Sevilla

El Consistorio busca suelo en San Jerónimo para la mezquita

  • El Ayuntamiento baraja la posibilidad de ubicar el templo musulmán en una zona de fácil acceso y alejada de áreas residenciales para evitar más polémicas

San Jerónimo como tercera opción para un proyecto marcado por la polémica desde sus orígenes. El Ayuntamiento apuesta ahora por ubicar la mezquita que promueve la Comunidad Islámica de Sevilla en un solar situado en el norte de la ciudad, en el sector marcado por la estación depuradora de Emasesa y el Huevo de Colón, muy próximo a la sede de Radio Televisión Española. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, ha ordenado a los técnicos que estudien todas las posibilidades en este sector, que se considera que reúne las características adecuadas para sacar adelante un proyecto que lleva más de cinco años varado al tratarse de una zona alejada de zonas residenciales consolidadas, de fácil acceso y con suficiente espacio como para levantar el templo musulmán. Los técnicos buscan una superficie de diez hectáreas -superior a la proyectada en Los Bermejales- que reúna esos requisitos, teniendo en cuenta los usos que asigna el vigente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) a esos terrenos, donde se encuentra el parque de San Jerónimo y terrenos dedicados a usos deportivos, próximos a la avenida José Galán Merino y el conocido como camino viejo hacia La Algaba. Sería en estos últimos terrenos donde sería más factible, sobre el papel, la edificación del templo, pues la operación urbanística sería de menor complejidad que la de sacar adelante el proyecto en parcela con calificación de sistema general, como es el caso de la zona verde parque de San Jerónimo. En cualquier caso, todo indica que la operación difícilmente será de ejecución inmediata, habida cuenta de las calificaciones urbanísticas y cautelas que hay que sortear.

Los técnicos estudian todas las opciones posibles siempre en la misma zona. Contemplan incluso la posibilidad de hallar un suelo de titularidad privada con el que se pudieran acordar permutas o una compraventa, aunque el planeamiento urbanístico indica que mediante esta opción pasaría por levantar el templo en zonas próximas a núcleos residenciales, una circunstancia que parece que, en principio, se pretende evitar a toda costa.

La única directriz que han recibido los técnicos a este respecto es la de descartar cualquier suelo de la zona que no forme parte del término municipal del Sevilla al cien por cien, para evitar complicados acuerdos con otras administraciones locales.

La Comunidad Islámica de España lleva un lustro intentado levantar un gran templo musulmán en Sevilla, para lo que el Ayuntamiento le cedió gratuitamente una parcela de 6.000 metros cuadrados en Los Bermejales, provocando una fuerte oposición de los vecinos, que exigieron que el terreno asignado fuera destinado a equipamientos sociales de los que carece el barrio. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) tumbó el proyecto anulando el acuerdo de cesión del suelo y revocando la sentencia del juzgado de lo contencioso-administrativo que había avalado la operación anteriormente.

Con anterioridad al pronunciamiento del Alto Tribunal andaluz, el gobierno local, presionado por los vecinos de Los Bermejales, ya había optado por reubicar en el proyecto en la Isla de la Cartuja, lo que también provocó el rechazo de los empresarios y de los propios directivos del parque, que consideraron siempre inoportuna esa ubicación. "El recinto tecnológico de la Cartuja es un orgullo y lo que se va a instalar allí no tiene nada que ver", sentenció Antonio Galadí con motivo de una asamblea general de los empresarios sevillanos.

El proyecto inicial de mezquita se proyectaba sobre una parcela triangular de 5,05 metros cuadrados en Los Bermejales. La Comunidad Islámica pretende que tenga dos plantas sobre rasante y una planta subterránea para aparcamiento con capacidad para más de cien vehículos. La superficie total construida, según las necesidades de los promotores expresadas en el proyecto, debe rondar los 7.450 metros cuadrados con la siguiente distribución: planta baja, 2.500 metros cuadrados; primeras planta, 2.000, y tercera planta, 2.950.

Uno de los aspectos más polémicos del proyecto, al margen de su ubicación en la ciudad, ha sido la altura del alminar. La Gerencia de Urbanismo obligó a los promotores a rebajarla en cinco plantas, pasando de ocho a tres. La Comunidad Islámica llegó a pedir la licencia de obra y a poner en marcha los trámites administrativos necesarios para iniciar la construcción, por lo que empleó unas cantidades de dinero que pretende recuperar. Los promotores piden la devolución de alrededor de 200.000 euros al Consistorio por los gastos generados al tratar de poner en marcha un proyecto que la Justicia impidió finalmente. Los musulmanes ya han anunciado en reiteradas ocasiones que seguirán luchando por disponer de un templo en la ciudad con capacidad para 500 fieles.

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