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Calle Rioja

Un médico de la generación del 27

  • La pintora Carmen Laffón y Braulio Ortiz presentan en la Academia de Medicina un libro sobre el facultativo que dirigió la Casa Cuna y la Gota de Leche.

LA afición a la pintura le surge a Carmen Laffón cuando de niña iba con sus padres al Museo de Bellas Artes. A don Manuel Laffón le fascinaba Zurbarán; doña María de la Escosura, su esposa, era más partidaria de Murillo. El velatorio del doctor Laffón (1902-1981) se instaló en la Gota de Leche, la institución de la que fue director entre 1968 y 1980. Allí se vivió una estampa propia de un cuadro de Zurbarán. De forma espontánea, voluntaria fueron apareciendo jesuitas, capuchinos o filipenses. Esta escena que cierra el telón biográfico forma parte del libro Manuel Laffón, el hombre y el médico, de Braulio Ortiz Poole y Carmen Laffón.

El libro se presenta esta tarde en el salón de actos de la Real Academia de Medicina en la que Manuel Laffón ingresó como numerario en 1952. A algún lector le sorprenderá que la biografía de un médico haya contado con la lectura previa de Jacobo Cortines, poeta y editor de poetas.

Estamos ante un médico de la generación del 27. Manuel Laffón, primo del poeta Rafael Laffón, nació en 1902, el mismo año que Luis Cernuda, y los últimos años de la carrera de Medicina los cursa en Madrid, alojado en la Residencia de Estudiantes. Allí almorzará muchos días junto a Salvador Dalí. El futuro médico le dedica un poema a la Residencia, versos con Juan Ramón, Ortega y García Lorca. En una capea en Miraflores de la Sierra conoce a María de la Escosura, con la que se casa el 2 de julio de 1927. Un año de resonancias poéticas fundamental en la vida de médico. En febrero obtiene por oposición la primera plaza como pediatra de la Casa Cuna, de la que años después, de 1951 hasta su jubilación en 1972, sería director. En marzo de 1927 es nombrado jefe del servicio de Pediatría del Hospital de la Cruz Roja.

El apellido viene de Francia. Los primeros Laffón se establecieron en el Aljarafe en la primera mitad del siglo XIX. Tenían negocios de vinos en Andalucía, y convertían los caldos del Condado en champán francés. Según el profesor Miguel Cruz Giráldez, uno de aquellos Laffón se enamora de la hija de los condes de Benacazón. El Aljarafe es fundamental en esta estirpe. En Huévar nace en 1864 Amante Laffón, el padre del médico. Un tipo singular que fue secretario del Colegio de Abogados y artífice del barrio Retiro Obrero. El abuelo de la pintora le transmite a Manuel Laffón dos temas esenciales: la atención a los desfavorecidos y el interés por la infancia. El doctor Laffón descubrió que ambos afanes iban de la mano. En 1929, fecha tan asociada con las fiestas de la Exposición, 107 de los 183 niños que ingresaron en la Casa Cuna fallecieron.

Manuel Laffón quería estudiar Arquitectura. Aunque se cruzó la Medicina en su camino, no fue baldía aquella querencia. Como otros futuros arquitectos sevillanos (Delgado Roig, Balbontín, Díaz Langa), pasó por el estudio del pintor Manuel González Santos, el abuelo de Adela Perea. Laffón no fue arquitecto, pero el encuentro con González Santos fue providencial en una doble dirección: el pintor le descubrió a su alumno el paraíso de la playa de la Jara, en Sanlúcar de Barrameda, y le animó para que apoyara la carrera de pintora de su hija Carmen, a la que recién nacida le dedicó un poema titulado Foto del año 34.

Braulio Ortiz, redactor de Diario de Sevilla, habla con los discípulos del doctor, con sus enfermeras, con algunos pacientes (Salud Murube fue la primera), con internos de la Casa Cuna. También recoge el testimonio impagable de los nietos del pediatra Manuel, Carlos y Ángel Laffón. Disfrutaba viéndolos salir de nazarenos de la Candelaria. Cuando venían de visita a su casa de la calle Vírgenes, "se ponía su bata blanca, nos medía, nos pesaba". Han aparecido escritos con su caligrafía de médico en los que el abuelo proporcionaba a sus nietos notas básicas sobre la producción de autores como Berceo, el Arcipreste de Hita, Garcilaso, San Juan de la Cruz o Unamuno.

El mejor pediatra de Sevilla sufrió el duro trago de perder a su hijo mayor, Carlos, con 14 años, víctima de una septicemia. La misma edad con la que muchos años antes había muerto su hermano Armando, el que le precedía en la saga, tras clavarse un ostión en la playa de Chipiona.

Los Laffón vinieron de Francia, descendientes de un general que participó en la defensa de Zaragoza y fue condecorado por Napoleón. Ellos se dedican a la defensa de Sevilla. De Francia vinieron los consultorios de Niños de Pecho y Gotas de Leche. Nombre este último que le dio un médico galo, el doctor Dufour, inspirado en un poema de Alfred de Musset. Poesía para una realidad muy prosaica en la que se adentró el doctor Manuel Laffón, defensor de la lactancia materna en tiempos en los que no estaban por la labor.

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