metrópolis

El barrio del sevillano que ganó el Planeta

  • Reseña. La novela 'Con la noche a cuestas', con la que desde hace cincuenta años Manuel Ferrand sigue siendo el único sevillano que ganó el Planeta, es un libreto para recorrer el barrio, un microcosmos que explica la ciudad y también el mundo

Es muy probable que la portada de la Feria de 2019 recuerde el quinto centenario de la gesta navegante de Juan Sebastián Elcano y Fernando Magallanes. El primero da nombre a la calle en la que vivía Manuel Ferrand, el único sevillano que ganó el premio Planeta con la novela Con la noche a cuestas. Este año se cumplen las bodas de oro de aquel galardón, pretexto para recorrer el barrio del novelista.

En 1968 faltaban cinco años para que la Feria llegara a Los Remedios. En la novela hay una caseta, pero es de obra, el destino laboral de Tirso, el protagonista, un desertor del arado que pasa las noches con la compañía de una radio, un gato y las conversaciones de Castro, el sereno, de ascendencia gallega, a quien otro personaje, Fede, portero de un inmueble, le habla de su amistad con el gerente de unos grandes almacenes que están a punto de abrir en la ciudad. Ese año, además de que Massiel ganó el festival de Eurovisión y Franco vino a Sevilla a inaugurar el puente más próximo a la portada de Feria, el 8 de marzo de 1968 abrió sus puertas El Corte Inglés del Duque, que tuvo entre sus primeras firmas a Manuel Ferrand.

Es un privilegio para el periodista recorrer el barrio con un vecino de Los Remedios que además es yerno de Ferrand. El punto de partida con José María Gutiérrez (Guti), padre de Álvaro y Marco Gutiérrez Ferrand -el segundo cumple 21 años mañana, día del Libro - es la cafetería José Luis en la plaza de Cuba. En ella vive Luis Díaz del Río, arquitecto que diseñó varios bloques de la plaza, donde residía Juan Fernández, el alcalde que en 1973 trasladó la Feria del Prado a Los Remedios. Lo único que existía en la plaza, que hoy tiene hasta estación de Metro, era el antiguo convento que el mecenas cubano Rafael González Abreu donó en 1928 a la ciudad de Sevilla para Instituto Hispano-Cubano de Historia de América (actual Museo de Carruajes).

Desaparecieron los carteles contra la peatonalización de la calle Asunción. En la calle Virgen de Consolación se produce un encuentro mágico. El yerno del novelista, guía de este paseo hasta el irreal de la Feria, porque hoy mismo empieza su desmontaje, se encuentra con María Luisa Garriga, la cuñada del novelista. Es hermana de Consuelo. "A Consuelo, mi mujer", se lee en la dedicatoria de Con la noche a cuestas. "Yo llegué a Sevilla el Miércoles de Feria de 1963", cuenta María Luisa. Nació en Barcelona, se casó con un valenciano. "Mi hermana Consuelo vino cuando yo iba a dar a luz y conoció a Manolo". El novelista había enviudado y se quedó con cinco niños a su cargo. "En cierta forma, mi hermana conoció a Manolo gracias a mí, que fui su mecanógrafa". Fueron vecinos en dos bloques que promovió el padre del escritor, que era constructor.

¿Qué hay de Los Remedios en la novela de este hijo del barrio? Hay referencias en la novela a la Fábrica de Tabacos, de la que sólo queda la capilla de las Cigarreras. Cuando funcionaba, siempre había una pareja de la Guardia Civil con la que coincidía el sereno de la historia. Pese a esa vigilancia, se produjo un robo en el piso del periodista que aparece en la novela y que ocurrió en la realidad cuando todos dormían.

También aparece la farmacia. La actual titular es la licenciada Margarita Saldaña. Habla de una plaza destartalada donde está la nueva parroquia junto al bar de los americanos y un restaurante chino que en realidad regentaba un japonés que vino de California, local que cerró para trasladarse cerca de la base de Rota. La parroquia es la referencia geográfica de anuncios de Lidl, curiosa convivencia entre un edificio católico y una firma comercial originaria de un país mayoritariamente protestante.

Curro Rodríguez está leyendo una biografía de Elvis Presley. Cuando murió el rey del rock, 16 de agosto de 1977, su amigo Silvio decidió convertirse en su reencarnación sevillana y mariana. La primera Cabellería de Sevilla, como se lee en el cartel, está en la calle Fernando IV esquina con Virgen del Valle. En esta calle, el número 32, estaba Don Gonzalo, la sala de fiestas que abrió Gonzalo García Pelayo, productor musical, director de cine, decodificador de casinos. Paco Cervantes, el primer productor del Loco de la Colina (otro hijo artístico del barrio: el programa nació en los estudios de Radio Nacional de España en Avenida República Argentina) era el dj de Don Gonzalo, que no debía su nombre a Berceo ni mucho menos a Queipo, sino a Gonzalo Segovia, prócer y bisabuelo de García Pelayo.

