El plan económico y financiero para salvar las pérdidas de la empresa de transportes urbanos que gestiona los autobuses y el tranvía (Tussam) incluye en sus propuestas el recorte de ayudas sociales recogidas en el convenio colectivo, entre las que destaca el gasto superior a 210.000 euros anuales que se destina en conjunto a la llamada "ayuda escolar" y a "la tarjeta de transporte". Estos capítulos sociales representan un 0,21% del presupuesto global de Tussam.

La ayuda escolar fue en 2008 de 130.000 euros, aunque el gasto presupuestado es superior para asumir imprevistos. Pueden solicitarla los 1.500 empleados de la empresa para realizar estudios académicos, o bien los hijos solteros de estos con edades entre los 3 y 25 años. En este curso, las ayudas máximas son de 425,65 euros correspondientes a los estudios universitarios experimentales y un mínimo de 60,81 euros si se trata de estudios de enseñanza Infantil y Obligatoria.

La tarjeta de transporte, es decir, viajes gratuitos para los familiares, supone, según la empresa, un gasto superior a 80.000 euros, por debajo de los 130.000 que alcanzaba años antes. Lo que fue un logro conseguido por los trabajadores desde el primer convenio de 1967 para los desplazamientos educativos de los hijos de los empleados "hasta los 16 años" se amplió en posteriores convenios a 180 viajes semestrales gratis para "los familiares de los empleados" (no sólo hjos). En la actualidad son tarjetas personalizadas para evitar la picaresca.

Aparte de reducir los gastos sociales y otros gastos financieros en un 25%, el plan de ahorro de Tussam contempla externalizar 11 líneas de autobús, congelar la plantilla y no renovar contratos a los 140 eventuales, flexibilizar las condiciones trabajo y las adecuar las subidas salariales, como ya adelantó este periódico en diciembre. Estas propuestas se someterán a debate y votación en el consejo de administración de mañana viernes .

Los trabajadores rechazan a priori la posibilidad de eliminar estas ayudas sociales, pero dicen estar abiertos a negociar si el Ayuntamiento de Sevilla aprueba lo más importante: una solución financiera que acabe de una vez por todas con el profundo déficit de la empresa de transportes urbanos, así como garantías de que no se privatizarán líneas ni se reducirán puestos trabajo fijos ni eventuales. "Estamos dispuestos a negociar si las administraciones se comprometen seriamente a garantizar un sistema de financiación que asegure el futuro de la empresa a largo plazo. Cuando eso esté firmado se negociarán otros aspectos", aclara el portavoz actual de la plantilla, Miguel Pereira (CCOO).

"Con un déficit de 120 millones es irrisorio hablar del gasto de la ayuda escolar y la tarjeta de transporte para los empleados. El problema de Tussam no pasa por ahí, sino por una buena gestión", asegura Pereira, quien recordó que hay otras empresas públicas con ayudas sociales similares.

En declaraciones a este periódico, el portavoz consideró "cicatero" y alejado de la buena gestión que Tussam se gaste 350.000 euros en cada uno de los 3 microbuses eléctricos ("un rotundo fracaso"), que se hayan perdido más de 25 millones de euros de la operación de venta del solar de las antiguas cocheras, y que no dejen de perderse viajeros por decisiones política inasumibles y sin planificar (C7 de Triana).

La empresa quiere un amplio respaldo a su plan y advierte que no puede tocar el gasto de combustible ni reducir la flota en la calle.