La agenda pública de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, el sábado pasado en Málaga indicaba que asistiría a las doce del mediodía a los actos de conmemoración de los 10 años del Museo Picasso. Eso es lo único conocido, aunque su equipo de seguridad informó, como es habitual, a la Subdelegación del Gobierno de todos sus movimientos y horarios. Por ejemplo, de la estancia de Díaz esa noche en Málaga, del nombre del hotel y de la hora de salida de establecimiento, las 10:15, bastante antes del acto de la pinacoteca, y es que la presidenta tenía previsto visitar a unos familiares. Es por ello, por lo que el PSOE sospecha que alguien de la Subdelegación del Gobierno, dirigida por un cargo del PP ya que representa al Ministerio del Interior, pudo compartir los datos con los alcaldes manifestantes. En efecto, éstos fueron al hotel justo cuando la presidenta se disponía a salir para esa reunión privada.

Ante las preguntas sobre cómo disponían los alcaldes del PP de la información acerca del nombre del hotel en el que se hospedaba Susana Díaz, así como de la hora en la que saldría del mismo, el secretario general del PP, José Luis Sanz, respondió que la jefa del Ejecutivo andaluz "se ha construido una película para manipular la realidad de lo que pasó ayer, que no busque fantasmas donde no los hay", además añadió que "se le ve muy nerviosa, aunque no sé los motivos", ha estimado. El mismo sábado, los manifestantes adujeron que Málaga era muy pequeña y todo se sabía, aunque ni siquiera se dio a conocer que Díaz iba a pasar la noche allí. El vicesecretario general del PSOE, Mario Jiménez, mostró, su preocupación desde Bollullos, porque los alcaldes y dirigentes del PP realizaron estos hechos "contando con una información que no podían tener, ya que sólo la Subdelegación del Gobierno de Málaga conocía la hora que la presidenta iba a salir de su hotel".

"Tenían información privilegiada y mucho nos tememos de dónde venía", dijo.