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Semillas y plantas de confianza: para Anove la calidad y la trazabilidad son clave para la agricultura

Anuario de Agricultura & alimentación 2025

Un sistema fiable de semillas y plantas es fundamental ante los crecientes desafíos globales

Las semillas son activos estratégicos.
Antonio Villarroel, director general de Anove

29 de septiembre 2025 - 21:01

Desde los campos de trigo de Castilla hasta los invernaderos en Almería, la agricultura está entretejida en nuestro paisaje, la cultura y la economía. Pero bajo la superficie de cada cosecha se encuentra una arquitectura de normas, regulaciones y avances científicos. En el corazón del sistema están las semillas y el material de reproducción vegetal (MRV), unidades elementales de nuestro sistema alimentario.

La garantía de calidad y la trazabilidad son los dos pilares de este ámbito. Juntas, aseguran que lo que se planta, cultiva y se consume sea no solo productivo y resistente, sino también seguro, legal y sostenible. En un contexto de crecientes desafíos globales—cambio climático, inseguridad alimentaria, pérdida de biodiversidad e inestabilidad geopolítica—el papel de un sistema fiable de semillas y plantas en la Unión Europea es fundamental.

Se trata de un sector poco conocido, por el público en general. Sin embargo, la calidad y la trazabilidad de las semillas y plantas es fundamental para la supervivencia y el éxito de la agricultura de la UE, como lo son también la legislación y la innovación que las apoyan y garantizan. Es mucho lo que está en juego si estos estándares fallan.

El Material de Reproducción Vegetal incluye no solo semillas sino también tubérculos, esquejes, portainjertos y plantas jóvenes. Estos materiales son el punto de partida de cada cosecha y un factor clave para el rendimiento, la resiliencia y el valor nutricional de los cultivos. Según Euroseeds, la asociación que representa al conjunto del sector europeo de semillas y obtención vegetal, el MRV es el insumo crucial para garantizar los sistemas alimentarios en toda Europa.

Para dar una idea del dinamismo del sector europeo de semillas y plantas, basta con decir que más de 51.000 variedades de MRV están registradas oficialmente en la UE, y alrededor de 4.000 nuevas variedades acceden al mercado cada año. Esta diversidad asegura que los agricultores europeos puedan acceder a soluciones adaptadas a diferentes tipos de suelo, zonas climáticas y necesidades de producción.

La legislación de la UE establece un marco riguroso para el MRV basado en tres pilares esenciales: la Identidad (pruebas DHE) según la que las variedades deben ser distintas, uniformes y estables a lo largo del tiempo; el rendimiento (ensayos VCU) por el que se evalúa el valor agronómico (VCU, valor de cultivo y uso), comparando las variedades en ensayos de campo respecto a rendimiento, resistencia a enfermedades y calidad final y la pureza y calidad fitosanitaria ya que la certificación garantiza tasas de germinación elevadas, ausencia de plagas y cumplimiento con los reglamentos de sanidad vegetal.

Estos pilares aseguran la confianza para agricultores, proveedores y consumidores, garantizando que las semillas y plantas producidas de conformidad con dicha normativa reúnen los más altos estándares de calidad. Esa garantía procede precisamente de la intervención de las autoridades competentes en cada país, que verifican y comprueban cada una de las fases del proceso de producción, y esta es la razón por la que se las denomina semillas y plantas “certificadas”.

Los mecanismos de trazabilidad permiten rastrear las semillas a lo largo de toda la cadena de suministro. Esta transparencia es vital para: hacer cumplir los derechos de propiedad sobre variedades vegetales; garantizar el cumplimiento de las normativas de salud y etiquetado; responder ante brotes fitosanitarios; prevenir la propagación ilegal de variedades protegidas.

Inspecciones recientes de ANOVE revelaron el uso frecuente indebido de marcas y variedades en el comercio minorista, desde reutilización de envases hasta etiquetado incorrecto.

Las NGTs permiten editar ADN con precisión para desarrollar cultivos más resistentes o nutritivos en menos de la mitad del tiempo que los métodos tradicionales. Sin embargo, la UE va por detrás en su adopción debido a trabas regulatorias más políticas que científicas.

“Decisiones puramente políticas y sin respaldo científico alguno dejan a la agricultura de la Unión Europea en clara desventaja frente a la de otros países”, afirma Antonio Villarroel.

Los mejoradores invierten muchos recursos en desarrollar nuevas variedades. Los derechos de propiedad intelectual son esenciales para proteger esta inversión.

Para mantener el liderazgo de Europa en agricultura sostenible, se recomienda: mantener los pilares legislativos de identidad, rendimiento y calidad; garantizar el cumplimiento por parte de todos los operadores; apoyar a las pymes en sus procesos de evaluación; combatir el fraude con inspecciones y trazabilidad digital y acelerar la adopción de tecnologías innovadoras seguras.

Como conclusión, las semillas son activos estratégicos. Determinan cuánto podemos producir, cuán resilientes serán nuestras cosechas y cómo gestionaremos nuestros recursos naturales. La UE ha construido uno de los sistemas de semillas más sofisticados del mundo. Pero mantenerse a la vanguardia requiere vigilancia, inversión y confianza en cada semilla como promesa de un futuro mejor.

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