Bastó con una jornada. Isabel Díaz Ayuso bajó a Andalucía a ayudar a Juanma Moreno en la campaña electoral del 19-J, estuvo en Algeciras y Jerez, y se volvió para no regresar. Según explicó horas después la presidenta de la Comunidad de Madrid, no es lo mismo viajar a Valladolid desde Madrid que al Campo de Gibraltar, porque lo segundo le hace perder un día.

Tampoco el PP andaluz se quedó contento con la visita, porque lo que ella expuso en el sur es que tampoco sería tan malo gobernar con Vox, justo lo contrario de lo que Juanma Moreno ha defendido durante esta campaña, lo que en definitiva le ha dado una victoria mayúscula de 58 parlamentarios. Si el presidente de la Junta ha bebido del electorado de centro y de centro izquierda ha sido por eso, por su rechazo a contar con Vox en su Ejecutivo. 

Juanma Moreno ha desbancado a Díaz Ayuso como principal estratega del PP nacional. El éxito del domingo ha sido también el primero de Alberto Núñez Feijóo, un dirigente sosegado como el andaluz, que confiesa que en 1982 votó a Felipe González y que, como Moreno, ha mantenido a Vox fuera del Parlamento gallego. Esta conjunción de Andalucía y Galicia es la que se impondrá en el PP de cara a las elecciones generales de 2023, es posible gobernar sin Vox y sin imitarle. Es la estrategia contraria a la de Ayuso, que sólo dejaba de ser radical cuando le tocaba atizar a Rocío Monasterio.

Díaz Ayuso no está equivocada, pero, como ella misma ha descubierto durante esta campaña andaluza, España es mucho más grande que Madrid. Es más, Andalucía refleja ahora al conjunto español mejor que Madrid. Juanma Moreno, como Núñez Feijóo, ha llevado al PP más allá de la línea de la mayoría absoluta con un discurso integrador y plural, sin tantos enemigos como los que marca Díaz Ayuso.

Excepto uno. En lo que sí coincide Juanma Moreno con la madrileña es en su crítica sin matices de Pedro Sánchez, a quien el malagueño ha venido acusando, desde el segundo mes de la pandemia, de no dejarle gestionar la crisis sanitaria, de lo contrario y hasta de quedarse con dosis de vacunas para castigar a Andalucía. En esto, el consenso es pleno en el PP, la popularidad del Gobierno central está por los suelos, más allá de los vaticinios autoengañosos de José Félix Tezanos. Cuanto antes se desprenda de él, antes comprenderá cuál es el estado de la opinión pública en España.

Las elecciones andaluzas del 19 de junio también dejan otra enseñanza a la izquierda. Lo que quiera que sea que esté construyendo la vicepresidenta Yolanda Díaz no será más que un tiempo perdido si no consigue una integración sincera de los desbandados.