Sevilla FC

Un campeón en Europa y un espantajo en la Premier

  • Verticalidad y puro estilo inglés en un equipo sin cintura en defensa

Claudio Ranieri, con los brazos cruzados durante el entrenamiento de ayer en el Sánchez-Pizjuán.

Claudio Ranieri, con los brazos cruzados durante el entrenamiento de ayer en el Sánchez-Pizjuán. / juan carlos muñoz

El fútbol a veces hace piruetas inexplicables. Si el Leicester durante la temporada pasada encarnó el héroe del cómic en la Premier, la presente campaña, con el título y la corona a sus espaldas, la capa de Supermán presenta un rojo deslucido, el otrora rostro brillante tiene una barba de semanas y aspecto sucio. El equipo de Claudio Ranieri no está entre los 16 mejores de Inglaterra, pero sí lo está entre los 16 mejores de Europa y quiere meterse entre los ocho elegidos a costa de un Sevilla que se cree superior y que podrá serlo, pero tendrá que demostrarlo.

Desconocido en su liga, donde es un campeón que va de ridículo en ridículo y que roza la zona de descenso, sí es verdad que es todo lo contrario a lo que ha exhibido en la Champions, donde se mostró fuerte en su grupo y acabó primero. En una profunda sequía de goles (no aparecen por ningún lado los 41 que firmaron entre Vardy y Mahrez), los Foxes apelan a un puro estilo inglés. Vertical, rápido, aéreo por momentos y con problemas de cintura en el centro de la defensa y también en los laterales según quien elija Ranieri para los costados. Ése, el déficit de movilidad o de reacción de la defensa, fundamentalmente en balones a sus espaldas, puede ser el gran filón para el Sevilla si es capaz de mover el balón en triangulaciones e intercambia las posiciones de los jugadores de ataque. Gente como Nasri o incluso Vietto en su función de abrir espacios con sus arrastres, pueden convertir en mantequilla la defensa inglesa.

Con un cerebro como Mahrez quizá pegado excesivamente a la derecha, el Leicester pasa por momentos muy evidentes en los que le falta fútbol. Lo suple con arranques de raza, con la velocidad endiablada del nigeriano Musa, el golpeo de Mendy, el empuje de Drinkwater o el poder rematador de los puntas, Vardy y Slimani, aunque el argelino no estará por lesión. Sí puede ayudar la fuerza del joven Ndidi, refuerzo invernal y aún inédito en la Champions, en la que el cuadro de Ranieri aún mantiene un respeto inexistente en su país, donde su reciente eliminación de la Copa a manos de un modesto club de Tercera, el Millwall, ha sido el último espantajo.

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