Nicolás Terrado, fisiólogo del Sevilla

"Conociendo al futbolista evitamos que se lesione"

  • El último fichaje del área médica promete tener la enfermería más vacía que los últimos años a través de sus estudios en otros deportes. Ex baloncestista, le marca su pasado en el ciclismo, "el mejor banco de pruebas".

-Cuénteme cómo llegó al deporte.

-Fui jugador de baloncesto. Jugaba en los Maristas de Jaén y a los 15 años me fichó un equipo de Primera División de Cataluña, el Mataró. Luego jugué en el júnior del Real Madrid, en el Oviedo y en el Gijón.

-En el Madrid tengo entendido que estuvo a punto de coger la buena onda.

-Bueno, pero vamos.... No tuve sitio porque de mi edad, y sobre todo un año menos, había muy buena gente. Iturriaga, Llorente, Indio Díaz… Ya en Madrid empecé a hacer Medicina y en Asturias acabé. Lo que más me atraía era la Medicina Deportiva y como en España no había en esos años y en concreto la fisiología del ejercicio conseguí una beca con un profesor muy famoso a nivel mundial que era el doctor Saltin. Primero estuve con él en Dinamarca y luego en el hospital Karonlinska de Estocolmo. Ésa fue la base de mi formación.

-El fútbol ha evolucionado tanto que hace unos años un club tenía sólo a un traumatólogo. Hoy están todas las áreas controladas.

-Los deportes de equipo tenían el problema hace unos años de que entrenaban, digamos, poco. No se acercaban los entrenamientos al ritmo de la competición. La fisiología del ejercicio ayudó a medir eso. Ahora puede pasar lo contrario, que por exceso de llegar a esos ritmos altos los entrenamientos sean demasiado intensos. En resumidas cuentas, es muy importante en deportes de equipo, en este caso en fútbol, cuantificar las cargas de trabajo para no entrenar demasiado al jugador ni demasiado poco, aparte de no dañarle, que no tenga lesiones y que su salud esté mejor.

-Su sistema deja muy atrás ya aquello de las ampollas en las pretemporadas, las sobrecargas…

-Bueno, pueden ocurrir porque es la parte más difícil del año y por eso estoy aquí más tiempo. Hay que ajustarlo todo bien porque unos venen con una base física, otros con otra; unos vienen de un sitio, otros de otros; otros tienen una edad… por eso lo que hacemos es individualizar las cargas, que es parte de nuestro trabajo.

-Eso es lo que hemos visto en Costa Ballena y, mirándolo bien, es lo lógico. Cada futbolista tiene una musculatura y unas fisonomía diferente. Jesús Navas no es igual de explosivo que Rodri.

-Exactamente. Tratamos de individualizar para buscar una mezcla entre salud y rendimiento o rendimiento y salud.

-Digamos que el fútbol es una actividad física que no deja de ser individual aunque se practique en grupo.

-Eso es, muy bien definido. Si me preguntas si es importante esto en el fútbol, te puedo decir que muy poco. Y lo puedes poner así. En fútbol lo importante es la técnica del jugador y, luego, el entrenador. El fútbol es técnico-táctico, es decir, la técnica del jugador y cómo los organice el entrenador. Nosotros ayudamos en un porcentaje muy pequeño, pero ese pequeño porcentaje en igualdad de condiciones puede ayudar a ganar.

-Llegar una décima de segundo antes.

-Sí, y no lesionarse. Lesiones va a haber, pero esperamos que haya pocas. Una parte de la fisiología del ejercicio es también conocer al jugador, conocer sus músculos, conocer su organismo… en la medida de eso controlarlo y aportarle lo que necesite. Si precisa un mineral, o una vitamina o si necesita un tipo de trabajo más específico, hacerlo. Todo eso junto va a hacer que se den menos lesiones. ¿Qué va a haber? Sí, habrá muchas porque todas no se pueden evitar.

-Las que son fortuitas, está claro.

-De las otras, yo aspiro a que haya muy pocas. El año pasado mismo en el Racing esos dos meses y medio que tuvimos que trabajar muy intensivamente para evitar el descenso tuvimos muy pocas lesiones.

-¿Por qué el año pasado hubo tantas en el Sevilla?

-No lo sé. No tengo los datos. Yo creo que a partir de ahora va a haber muchas menos.

-Me decía Ismael (Fernández) que han pedido el historial de lesiones de cada jugador de los últimos tres años.

-Sí. Todo esto es para tener mucha información. El técnico, el preparador físico, yo… tratamos de conocer al futbolista lo mejor posible. Cuanto más lo conozcamos, mejor. Por eso yo les pincho en los entrenamientos, tomo muestras de sangre, y por eso la semana que viene otra vez tendremos un análisis general de sangre para ver, tras las cargas de trabajo que han hecho aquí (Costa Ballena) tan intensas, si a alguno le crea algún déficit grande o simplemente un inicio de un déficit. Así ya vamos conociendo si determinado jugador cuando hace un trabajo muy intenso le falla o le bajan estos niveles u otros.

-Con todo esto y su pasado en el mundo del ciclismo, ¿se ha creado una imagen equivocada?

