La banda del 'Terror de Vallecas' planeaba otros cinco secuestros
Guardia Civil y Policía Nacional desmantelan el peligroso grupo de secuestradores y torturadores acusado de matar a un hombre en Cádiz
La peligrosa banda de secuestradores y torturadores que ha sido desmantelada y acusada de matar a un hombre en Cádiz y de torturar a otro en Cáceres, tenía planes ya preparados para abordar a otras cinco víctimas, la mayoría de ellos empresarios de Madrid.
Eran, por la extrema violencia que empleaban, "auténticos depredadores", según ha explicado un portavoz de la Guardia Civil en Cádiz, provincia a la que la organización se desplazó desde Madrid el año pasado, buscando un territorio en el que no tuvieran competencia de otras bandas.
La organización, estaba liderada por Ismael López Gómez, un delincuente madrileño al que se le conoce en su barrio como "El terror de Vallecas" y entre su banda como "El ojos" y caracterizado por "un desprecio absoluto por la vida de los demás", según los investigadores.
No se andaba con chiquitas. En el 2000 mató al portero de una discoteca de Alcalá de Henares (Madrid) que miró a su novia y después asesinó a un hombre que le identificó ante la Policía como el autor de aquel crimen, por el que fue a la cárcel.
En prisión y entre el lado más oscuro del hampa captó a los 17 miembros de su banda que han sido detenidos y que, con máscaras del personaje de "V de Vendetta" o de un anciano y armas reales, asaltaba a sus víctimas, desde empresarios a narcotraficantes, tras someterlas a vigilancias.
De la peligrosidad de la banda da idea que la Guardia Civil y la Policía Nacional desplegaron a unos 200 hombres, incluida la Unidad de Intervención Especial, la madrugada del 16 de octubre pasado para detenerles simultáneamente en doce viviendas de Cádiz y Madrid.
"He perdido, habéis ganado", fueron las palabras que pronunció "El Ojos", al verse acorralado y reducido por los agentes en una casa de la localidad madrileña de Buitrago de Lozoya.
Acababa ahí su vida errante, tratando de evitar las varias órdenes de ingreso en prisión que pesaban sobre él.
La organización guardaba unas medidas de seguridad "casi paranoicas", según los investigadores, que han visto cómo cambiaban de teléfono casi a diario o cómo se desplazaban detrás de dos coches que controlaban si el camino estaba libre.
El hilo que ha llevado al desmantelamiento de esta peligrosa banda despuntó el pasado 5 de agosto, cuando la mujer de un joven narcotraficante de Chiclana de la Frontera denunció que su marido podía haber sido secuestrado.
Los agentes descubrieron que el hombre había sido abordado a la salida de sus caballerizas y torturado en una casa de El Puerto para que desvelase donde guardaba 400.000 euros.
Al no conseguirlo, le condujeron hasta una casa de un matrimonio amigo de la víctima de Sanlúcar de Barrameda, a los que también reclamaron el dinero, que finalmente encontraron enterrado en el jardín de otra vivienda de la misma localidad, a la que accedieron con la mujer y el vecino de Chiclana.
Esa misma noche dejaron en un paraje cercano a Puerto Real el cadáver de D.M.C., cosido a puñaladas, apaleado y degollado con un cable.
Tanto el vehículo de la víctima como otros dos que robaron en Jerez y Cádiz y utilizaron esa noche, fueron localizados ardiendo para evitar dejar huellas.
Los agentes averiguaron que, por su forma de actuar, la misma organización estaba detrás del secuestro de un empresario de la piel de Navalmoral de la Mata al que abordaron a plena luz del día y inmovilizaron en su propia nave industrial, donde le sometieron a infinidad de agresiones, hasta que les dijo donde guardaba el dinero.
Según los investigadores la organización criminal estaba perfectamente jerarquizada, incluyendo un grupo que seleccionaba a sus víctimas y recababa información, incluso sobre los horarios de sus hijos, y otro "núcleo duro" encargado de ejecutar los violentos asaltos.
Los investigadores han encontrado datos que les permiten asegurar que tenían ya todo preparado para ejecutar cinco secuestros en Madrid: el de un empresario chino, el gerente de un casino de la Vaguada, un matrimonio de joyeros, y otros dos más, posiblemente narcotraficantes.
Y creen que hay muchas probabilidades de que en su historial haya otros casos que no denunciados.
Los dieciocho detenidos están ya en prisión, mientras los investigadores continúan las pesquisas sobre la organización que lideraba "El terror de Vallecas".
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