En el duelo de los dos gurús de la posesión, el que se impuso en el resultado final fue el juego directo, el del pelotazo y la carrera, las transiciones defensa-ataque y el saltarse las líneas -por así decirlo- a lo bestia. También es verdad que porque el equipo de Sampaoli perdió claramente esa batalla que tanta literatura y minutos de audio había generado en las previas. El Sevilla jugó al pelotazo desde primera hora, más si cabe en la primera mitad que en la segunda, en la que de verdad se vio superado por el mejor toque de los canarios, liderados por Roque Mesa y ante un rival negado en la también importante faceta de la recuperación, que ayer si cabe debía adquirir una dimensión superior sabiendo las virtudes del de enfrente.

Defensa

El Sevilla tuvo un problema serio en la recuperación y eso fue un lastre durante casi toda la tarde, prácticamente hasta la salida de Iborra, un jugador fundamental tanto en la ida como en la vuelta. Sampaoli volvió a quitar una pieza en defensa al volver a la zaga de cuatro, compensando con Kranevitter más para equilibrar las transiciones ataque-defensa que para liberar a N'Zonzi, un jugador que seguía haciendo casi la misma función de siempre con la salvedad de que cuando el balón pasaba de la zona de creación a la de transición (de la 2 a la 3) adelantaba su posición unos metros.

El sistema defensivo no fue capaz de frenar a Roque Mesa o al menos restarle comodidad sin un solo jugador adecuado para eso. Con Iborra sólo lo logró. Igualmente, en el flanco izquierdo Sarabia, un delantero, sufrió mucho como lateral. Si podía frenar a Halilovic, aparecía David Simón. Así, los centrales tuvieron trabajo y Sergio Rico fue el que mantuvo al Sevilla en el partido.

La pizarra del Sevilla.

Ataque

Al Sevilla le costó encontrar su sitio en un partido en el que todo se le rodeó para jugar al fútbol directo. N'Zonzi seguía buscándola entre los centrales en la salida del balón y ahí todo iba como siempre, pero ocurrió que el estatismo general de los hombres que esperan arriba el balón generaba que ataques ya en zona de finalización casi bajaran otra vez hasta la zona de inicio, donde Sergio Rico no tenía la referencia de N'Zonzi al encontrarse más arriba por el desarrollo normal del juego y del propio ataque. Así, muchas posesiones de Nasri al borde del área acababan en pelotazo de Sergio Rico o los centrales arriba, sin tener además al hombre adecuado para pelear con Lemos y Aythami. Sólo Vitolo en arrancadas lograba sacar a los rivales de sus posiciones.

Tras el descanso, el Sevilla retrocedió, sus posesiones eran muchos más cortas y empezaron a aparecer situaciones de transición que no supo gestionar bien, como si no se trabajasen durante la semana. Aunque así, en una peinada de Iborra, llegó el gol.

Virtudes

Esperar el momento, la fe.

Talón de aquiles

Perdió la batalla del balón.