Puleva, de granadina a francesa

Ha sido distribuidora de vinos y alcoholes, fábrica de hielo y sifones, central lechera, cabecera láctea de un grupo alimentario español y ahora filial de un gigante mundial

Producción de yogur de leche maternizada, en la actual fábrica Puleva en Granada.
Producción de yogur de leche maternizada, en la actual fábrica Puleva en Granada.
Ignacio Martínez

14 de marzo 2010 - 05:04

A Puleva le faltan unos días para apagar las cien velas de una virtual tarta de cumpleaños. Cumplirá un siglo en abril, cuando todavía no se haya completado su venta a la multinacional francesa Lactalis, acordada esta semana por 630 millones de euros. Esta empresa merece un lugar destacado en la memoria industrial de Andalucía, con claros y oscuros, que de todo ha habido en este tiempo. Fue fundada en abril de 1910, con el nombre de Unión Vinícola Industrial, por un grupo de industriales del comercio y la hostelería de Granada, para ocuparse de su propio abastecimiento de vinos, alcoholes y aguardientes. Más tarde, amplió sus actividades a la fabricación y distribución de hielo, sifones y gaseosas.

Cuando a mediados de los 50 se estableció una legislación sanitaria nacional que obligaba a comercializar leche higienizada, los responsables de la compañía cambiaron la denominación y objeto social. Así surgió la Unión Industrial y Agroganadera sociedad anónima (Uniasa). Solicitaron en 1954 permiso para instalar una central lechera en Granada, que empezó su actividad en el 58. Era entonces la segunda central de España, después de la de San Sebastián. La primera fábrica estuvo en Camino de Ronda y podía producir 20.000 litros de leche pasteurizada al día. El crecimiento en los años 60 fue continuo en cantidad y diversificación. En la fábrica se elaboraba leche en polvo, mantequilla y batidos. Diez años después de su inauguración Puleva tenía una capacidad de producción de 200.000 litros diarios. Desde 1959 presidió el consejo de administración Luis Angulo Montes, que estuvo en el cargo más de 30 años.

La fábrica actual, del Camino de Purchil, puede llegar a producir un millón de litros en un día. Aunque cuando fue inaugurada en 1975 era de 400.000 litros. En aquellos tiempos la sociedad empezó a cotizar en Bolsa. Y en 1982 comenzó una costosa expansión de la mano de su director general, Rafael Pérez-Pire, que llegó a presidente en 1991. Entre otras cosas, compró una fábrica de alimentación infantil en Alicante; inició el desarrollo de una ganadería propia, que llegó a tener más de 10.000 vacas frisonas, y construyó una fábrica de quesos con capacidad para producir un millón de kilos al año.

Parte de esta expansión se produjo por Andalucía, a final de la década de los 80, con las compras sucesivas de la cooperativa ganadera La Merced y la central lechera de Cádiz, con sede en Jerez; la Comercial Malagueña, Colema, y la Producción Lactaria de Andalucía (Prolan) con sede en Sevilla. En 1992 se inauguró una nueva fábrica de nutrición infantil, que estaba entre las más avanzadas de Europa. Y también se puso en marcha una fábrica de cogeneración, conocida como Grelva, Granada, Electricidad y Vapor.

Puleva era la primera empresa española de productos lácteos y derivados en aquel momento. En total, en todas estas operaciones se invirtieron más de 25.000 millones de pesetas de recursos ajenos, principalmente de bancos alemanes y británicos. Pero en 1994 la sociedad entró en crisis y los nuevos gestores plantearon una drástica reducción de plantilla y un plan de ajuste.

Fue en esa época cuando se puso en marcha el departamento de I+D y control de calidad que con el tiempo ha acabado siendo Puleva Biotech, que ha desarrollado productos que han dado una importante diferenciación a la producción de esta marca granadina, con calcio, omega3 o leches maternizadas. Entre 1999 y 2000, Puleva compró a los grupos Castelló y Leyma/Ram. Y en octubre del 2000 anunció su fusión con Azucarera Ebro Agrícolas, convirtiéndose Puleva Food en la filial láctea de esa potente multinacional española del ramo de la alimentación.

Puleva siempre se ha nutrido de los ganaderos de vacuno de la vega de Granada, en donde en la actualidad hay más de 200 explotaciones con unas 10.000 cabezas, según fuentes del sector. La Vega de Granada es la segunda zona productora de leche de Andalucía, tras el Valle de los Pedroches de Córdoba. En total, en Andalucía se produce entre el 6 y el 7% del total de los 6,6 millones de toneladas de leche que el sector industrial recoge al año a los ganaderos.

La venta de Puleva a la multinacional francesa Lactalis no es la primera preocupación de Manuel del Pino, secretario general de Asaja: "La mayor parte de los ganaderos que suministran leche a Puleva son asociados nuestros. Tradicionalmente se habían negociado los precios, pero en los últimos años se han enfriado las relaciones y es la fábrica la que los fija".

De hecho este es otro sector agrario que está pasando una crisis importante. En los años 2007 y 2008 el litro de leche llegó a pagarse a 0,48 euros el litro y en estos momentos no llega a 0,30. La irrupción de las marcas blancas en los supermercados ha reducido los márgenes de los fabricantes industriales, que a su vez han repercutido la disminución en los precios que pagan al ganadero. Puleva está produciendo unos 480 millones de litros de leche al año, la mayor parte en Andalucía: un 45% salen de la fábrica de Granada y un 15% de la de Sevilla. El resto, a partes iguales, se producen en las plantas de Nadela (Lugo) y Mollerusa (Lérida). En Andalucía, Puleva tiene más de 700 trabajadores.

En España se consumen al año más de 8.000 millones de litros de leche y productos lácteos, pero por las limitaciones en las cuotas lácteas europeas no se produce más que un 75% de esa cantidad. Un segundo problema nacional es el minifundio industrial. Hay demasiadas empresas de poca dimensión dedicadas a este negocio. Sólo en Andalucía hay 179 según el Informe anual del sector agrario, que elabora Analistas Económicos de Andalucía. Hay grupos europeos en Francia, Holanda, Suecia o Dinamarca capaces de acumular una producción similar a la del conjunto de España.

La última estación del centenario recorrido de Puleva se tardará en materializar unos seis meses. Ese es al menos el tiempo que tardó la venta de la división azucarera del grupo Ebro Puleva a la compañía inglesa British Sugar. Convenido el precio de 630 millones de euros, ahora durante un mes se auditarán los cuentas de Puleva Food y después será el turno de las autoridades europeas de la competencia. Esos trámites se ultimarán con el siglo cumplido. Puleva habrá completado así su trayecto de granadina a francesa.

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