Sevilla

La Cabalgata más segura

  • Las carrozas estrenaron un faldón lateral de plástico para evitar que alguien pudiera quedarse atrapado debajo y cada una estuvo escoltada por al menos diez voluntarios. No hubo incidentes.

Un cortejo repleto de colorido y más seguro evocó la fantasía, la imaginación y los sueños infantiles, tanto de menores como de mayores, por las calles de Sevilla durante más de seis horas. La Cabalgata promovida por el Ateneo contó con nuevas medidas de seguridad para evitar que se pudieran repetir situaciones parecidas a la que tuvo lugar el año pasado en Málaga, donde un niño de 6 años perdió la vida tras quedar atrapado debajo de una de las carrozas del desfile.

La principal modificación se encontraba en la sustitución del faldón lateral de las carrozas, que hasta el año pasado era de madera, por un plástico más flexible para evitar que nadie quede atrapado debajo. El responsable de seguridad de las carrozas y voluntarios, Rafael García Gamero, explicó que el cambio hace aún más seguro el cortejo mientras no para de dar las últimas instrucciones a los más de 350 voluntarios, la mayoría jóvenes muy relacionados con el mundo cofrade.

Otra novedad en materia de seguridad fue la modificación del recorrido habitual, sustituyéndose el paso del desfile a través de calles estrechas por avenidas más amplias de la ciudad para minimizar de esta forma el riesgo de que se produzcan aglomeraciones o avalanchas. "Tener mucho cuidado cuando pasemos por la calle Feria, los árboles no han sido podados y pueden que choquen con las carrozas", recordó García Gamero.

La carroza del Nacimiento, que representa un portal de Belén inspirado en las antiguas haciendas andaluzas de los siglos XVII y XVIII, fue vigilada por la misma familia desde hace seis años: "Los peores siempre son los ancianos, se meten debajo de las carrozas y encima se mosquean cuando los apartamos para que no les ocurra nada", explicó María José, la menor de todos los familiares que disfrutan como auténticos niños de la jornada.

El número de escoltas que acompañan a cada carroza durante el recorrido aproximado de 11 kilómetros era de al menos 10 personas. "La perfecta coordinación que cada eslabón de la cadena mantiene con el resto sirve para reducir al máximo cualquier riesgo de accidente o imprevisto", sostuvo el responsable de seguridad.

No sólo las novedades se quedaron en materia de seguridad. Este año, además de caramelos, los Reyes Magos difundieron el mensaje de la importancia de la lectura en los niños obsequiándoles con el periódico infantil El Gancho, lanzando desde sus carrozas 15.000 ejemplares. "Nos parecía una buena manera de transmitir el mensaje de la lectura y de apoyar de algún modo también el valor de la prensa escrita", explicó Marta Baturone, periodista sevillana que se encuentra al frente del proyecto.

Además de los ejemplares del periódico infantil se repartieron camisetas, frutos secos, escudos de fútbol y hasta 16 tipos de muñecos diferentes. En cuanto a los caramelos, se lanzaron más de 100.000 kilos, de los que 25.000 fueron comprados por el Ateneo tratándose de una modalidad de caramelos masticables y aptos para celiacos.

"Tira caramelos, hijo, no te vayas a romper", le grita uno, con guasa, al Rey Melchor. De la totalidad de los caramelos, el 80% eran blandos y se repartieron en bolsitas tal y como se acordó con la empresa municipal Lipasam para facilitar después las tareas de limpieza de las calles.

En el apartado de los estrenos destacaron los diseños de los abanicos de los beduinos, que estuvieron más formales que acostumbran, y la Estrella de la ilusión, así como 14 nuevas carrozas. Entre ellas, los tronos de sus majestades, inspirados en tres palios de la Semana Santa. El de Melchor recordaba al de Nuestra Señora de la Palma, en azul; el de Gaspar, a la Virgen de la Victoria de las Cigarreras, en burdeos; y el de Baltasar al de la Esperanza de Triana, en verde.

Las novedades en las carrozas fueron un acertijo para los presentes. "Lo único que realmente soy capaz de reconocer que haya variado con respecto al año pasado es mi nieta, que anda en la de Aladín", aseguró una orgullosa abuela junto al Rectorado. Junto a esa, se sumaron carrozas inspiradas en cuentos como La lámpara maravillosa, La isla del tesoro o El soldadito de plomo. Otras fueron de relatos más actuales como la de Los Martinitos, donde iba la payasa Yupita, Los trogloditas o La isla del tesoro. Un niño de esta última vació una bolsa tras otra.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios