Un plan con datos a cuentagotas. Hubo que forzar mucho para que el Ayuntamiento aportara, al menos, una cifra sobre el proyecto que ha encargado a la consultora Deloitte, mediante el cual pretende que Sevilla se sitúe en el mapa mundial de las principales inversiones. Después de una presentación que duró casi hora y media se supo que el gobierno de Zoido mantiene contacto con siete multinacionales que han mostrado su interés por desarrollar sus negocios en la capital andaluza. Poco más trascendió de un plan con el que se intenta que la ciudad hispalense recupere el tejido industrial que ha mermado los últimos años. 

Dicho plan, bautizado con el nombre de Invertir en Sevilla, se dio a conocer en la sede de la Cámara de Comercio, una cita a la que acudieron numerosos empresarios sevillanos. Los encargados de exponerlo fueron el alcalde de la ciudad; el presidente de la institución cameral, Francisco Herrero; y el delegado municipal de Relaciones Institucionales, Javier Landa, principal departamento impulsor del citado programa. La presentación consistió, sobre todo, en una declaración de intenciones: el Ayuntamiento apuesta por atraer inversores industriales. Un objetivo enmarcado dentro de un plan muy ambicioso que se le ha encomendado -al ganar el concurso público convocado para tal fin- a la consultora Deloitte. La Oficina de Planificación Estratégica (de donde nace el proyecto) entendió desde el principio que mediante una empresa de estas características es más fácil llegar a las compañías de ciertos países que por los propios servicios municipales. 

La presentación del plan se produce después de que se hayan dado los primeros pasos. Los contactos mantenidos hasta ahora han dado sus frutos, aunque el gobierno local mantiene un secretismo absoluto sobre las empresas que han puesto ya su vista en la capital andaluza. Lo único que ha trascendido es que son siete multinacionales con las que se mantienen conversaciones actualmente. Según fuentes municipales, la mayoría operan en el sector de las nuevas tecnologías. Dos de ellas tienen capital español, mientras que el resto proceden del extranjero. En concreto, dos son japonesas, una es china, otra de Argenina y otra radica en un país "del norte de Europa". 

Poco más se sabe de estas compañías, de las que -según las mismas fuentes- aún es demasiado pronto para calcular la inversión aproximada que podrían dejar en la capital andaluza si finalmente se decantan por desarrollar aquí su negocio. 

El concejal Landa defendió esta iniciativa con la que se pretende que Sevilla disfrute de un modelo económico "no sólo encuadrado en el turismo y el comercio, sino que incluya el desarrollo de sectores industriales". En este sentido, el propio Zoido apostó por un plan "que será el punto de partida, el inicio, de un gran sueño realizable, para atraer esos inversores industriales, logísticos y tecnológicos". En esta declaración el primer edil hispalense fue a más y propuso convertir a la urbe hispalense en "referente del sector agroindustrial" los próximos años. 

El delegado de Relaciones Instucionales enmarcó este proyecto dentro de una nueva dinámica estratégica de la ciudad condicionada por la actual coyuntura de crisis. "No tenía sentido hacer ningún plan a largo plazo, porque todo es muy volátil y la planificación cambia rápidamente", explica Landa, quien aboga por "acciones a corto plazo que encadenadas consiguen un gran objetivo". 

Sin embargo, esta declaración de intenciones y el hecho de que durante la presentación del plan no se especificaran las acciones a llevar a cabo ha creado cierto escepticismo sobre los logros de dicha iniciativa. Precisamente, esta falta de concreción fue la que ha criticado la concejal socialista, Susana López, quien acudió a dicho acto junto al portavoz adjunto del PSOE, Antonio Muñoz. López pidió al gobierno local "que reflexione y plantee algo serio después de tres años sin haber hecho los deberes". 

La concejal socialista recuerda que tres años después de que se constituyera la Oficina de Planificación Estratégica de la que nace el mencionado plan "no se ha visto nada serio ni responsable". Para López, Invertir en Sevilla es "una simple operación de marketing para que parezca que se hace algo, mientras que el documento planteado carece de contenido, seriedad, actuaciones claras y concretas".