Juan Ignacio Zoido. alcalde de sevilla

"No soy infalible, por eso mismo necesito tanto a los sevillanos"

  • El alcalde culmina el mandato convencido de que Sevilla ha superado la peor etapa "y con la peor herencia" y satisfecho de haber saneado las cuentas.

Juan Ignacio Zoido agota la Semana Santa como su mandato, satisfecho por haber hecho sus deberes y haber cumplido con los sevillanos, que recuerda que es su verdadera obsesión. Antes ha vivido una auténtica semana de pasión, no sólo por los compromisos de la cuaresma, sino por la resaca de unas elecciones autonómicas nada buenas para su partido. A poco más de un mes de la próxima cita con las urnas, donde quiere revalidar su mayoría, Zoido confía en que la respuesta a nivel municipal va a ser distinta y que, si no una mayoría aplastante como la de 2011, logrará una "mayoría suficiente". Desde los tejados de la Fábrica de Artillería asegura que el único vértigo que no ha perdido es el miedo a las alturas y reflexiona sobre lo que ha ocurrido en los últimos cuatro años y lo que está por llegar: "Los sevillanos hemos resistido a la crisis y ahora tenemos que comernos el mundo".

-Dice usted que esta fábrica que ahora está en rehabilitación representa muy bien lo que ha sido su mandato.

-Sí, primero tuvimos que consolidar y sanear para empezar a invertir y en los próximos cuatro años esta riqueza patrimonial estará al servicio de la ciudad, como ha pasado en el Ayuntamiento, ahora estamos preparados para crecer una barbaridad.

-También puede interpretarse que se ha empezado a invertir al final del mandato, que la mayor parte de la obra está por hacer y que el futuro de la fábrica, quizás también el de Sevilla, no se ve claro. ¿Es buen ejemplo?

-Todo el mundo es consciente de que nos encontramos una Administración endeudada, 400 millones de deuda no habían aflorado. Y lo primero ha sido sanear. De haber seguido como hasta entonces, el Ayuntamiento hubiera tenido que malvender las empresas municipales o cerrarlas. O bien no podría estar prestando los servicios públicos, o no podría estar ahora abonando el sueldo a los trabajadores del plan de empleo joven, por ejemplo. Todo esto es hoy posible porque hemos sido capaces de poner en orden las cuentas y apretarnos el cinturón, los políticos primero. Sin ordenar, sanear, controlar el déficit y garantizar los servicios no se puede empezar a invertir. Porque si me dan a elegir entre arreglar Artillería o atender a quienes necesitan comer siempre apostaré por lo segundo.

-Usted confió mucho en inversores privados que no han llegado.

-Creía que iban a poder venir más inversores, pero es cierto que la crisis es para todos. No obstante, se fijaron algunas multinacionales que nos pusieron unos deberes: nos marcaron plazos muy rápidos como condición para venir y abrir.

-¿Se refiere a Cotsco y Bricodêpot? No parece suficiente.

-Sí. Con ellas cumplimos de la mano de una empresa privada sevillana, Bogaris, y hemos desarrollado el Higuerón Sur. Hemos estado peleando para salvar todas las dificultades para el planeamiento de la zona de San Nicolás, donde se va a instalar Ikea, que pronto podrá empezar a trabajar allí. Y hay que trabajar ahora con los suelos junto a Palmas Altas.

-¿Su sello, al final del mandato, es el del alcalde que saneó las cuentas?

-Eso es lo principal, para un gobierno o para una familia. Saneando las cuentas hemos cambiado la forma de hacer política en los últimos años. Hemos gastado lo que se tenía y no hemos endeudado a otras generaciones, al contrario.

-¿Y no es ésa una obligación de cualquier gobierno?

-Nosotros lo hemos hecho y, además, hemos detenido la destrucción del empleo.

-Pero en su mandato se ha incrementado la lista de parados.

-No pueden olvidar los sevillanos que entre 2007 y 2011 el gobierno del PSOE e IU nos dejaron 40.000 desempleados más y aún no se había reconocido la crisis. En este mandato han sido poco más de 7.000 parados más. Nosotros hemos frenado esa situación y hemos empezado a generar empleo neto. Los próximos meses van a ser esperanzadores. Y, además, hemos cambiado el modelo productivo.

-Se ha seguido potenciando el modelo tradicional, el del turismo y el patrimonio, ¿no?

-Y hemos alcanzado cifras récord en turismo y se ha incrementado el consumo, pero también hemos abierto la puerta a que nuevas empresas vengan a la ciudad, a su zona franca, que ya es una realidad. Ése es otro modelo. ¿Se le ocurre mejor proyecto que la primera zona franca fluvial de España?

-Usted también presume de su inversión en políticas sociales. El empleo es una de las mejores políticas en esta materia. ¿Todavía hay muchos que le dan el currículum por la calle?

-Sí. Eso no ha cambiado. Como alcalde, mientras haya un sevillano en el paro, aunque no sea mi competencia exclusiva, debo preocuparme por mejorar las condiciones para que las empresas vengan a invertir y dar empleo.

-¿Es lo único que se puede hacer desde el Ayuntamiento?

-Sí, los planes le corresponden a la Junta de Andalucía. Y los que acomete, no los paga.

-Esos planes de empleo temporales y precarios tampoco solucionan la situación.

-No. Por eso lo mejor es trabajar para que vengan empresas. No sólo a la zona franca, también a Cartuja, que todavía puede crecer más con compañías de vanguardia. Hemos sabido aguantar la crisis y nuestro reto es avanzar todos juntos, sin complejos y siendo conscientes de que no somos más que nadie pero tampoco menos.

-Dice usted que un gobierno aliado en la Junta sería una gran ventaja para Sevilla.

-Sin duda. Sea del color que sea. La Junta debe mirar a Sevilla con respeto y dar facilidades también para que aquí podamos todos juntos hacer una gran ciudad.

-Pero las urnas ya han hablado. ¿Habrá quien piense que lo más fácil ahora es poner en el Ayuntamiento a quien ya es su aliado, al PSOE?

-Los sevillanos tienen la memoria reciente de que los gobiernos del PSOE y otros de izquierdas han sido mortales para la ciudad. Han despilfarrado y dejado una gran deuda para las próximas generaciones. Y también saben que la Junta no se portó bien cuando tenía un aliado aquí en Sevilla, del mismo color. No se facilitaron tampoco mucho las cosas.

-Aunque no se pueda extrapolar, la próxima cita electoral está muy cerca. ¿Han castigado de alguna manera los sevillanos a usted en las autonómicas?

-No lo creo. No es lo que me encuentro en la calle, se lo digo con sinceridad. Cuando se gobierna siempre hay algo de desgaste, pero lo que tenemos que hacer ahora se seguir trabajando en la misma línea. Yo estoy muy satisfecho con mi gobierno, con todos mis delegados. Hemos superado la peor etapa con la peor herencia que un gobierno había recibido en Sevilla y por eso creo que nos permitirán culminarla. Juntos haremos una gran ciudad.

-Eso recuerda el eslogan de su última campaña, #Tú haces Sevilla, donde vende los logros de las empresas y de su gobierno. La oposición ha pedido su retirada por electoralista. ¿Qué opina?

-Ya elevamos una consulta a la junta electoral para aclarar la situación. Es una campaña como las numerosas que hicieron los gobiernos socialistas, como Sevilla se ve, Sevilla, la construcción de un sueño o Sevilla, la ciudad d e las personas, con diferencia de que éstas supusieron un desembolso importante y la nuestra la ha hecho el gabinete de comunicación.

-Las urnas han arrojado otro mensaje: muchos descontentos.

-A nivel municipal la respuesta va a ser distinta. Los partidos tradicionales seguiremos teniendo el peso fundamental del respaldo de los ciudadanos, aunque hay nuevas opciones y todos tienen derecho a presentarse.

-¿Y entiende ese descontento?

