despilfarrado. Bien ¿y a qué viene ahora tanto cortejo y actos de coronación? Pague quien pague. La cabalgata de Triana se erige con fuerza en rival y el alcalde, y la oposición no se queda atrás, se las ve y se las desea la tarde de hoy para estar en el Prado y en Su Eminencia casi al mismo tiempo.

Habrá quienes piensen que no es para tanto y que de ilusiones también se vive, y que una semana, o dos o tres de dulce Navidad al año no hace daño a nadie, al revés, alegra los bolsillos de hosteleros y comerciantes que en la recta final de 2013 han visto cómo sus cajas se duplicaban.

Bueno está. Sevilla necesita realmente un alcalde con ilusiones. Zoido soñaba con ser alcalde de su ciudad y convertirla en la mejor del mundo. El mandato dura cuatro años y hasta la primavera de 2015 él piensa que no hay nada que reprocharle, hay tiempo (poco) para cumplir sus promesas. Y mientras tanto, no quiere que Sevilla pierda su alegría. Lo que ocurre es que cuando se descubre que los Reyes Magos son los padres, la ilusiones son muy fugaces. Y en este caso, Melchor -porque se vistió el viernes con barba blanca en una iniciativa solidaria de La Caixa- es Zoido. Y la vida sigue después del 6 de enero. A los presos de Sevilla I que visitó esta semana les pidió que no perdieran la esperanza porque "todo es posible en Sevilla". Eso al menos reza el eslogan de las campañas lanzadas en las redes sociales por su equipo esta Navidad. Claro que quien habla y escribe su carta en el último vídeo promocional en Youtube es un niño, Aris, que asegura que sus padres han abierto ya ocho boquetes al cinturón... ¿Habrá recibido Zoido alguna carta de un adulto? Seguro que sí. La ilusión se contagia, la desesperación también. A ver qué dejan mañana los Reyes.

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