-Esto es muy normal, el tener ayuda de un fisiólogo es muy normal en el deporte de élite. En Alemania es normalísimo, en Italia es normalísimo. Tener la mayor ayuda posible para el jugador es fundamental desde todos los puntos: desde la preparación física, desde la nutrición, desde la fisiología…

-Usted, además, pasó por una experiencia fea en Francia.

-Aquello fue una experiencia muy desagradable que por suerte al estar yo en una entidad muy seria como la ONCE, y por el apoyo del Comité Olímpico, se aclaró. La ONCE hizo una cosa muy buena y es que no paramos hasta que reconocieron que se habían equivocado. Fue desagradable, estuve dos días retenido en aquella comisaría y luego tampoco aceptamos lo que decían. Iba a ser una multa por llevar medicinas españolas allí, no aceptamos ningún tipo de multa, fuimos a juicio y al final ganamos. Fue una victoria moral, porque tuvieron que reconocer que se habían equivocado conmigo. Estuve dos días sin poder salir, declarando hasta que se analizara la Couldina que yo llevaba... Que en otros casos podrá haber historias malas en el deporte pero allí se habían equivocado. Y por suerte, eso quedó dicho por un juez.

-El ciclismo ha sido históricamente la actividad física en la que la medicina y la tecnología antes han llegado y más evolucionaron.

-El ciclismo es que depende exclusivamente de estar bien físicamente. El ciclismo ha sido un banco de pruebas para la medicina deportiva grandísimo. Se ha aprendido mucho de muchas cosas aplicables luego a otros deportes. En ciclismo se dan circunstancias que no puedes experimentar en un hospital o en un laboratorio de fisiología. Por ejemplo, poner a un deportista en situación de sobreentrenamiento o agotamiento total. Aquí no puedes decir a un grupo de deportistas "os voy a agotar al máximo para ver luego cómo estáis", pero en ciclismo hay situaciones que te llevan a eso y si les haces análisis y les miras aprendes mucho. El ciclismo, como el atlétismo, ha servido mucho a la medicina por la situaciones límite que origina.

-En fútbol se pasa de periodos de intensidad máxima a otros de recuperación…

-El fútbol actual es cada vez más intenso y el fútbol que nosotros (Marcelino) queremos hacer va a tener mucha intensidad. Entonces eso hay que ajustarlo para que el jugador no entrene demasiado, tampoco se quede corto, y que esas cargas de entrenamiento no dañen su salud, pues nos interesa que esté sano muchos meses en una temporada que será muy larga y muy dura.

-Se le conoce por su pasado en el ciclismo, pero usted ha tocado baloncesto, ha tocado esquí alpino y ha tocado fondo. Estudió a los kenianos en su hábitat natural.

-Sí, estuve en Kenia. En los años 90 y 91 el profesor con el que estudiaba en Suecia hizo unas investigaciones con los atletas kenianos. Esos años yo trabajaba para el Comité Olímpico Español y aceptó que yo me marchara esos meses y fue un trabajo muy interesante.

-¿Jesús Navas es lo más parecido a un atleta keniano?

-No lo sé. Tengo que conocerlo un poco más. Estoy en una fase de conocimiento. Repito que mientras más conozca al jugador, su fisiología, su metabolismo… más le podré ayudar. Por eso ahora los molestamos tanto. Durante los entrenamientos le hago una señal a Marcelino y paramos, sacamos muestras. La semana que viene, con un control grande en ayunas, mediciones, más mediciones, tests…

-Han llamado la atención los entrenamientos con los tubos. Ha sido, además, invento suyo.

-Bueno, invento mío… aquí trabajamos todos en equipo, Marcelino, Rubén (Uría), Ismael, los médicos de ahora… Es una adaptación que hemos hecho aquí en el equipo de unos que ya había. Mira, en esta fase del año tienen que entrenar bastante, pero como tienen que entrenar tantas cualidades físicas, la parte aeróbica, de resistencia, la velocidad, la fuerza… no da tiempo casi y ya mismo tenemos cuatro partidos importantísimos seguidos. Euroliga, Betis, Euroliga, Málaga. Nosotros la parte de resistencia aeróbica, que es lo que antes se entrenaría corriendo una hora, ni tenemos tiempo ni tampoco queremos castigar al jugador con tanta carrera continua. Entonces lo hacemos en bloques muy cortitos con este aparato con el que les entra un poco menos de aire y con eso logramos dos cosas: entrenamos la musculatura del pulmón y además como les entra menos oxígeno es como si dijéramos que entrenan en altura. En definitiva, con menos tiempo de entrenamiento creamos un estímulo para ese metabolismo y para el entrenamiento de la resistencia.

-Es cierto que se le ve con ganas.

-Esto es mucho labor de equipo. No es una cosa aislada, pero que se une a toda la infraestructura que tenía ya el Sevilla, un gran club. Por eso para nosotros era un reto y una cosa bonita. No es lo mismo que cuando hemos estado en clubes más modestos. Nosotros entramos en un equipo que se agranda, los médicos que ya había, los fisios, los readaptadores… es unirnos a un gran barco ya. Y aquí, por supuesto, también nos encontramos con un poso muy válido, que es el que han dejado Juan Ribas y Antonio Escribano.

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