-En cierta medida sí, porque creo que los políticos tienen que estar al lado de la gente. En política hay que estar para servir, no para serivrse y estar de la mano de los vecinos. Es mi manera de entender la política. Luego hay que tomar decisiones de despacho estratégicas y hay que acabar con esa corrupción generalizada que ha habido en ocasiones y he vivido. Hay que predicar con el ejemplo, así se gana uno el respeto o, por lo menos, el aprecio de la gente.

-Pero va a ser difícil una mayoría absoluta si no le prestan votos.

-Yo no contemplo otro escenario que una mayoría suficiente para poder desarrollar los proyectos, unos en marcha y otros no. Cuando llegamos no había ningún proyecto en el cajón y nada se hace de la noche a la mañana.

-Una mayoría si sólo es suficiente va a requerir de mucho diálogo con la oposición y eso hasta ahora no ha existido.

-Yo me he llevado una sorpresa. Cuando empezamos en 2011 había un portavoz de IU que presentó su dimisión y se fue. Otro lo sustituyó y también se fue y ahora vamos por el tercero. Y en el PSOE no ha habido cambio, pero sí falta de lealtad con la ciudad y con los problemas que tenía que abordar el ayuntamiento. No ha habido diálogo porque ellos no lo han propiciado. El PSOE lo único que ha querido es alinearse con la Junta de Andalucía en lugar de con Sevilla. Siempre que hemos tenido una idea ha sido el no por costumbre. Me llama la atención ese interés más electoralista que de la persona que ejerce la oposición. Y eso me preocupa porque yo creo que he demostrado que los sevillanos son mi obsesión y de hecho decidí abandonar la presidencia del PP para dedicarme sólo a Sevilla.

-¿El año y medio que estuvo presidiendo el PP andaluz perjudicó a la ciudad?

-No. Asumí lo que era mi responsabilidad en un momento provisional y lo dejé cuando pude, porque lo pedí antes. El tiempo me lo quité de sueño y a mi familia.

-Doy la vuelta a la pregunta: ¿Perjudicó quizás a su partido? ¿Tiene usted alguna responsabilidad en los malos resultados de las autonómicas?

-No, porque yo no cambié nada, sólo mantuve el partido, con sus parlamentarios y una estructura regional que había ganado las elecciones. Luego llegó otro presidente, que hizo su equipo, con los mimbres que tenía, claro.

-Volviendo a la ciudad. Con su experiencia actual, ¿cree que se ha equivocado en algo?

-Hay cosas que se podrían haber hecho mejor planificándolas. El momento era difícil y aposté por salvaguardar los servicios públicos fundamentales y sociales y frenar la caída del empleo, luego sanear las empresas municipales porque iban con un rumbo que ponia en peligro la estabilidad laboral. Todo eso se ha ido resolviendo y más cosas. Decían que no íbamos a poder devolver los mil euros de fianza de los parkings y lo hicimos. Todo es posible, pero a veces hay que hacer muchos informes jurídicos, muchas horas de estudio. No le quepa la menor duda de que he tomado buena nota y que hay muchas cosas que se pueden mejorar.

-Da la sensación de que todo es muy difícil, todo se enreda demasiado burocráticamente.

-Desarrollar un proyecto cuesta mucho esfuerzo. Yo me propuse que todo el proyecto que se pusiera en marcha tuviera la garantía de que no se quedaría a medias, de que tendría garantizada su financiación para ir pagando conforme se construya y de que no generaría desvíos. Puede que los proyectos en mi mandato se ralenticen, pero una vez que se ponen en marcha se terminan. La prueba está en las naves del Barranco. Lo contrario pasó en las setas o en Fibes.

-Otros se eternizan, lleva años hablando de Altadis, Gavidia...

-Nada es fácil. El proyecto de la estación de Cádiz comenzará a verse en días. También el de los bajos de Marqués de Contadero y el de la Puerta de la Carne está pendiente de la Comisión provincial de Patrimonio.

-Por cierto, allí habló usted de instalar el Pompidou de Sevilla, en lo que sería un eje cultural junto a Artillería. El de Málaga se acaba de abrir. ¿Se ha quedado Sevilla atrás en gestión cultural?

