Su llegada era la más esperada, tan esperada que durante unos días quiso dejar la duda de si asistiría a Sevilla. María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, la mujer que se opuso al nombramiento de Juan Manuel Moreno Bonilla, intentó cerrar las heridas con Andalucía en el congreso extraordinario y urgente de su partido. Eso sí, fue la última en llegar al palacio de congresos de Sevilla. El primero, como si fuera un símbolo, fue Javier Arenas, uno de los vencedores de este congreso, que llegó acompañado de Antonio Sanz, presidente del PP en Cádiz y aliado de su homólogo malagueño, Elías Bendodo, en la elección de Juan Manuel Moreno. Cospedal también fue la primera en marcharse, a eso de las 14:00 ya volvía en el AVE la secretaria general del PP. Hasta se perdió la intervención de Javier Arenas.

"Querido Juan Manuel -se dirigió Cospedal a Moreno Bonilla-, nada nos tiene que desorientar, nada te tiene que desorientar, ni lo que ha pasado, ni lo que pasa, ni lo que pasará." Lo que pasó fue que la decisión del presidente del PP, Mariano Rajoy, enfadó tanto a Cospedal que ésta no le comunicó la decisión a Juan Manuel Moreno Bonilla, sino que tuvo que ser el vicesecretario Carlos Floriano, y lo que pasó fue que incluso mantuvo la incertidumbre sobre su asistencia a este congreso de Sevilla.

El lema buscado por el PP da buena cuenta del momento que vive: unidos por el cambio. Unidos porque la sucesión de Juan Ignacio Zoido ha abierto heridas, y el PP debe volver a mostrarse tan unido como en los tiempos de Javier Arenas, y el cambio, porque los populares tienen puesta la vista en las próximas elecciones autonómicas. 

"Andalucía no quiere un Gobierno de perdedores". Así se refirió la secretaria general del PP al Ejecutivo de Susana Díaz. Todos los oradores recordaron que el PP andaluz ganó las pasadas elecciones andaluzas de marzo de 2012, y animaron a obtener en las próximas una victoria suficiente para gobernar. "Es un objetivo ambicioso -le dijo Cospedal a Moreno- pero sé por experiencia que se puede conseguir".

Los aliados de Cospedal en este tránsito de liderazgo han sido el anterior presidente y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y su secretario general, José Luis Sanz, el hombre llamado a ser nuevo líder y que el deseo de Rajoy frustró.

Cospedal y Juan Ignacio Zoido intentaron hasta el último día que José Luis Sanz, alcalde de Tomares, fuese elcandidato. Por eso, la secretaria general tuvo ayer palabras de agradecimientos para Zoido, que sólo ha estado al frente del PP un año y medio. Según Cospedal, Zoido ha dejado el cargo por el "interés general". "Gracias, gracias de todo corazón, porque asumiste una responsabilidad y decidiste ceder el testigo porque entendías que no era bueno antricherarse en un sitio donde no debía estar". "Gracias -siguió-, porque han puesto el interés general por encima del tuyo particular".

Zoido se va porque considera que no puede dedicarse a la Alcaldía de Sevilla desde la dirección del PP andaluz. A pesar de los elogios que recibió durante el primer día de congreso, la gestión de su equipo se ha traducido en una pérdida de apoyos en los sondeos electorales y la incapacidad para frenar la proyección política nacional de Susana Díaz. Ésta es una crítica que se les ha hecho desde provincias como Málaga y Cádiz, las que finalmente apoyaron a Juan Manuel Moreno Bonilla.

A diferencia de los que era el PSOE andaluz, un partido en el que las convulsiones internas se sucedían en el tiempo mucho después de los congresos, el PP parece que ha cerrado sus heridas. El líder del Partido Popular en Sevilla, Juan Bueno, que abrió el congreso, aseguró, dirigiéndose a Moreno Bonilla, que "Sevilla está contenta, que se sepa, y lo que desea es un presidente de la Junta como tú". Sevilla es una de las provincias perdedoras en este congreso. De tener al presidente y al secretario general, Juan Ignacio Zoido y José Luis Sanz, se queda con una vicesecretaria general, Virginia Pérez, en la nueva dirección, mucho más plural en lo territorial.

Y una vez restañadas estas heridas, el PP se propone un empeño aún más complicado: vencer para gobernar en Andalucía. Según Cospedal, el cambio que se ha producido en el liderazgo en el PP andaluz será el que motive el cambio en el Gobierno andaluz. Pero lo cierto es que los 19 meses de la dirección anterior han dejado a este partido con unos apoyos muy bajos, del 30% del electorado, según el último Barómetro Joly.