Sevilla cuenta con 120 kilómetros de carril bici a lo largo de sus principales calles; sin embargo, hasta la fecha, no había préstamo de bicicletas adaptadas para personas con discapacidad. La Fundación También, con el apoyo de Sanitas, pone en marcha un plan de 30 bicicletas adaptadas en diferentes ciudades españolas, entre las que se encuentra la ciudad hispalense. Tres son las que se han puesto a disposición de los discapacitados que las soliciten de forma gratuita. Dos de ellas están adaptadas para el pedaleo a través de los brazos (ambas con una altura rebajada y en dos terminaciones diferentes) y la tercera está destinada para personas con movilidad reducida en las piernas, ya que permite pedalear con la ayuda asistida de un acompañante.

Los interesados pueden acceder a ellas acudiendo a BiciHouse, en la Plaza de Santa Cruz. Sólo hay que presentar la identificación y dar un número de teléfono. De esta forma, "llamamos cada cierto tiempo para ver que todo funciona correctamente", afirman desde BiciHouse. Además, la empresa no cobra ninguna prestación por su alquiler, por lo que trabajan de manera completamente desinteresada. Se encargan de cualquier asistencia técnica en caso de problema con la bici o de reparación, sin coste alguno para el usuario. "No ponemos ningún límite de tiempo", aclaran. BiciHouse se encarga de ofrecer paquetes turísticos a dos ruedas por toda la ciudad, y no dudan en prestar el mismo servicio para cualquier cliente. Pablo Tovar, un joven estudiante sevillano de 24 años y que tiene discapacidad física con lesión medular, acoge la iniciativa con sorpresa. "Si hay Sevici, me parece una buena idea que haya bicicletas adaptadas para nosotros", añade. Se muestra contento con los avances en la eliminación de las barreras arquitectónicas en la ciudad. "Vivo en Los Remedios y está totalmente adaptado. Las bicicletas son un gran paso, porque no es sólo luchar por el día a día, sino también ofrecer oportunidades para el ocio", concluye.

La Fundación También, centrada en el apoyo para la superación de las dificultades a través del deporte, es la encargada de promover esta iniciativa. Para ellos, estas actividades aportan diversión, además de beneficios físicos y psicológicos. Según Carlos Rolandi, responsable de los programas de la fundación, "el deporte permite relacionarte y reafirmarte como persona". Una idea que surge para promover el turismo y el deporte sano en diferentes ciudades, que las personas con discapacidad pueden visitar acompañadas de amigos y familiares que también utilicen este tipo de vehículos.

La capital andaluza cuenta con el préstamo público de velocípedos a través de Sevici, pero no existe ningún proyecto a corto plazo para su adecuación a personas con limitaciones físicas. Desde la Delegación Provincial de Igualdad y Bienestar Social se promueve "el turismo activo a través de subvenciones, además de ayudas para la adquisición de éstas gracias a las convocatorias oficiales a la que pueden acceder las asociaciones y fundaciones", aclaran desde la institución. Pero no existe ningún programa específico para fomentar la adquisición desde los ayuntamientos.

"Nos parece muy duro que ciudades con bicicletas municipales no atiendan a las personas con discapacidad. Sin embargo, Sanitas sí que lo entendió", añade Rolandi. La aseguradora, a través de su obra social, es la encargada del suministro de estos vehículos de tres ruedas a la fundación. "Es un proyecto en el que se trabaja desde hace dos años. Se ha comprado un total de 60 bicicletas, distribuidas en 10 ciudades". Sevilla, Cádiz y Málaga han sido las últimas beneficiadas de este proyecto. "Es todo un logro, funciona bastante bien, aunque aún es pronto para conocer los resultados de su implantación en Andalucía", agrega Rolandi. En un principio se trata de una propuesta limitada, ya que han sido repartidas por toda la geografía en función de la demanda que se prevé. En un futuro, los promotores defienden que estudiarán la posibilidad de ampliar el número de ejemplares y su reubicación, atendiendo a las necesidades que se presenten.

Un carril que no para de crecer y cuyo destino es la superación de cualquier barrera física que impida la adaptación de las personas con discapacidad.