En la barbería de Curro trabaja ahora su hijo. Entre fotografías, recortes de prensa e instrumentos musicales, está el rincón de Manuel Ferrand. Acto de justicia poética, hija de la prosa. "Pasaron ante la puerta de cristal de la peluquería", escribe Manuel Ferrand. "El maestro estaría por aquellas horas dándole a la guitarra eléctrica, un paso adelante, un paso atrás, en cualquier sala nocturna. El maestropeluquero tenía, para desconcierto de sus clientes, una abundante melena. Era joven y muchas noches, antes de cerrar, se quedaba en la barbería junto a otros más o menos de su edad, para discutir sobre música de conjuntos. Algunas veces se llevaban el tocadiscos, lo ponían encima de uno de los sillones giratorios...".

Muy posterior al traslado de la Feria es el Edificio Presidente. Allí reside desde hace once años José María Asprón, que el 21 de enero fue padre de dos mellizos, Mateo y José María, que le han regalado la Feria a su abuelo. José María Asprón Berro, padre del vecino del edificio más cercano a la portada, es vecino histórico de Los Remedios, y cuando llega la Feria, como muchos en su lugar, organiza un viaje para escapar de las pesadillas de las sevillanas y los cacharritos, una bendición para el que viene de lejos que puede ser una tortura para quien se despierta con el hilo musical. Al estrenarse como abuelo, ha cambiado unas imaginarias antípodas por hacer de canguro de sus nietos, que pronto serán vecinos de la calle Asunción.

Banderas de España en muchos balcones; en menos, estandartes de la coronación de la Virgen de la Victoria, que da nombre a otra de las calles. La calle Asunción ha vuelto a tener librerías, un clásico en su oferta comercial. En el escaparate de la Librería Verbo, la nueva novela de María Dueñas, Las hijas del capitán; el libro de Arcadi Espada sobre Francisco Camps, que en tiempos de vacas gordas y mayoría absoluta visitó la Feria casi bajo palio; una Historia del Rock Andaluz de Ignacio Díaz Pérez; y un ensayo de Emilio González Ferrín, Cuando fuimos árabes, que parece un guiño a Tablada, donde empezaron casi todas las historias de esta ciudad. Al librero que despacha, lo vio un día antes el periodista atravesar el puente de San Telmo lleno de coches de caballos y mujeres con traje de gitana con un ejemplar de Los orígenes de la Semana Santa moderna de Sevilla, de Rocío Plaza. A dos pasos de la librería, para los amantes de la filología, el reclamo de una cervecería con un aumentativo y un diminutivo: Ofertón Maceta de Rebujito. Cinco euros.

Cada bar de Los Remedios es una historia. El bar Bugarín, en Fernando IV, debe su nombre a una aldea de Pontevedra muy próxima a Mondariz. Desayunamos en el bar Sierra II. Una cadena de bares en el barrio. El apellido del poeta de Mediodía que fue muy amigo de Ferrand, padre del futbolista Joaquín Sierra Quino; apellido del último ganador del Planeta, Javier Sierra. "El nombre es por la Sierra de los Templarios. Somos de Jerez de los Caballeros", dice la mujer del dueño.

En Asunción vivía Carmina Ordóñez y en Ramón de Carranza, donde tiene su consulta de ortodoncia José María Llamas, residió Isabel Pantoja. Las mujeres sucesivas de Paquirri, que murió tras la cogida de un toro en Pozoblanco en septiembre de 1984. El mismo día que murió Manuel Ferrand, 30 de agosto de 1985, un toro acabó con la vida del joven diestro José Cubero Yiro en la plaza de Colmenar Viejo.

"Pasó el último autobús, casi vacío, camino del centro". Así empieza la novela de Ferrand. Hay una chica que se llama Remedios, posible guiño al barrio. Un par de referencias a la Feria (del Prado) y un recorrido por casi todos los barrios de la ciudad: Juan XXIII, el Polígono San Pablo, la Puerta de la Carne, Tiro de Línea, San Vicente, calle Canalejas, San Lorenzo, Triana, la Ronda de Capuchinos, Los Pajaritos. Con su carga social, que pone en boca de un escritor que volvió del exilio. "Ésta es la capital de la tauromaquia, la metrópoli de los grandes cortijos, la tierra del ole con ole". Y aún hay más. "Ésta es la ciudad de las grandes fiestas, de las funciones benéficas, con dos estadios de fútbol y ni un solo teatro.... Y si hablamos de música, ¿qué me dice usted? Para que la gente vaya a un concierto, tiene que ser de marchas procesionales. Ahora, eso sí, de aquí son los mejores rejoneadores, las mejores cupletistas y los jornaleros más buenos, más solicitados por media Europa".

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