Sevilla - Celta | el otro partido

Entre el proyecto y la realidad

  • Sampaoli, que reclamaba contundencia, siguió apostando por Correa, autor de un golazo, pero al final salió Ben Yedder al rescate contra tanto mal bajío.

¿Tiene delantero centro el Sevilla? Pocas veces Monchi, ya director deportivo de la Roma -cuesta trabajo escribirlo- ha puesto en manos de un entrenador un delantero de la clase de Jovetic en invierno. Hay que remontarse a enero de 2007, cuando fichó a Kerzhakov para Juande, que ya contaba con Luis Fabiano, Kanoute y Chevantón, que no era de su gusto. Sampaoli no tiene tal panoplia, ningún otro técnico la ha tenido, pero sí posee materia prima para dar con esa contundencia que reclama.

El técnico argentino tiene una curiosa costumbre, la de rotar el segundo puesto que quizá requiere más continuidad para la confianza tras el de portero, el del dorsal 9. Empezó dándoselo a Vietto. Luego encontró la fórmula idónea con la collera que formó el argentino con Ben Yedder. Más tarde, fue el franco-tunecino el que se hizo con el testigo y ora lo acompañaba Franco Vázquez, principalmente, ora otro mediapunta. La cuarta fórmula fue la de Jovetic acompañando a Ben Yedder y la quinta y última la de Correa como atacante terciado a una banda, ayer a la derecha, para perfilarse adentro e intercambiar la posición con Jovetic.

Es lógico que Sampaoli, en un partido que se disputó casi una semana después de la anterior jornada, de viernes a jueves, le diera continuidad al once que ganó al Granada, por encima de los galones de Rami o Nasri. El Celta es otra cosa y esto tenía su riesgo. El absurdo penalti de Lenglet a Guidetti es el mejor ejemplo de ese riesgo. Ganso también repitió y demostró que puede jugar ante equipos de alto nivel competitivo como este Celta que vendió cara su piel en su ensayo previo a su cita histórica con el Manchester United.

Siguiendo esta línea argumental, Sampaoli, por mucho que pidiera contundencia y que ayer jugara una auténtica final, le dio el puesto de titular de nuevo a Correa, en detrimento de Ben Yedder. El argentino, a sus 22 años, es un proyecto de pelotero caro. Le viene dando frescura y movilidad al ataque sevillista y por ahí le ganó la partida a Ben Yedder, que a sus 26 años es toda una realidad, el máximo artillero del Sevilla, un goleador de pedigrí, de caché.

El argentino ha gozado de la titularidad en los últimos cinco partidos. El franco-tunecino ha aparecido y desaparecido del equipo, pero en dos ratos, ante el Deportivo y el Celta, sacó su mejor cualidad, la habilidad y el olfato cuando ya olisquea las redes. Ya lleva 11 goles en 27 partidos, por los 4 de Correa en 23 jornadas ligueras.

El Sevilla sufrió para vencer a un Celta ilusionado con la Liga Europa. Correa tuvo dos grandes ocasiones en la primera mitad, pero marcó el más difícil, un golazo perfilándose desde la derecha tras un balón peinado por Iborra. Ben Yedder marcó la primera que tuvo, en plan salvador. Vio el desborde de Nasri, se zafó de Cabral, el mejor defensa del Celta, y se la coló a Sergio Álvarez. Un golazo. La realidad, el gol con nombre propio, zanjó el mal bajío de los palos -un poste y dos largueros- y de las ocasiones perdidas de Correa, el proyecto que cada vez es más realidad. Entre uno y otro, el Sevilla encontró la contundencia que pedía Sampaoli, uno con el balbuceo propio del neófito. El otro, con la maestría del veterano en el oficio. El titular y el suplente.

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