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Cuando la gloria se cuela en el día a día

  • El Sevilla se propone competir en un escenario poco propicio y en un paréntesis de su nuevo sueño copero

N'Zonzi, Ben Yedder, Layún y Escudero, durante el entrenamiento de ayer.

N'Zonzi, Ben Yedder, Layún y Escudero, durante el entrenamiento de ayer. / fotos: juan carlos vázquez

A lo largo de la historia reciente del Sevilla ha habido partidos en los que sí pero que no, en los que la mano se pasa si hace falta porque lo que hay en juego cuatro días después es muy grande. Pasó recientemente en una visita a San Mamés en la que en circunstancias normales el Sevilla debía dar el todo por el todo para meterse en la Champions, pero fue a jugar con David Carmona, Juan Muñoz, Diego González... ya que lo que había a la vuelta de la esquina era nada menos que una final.

Ahora no es lo mismo y en parte sí. De estar hace nada en plena crisis, deportiva y hasta institucional con el presidente recibiendo andanadas en varios frentes, a tener a tiro salvar la temporada a lo grande nada más asomar febrero con la posibilidad de meterse una final en el bolsillo y tener al sevillismo desatado por la locura de conseguir una entrada para el Wanda Metropolitano en plena Feria de Abril.

El Sevilla viaja a Éibar a ganar y lo va a intentar hacer, pero que nadie dude que donde tiene puesta la cabeza la afición -y también el equipo y el cuerpo técnico- es en el partido de este miércoles, vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el Leganés, un rival al que ni el más pesimista da por vivo en la eliminatoria si el equipo de Montella está al nivel que tiene que estar.

Pero se trata de aparcar por un momento la Copa, ya que entre otras cosas pero por una fundamental, Montella está aquí para enderezar el rumbo en una competición que es la que le va a dar o le va a quitar al Sevilla la posibilidad de seguir manteniendo este estatus.

La mañana no será de las más agradables, pues ni el rival, ni el escenario, ni la climatología... son factores con los que el Sevilla se va a sentir cómodo, cuando además se impone que el entrenador italiano por una vez se va a decidir por refrescar su once titular, cargadísimo en lo físico por reiteración de esfuerzos.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía. FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

Puede ser, por tanto, un día para que empiecen a asomar los refuerzos o, en su defecto, aquellos jugadores que apenas han tenido protagonismo desde la llegada de Montella por diversas circunstancias. No cogerle asco al encuentro será el primer objetivo sabiendo que el rival es lo primero que intentará provocar. El Eibar propondrá un encuentro trabado, físico, de pelotazo largo, juego por las bandas, fútbol directo y segunda jugada... un equipo que busca acabar por las alas y que soba muy poco el balón en el centro al que se tendrá que adaptar el Sevilla.

Con todos los focos puestos en Sergio Rico por esas dos desgraciadas jugadas en las que fue objeto de falta independientemente de cada interpretación sobre su decisión para encarar cada lance, en el Sevilla está cantado que Banega debe descansar. El argentino ha disputado los nueve encuentros como titular desde que llegó Montella y sólo en uno fue sustituido, por lo que pese a la gran importancia que tiene en el equipo es día para que respire y coja aire de cara al duelo ante el Leganés. Franco Vázquez, otro de los hombres clave por su labor sorda, se quedó directamente en Sevilla y habrá que ver cuántos más decide reservar el entrenador napolitano que dirige los designios deportivos de la nave sevillista.

El rival, como ya ha quedado dicho, no lo va a poner fácil. Lleva tiempo sin ganar (tres jornadas), pero pierde muy poco y está a sólo cuatro puntos de los sevillistas en la tabla. Se hace fuerte en las bandas y ya en la ida Escudero -que no anda muy fino precisamente- lo comprobó ante Alejo, quien sufrió una lesión en ese partido. Capa ofrecerá también empuje por esa banda en la que el Sevilla no anda del todo seguro y no será muy difícil que los de Mendilibar acierten en su empeño de sacar a un rival como el Sevilla, con la cabeza en otra parte, del partido.

La fortaleza de un equipo es la suma de todas estas cosas y en situaciones como la actual siempre se dice que es donde da la cara la planificación, ésa que los mismos retoques de enero ha demostrado que contenía errores. Más de uno y de bulto.

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