-No. Ahora está Santa Clara y hemos creado Patrimonium Hispalense para recopilar todo el patrimonio municipal. Y mucho más. La cultura jamás ha estado tan viva y más accesible. Hacemos las cosas bien, en todos los ámbitos. Como le decía, cuando acometemos por ejemplo obras en las calles se hacen en el menor tiempo, salvo cuando hay interferencias de la Junta, como ha ocurrido en Almirante Lobo. Ahí hemos tenido que demostrar que no había restos arqueológicos y eso ha retrasado la obra y elevado su coste. Y ahora está terminada y algunos han descubierto que al fondo estaba la Torre del Oro.

-Otros dicen que usted se ha cargado todos los árboles...

-Los árboles estaban en una situación muy delicada porque por allí discurre el Tagarete y estaban afectando a las canalizaciones. Los vamos a sustituir por otros.

-¿Le ha faltado tiempo en este mandato?

-Sí, me ha faltado. Las cuentas me han llevado mucho más de lo previsto. Y eso sin entrar en la situación de las empresas municipales. Lo importante era pagar.

-¿Habrá nuevos proyectos en su programa electoral?

-Ahora sólo pienso en gobernar, no en programas electorales. No creo en proyectos megalómanos, sino en el trabajo serio.

-¿Cuál es el grado de cumplimiento de su anterior programa?

-Sí, no sé el porcentaje exacto, pero más del 80%. Yo creo que la gestión ha sido bastante buena.

-No opinan lo mismo los que siguen protestando por la zona azul o la excesiva política recaudatoria, por ejemplo.

-Había una cierta relajación. Yo dije que había que poner orden en la ciudad. Y en la zona azul hemos mejorado la comunicación con las asociaciones de vecinos en todos los sectores y hemos dialogado y buscado soluciones; por ejemplo, a los estudiantes, con un bonobús especial. Hay que tomar decisiones porque son necesarias.

-También hay críticas a su gobierno en materia de vivienda.

-No era el momento de construir, pero Emvisesa ha cumplido con la encomienda de terminar Fibes, asumiendo el coste de la obra, ha construido el edificio puente para poder tirar luego los bloques de Los Pajaritos, ha transformado en alquiler el régimen de venta de las viviendas vacías y ha puesto en marcha una renta social para los más necesitados. ¿Y parece poco que no se haya acometido ningún desahucio por falta de pago como consecuencia de la crisis?

-Hablaba de Los Pajaritos, donde el Gobierno central aporta fondos. ¿Ha sido usted lo suficientemente reivindicativo con Madrid?

-Yo creo que el Gobierno central ha cumplido sus compromisos. Ahí está Regiones Devastadas. En Los Pajaritos es Madrid quien da el dinero a la Junta y ésta es la que prioriza a qué barriadas lo destina y no ha considerado prioritario destinarlo aquí. Así que Los Pajaritos se rehabilitará con financiación municipal. Yo mantengo mis compromisos con los sevillanos.

-¿Cree usted que lo volverán a a votar por eso?

-Me votarán porque sigo dedicándome en cuerpo y alma a la ciudad. Porque hemos hecho los deberes, que son ordenar y sanear las cuentas, hemos cambiado las políticas en esta ciudad, ya no hay la situación de ruina total que nos encontramos, hemos sido el primer ayuntamiento en salir del plan de ajuste y hemos dejado el oscurantismo a un lado y somos de los ayuntamientos más transparentes de España.

-La mejor encuesta es la calle y estos días festivos se le ha podido ver mucho. ¿Qué distingue aquel Corpus de 2011 y este Domingo de Ramos?

-El cariño que noto es idéntico. Pero hay diferencias: mi experiencia, ahora miro la ciudad con ojos de alcalde y soy el único que tiene esa visión. También se agradecen las críticas y quejas, siempre que sean constructivas y en buen tono. Por supuesto, me equivocaré muchas veces y pediré perdón las que haga falta, porque no soy infalible. Por eso mismo necesito tanto a los sevillanos, quiero que ellos me sigan contando Sevilla, la ciudad que busco está en sus ojos y sus labios. Los sevillanos hemos resistido a la crisis y ahora tenemos que comernos el mundo.

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