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Otro día señalado en el Calderón

  • El Sevilla se despide del estadio donde vivió su última gran decepción, un marco poco propicio en la historia.

Otro día señalado en el Calderón

Otro día señalado en el Calderón

Un Atlético de Madrid-Sevilla siempre ha tenido muchísima carga emocional, por la rivalidad deportiva que se ha creado entre los clubes últimamente, pero en esta ocasión llega más cargado de lo habitual. El Sevilla tendrá una jornada especial este domingo, por muchas circunstancias. En primer lugar, por el contexto en el que llega el partido correspondiente a la vigésima octava jornada, con el equipo de Jorge Sampaoli lamiéndose las heridas de su caída de la Champions mientras el de Diego Pablo Simeone celebra precisamente poder medirse al verdugo del Sevilla, el Leicester City. En segundo lugar porque el Atlético está a cinco puntos y aspira a desbancar de la tercera posición al Sevilla. En tercer lugar porque en este mismo escenario vivió su última gran decepción el sevillismo, la derrota en la final de la Copa del Rey cuatro días después de alzarse con el título de la Liga Europa. Y en cuarto lugar porque será la última visita del Sevilla a este escenario, poco propicio en su historia.

Muchísimos alicientes de un partido electrizante, que puede decir mucho del futuro de ambos contrincantes de aquí al final de la temporada, aunque el Sevilla aún tiene un colchón mullido para defender su privilegiada posición. Cinco puntos lo distancian del Atlético, que hace sólo tres jornadas estaba a 9. Los dos tropiezos consecutivos del equipo de Sampaoli ante Alavés y Leganés han aplastado ese colchón hasta dejarlo en delgada colchoneta, pero aun perdiendo, conservaría el ansiado tercer puesto.

20.000Sevillistas. Los que despidieron a su equipo entre emotivos cánticos tras perder la Copa ante el Barça

Con 57 puntos frente a los 52 del rival de este domingo, el que gane podría dar un importante golpe anímico a su contrincante, sobre todo si es el Sevilla, puesto que ampliaría la ventaja a ocho puntos más el goal average, que serían seis y la ventaja de goles en caso de empate. La derrota por la mínima, en cambio, sería ya una ventaja para el Atlético, que tiene un mejor bagaje global de goles: +27 frente a los +20 del Sevilla. Es decir, que al Sevilla le podría dar más o menos igual perder por uno que por dos... salvo por lo que signifique de golpe anímico.

Y ahí es donde Sampaoli debe sacar su vertiente motivadora para, en primer lugar, tratar de levantar a un equipo tocado tras el varapalo de la Champions y, en segundo lugar, quitarle ansiedad por la visita en este momento a un rival directísimo como el Atlético de Madrid.

Históricamente el Vicente Calderón es un escenario que no se ha dado bien. Y en el día de la despedida del Sevilla de este estadio, que será relevado por su anfitrión el curso próximo por el Wanda Metropolitano, algunos de los futbolistas que jueguen podrían recordar lo vivido hace casi 10 meses, cuando el Barcelona logró hacerse con la Copa del Rey tras un partido muy condicionado por las expulsiones, primero de Mascherano y luego, casi al final, de Banega y, ya en la prórroga, de Carriço. El Sevilla, exhausto tras remontar en la Liga Europa al Liverpool cuatro días antes, se entregó al fervor de su gente en un final de comunión con la grada de los 20.000 sevillistas desplazados.

Es el último recuerdo amargo de un estadio donde el Sevilla ha caído hasta en 40 visitas en Primera División (más otra en Segunda tras una previa muy polémica por las palabras de Caparrós diciendo que el que subiría seguro sería el Atlético, que a la postre no subió). Empató en 19 ocasiones y logró la victoria en 13. En este siglo, además, ganó en otra visita copera en 2004, con Reyes ya vendido al Arsenal (1-2) antes de las semifinales ante el Madrid. Y cayó, en semifinales, tras perder junto al Manzanares por 2-1 y empatar en Nervión 2-2, al poco de desembarcar Emery en Sevilla.

El penúltimo triunfo liguero fue hace casi once años, el 23 de marzo de 2006, con gol del recordado Puerta en un partido muy polémico en el que le lanzaron una botella de whisky a Palop y Kanoute y Saviola erraron sendos penaltis. Y el último precedente exitoso fue hace ocho años y medio, el 28 de septiembre de 2008, con gol de Luis Fabiano (0-1). Aquel Sevilla quedaría tercero en la Liga con Manolo Jiménez. Y a ello mismo aspira el equipo de Sampaoli en la última visita a un estadio en el que 20.000 hinchas vivieron una decepción representada en el llanto de Iborra ante la imposibilidad de lograr un doblete histórico, en la penúltima visita del Sevilla.

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