El fuego pasa factura al turismo de naturaleza
CONSECUENCIAS DEL INCENDIO DE MOGUER
Los empresarios lamentan el gran descenso de su actividad un mes después del siniestro, aunque confían en que los resultados mejoren en agosto
Mazagón vuelve poco a poco a la normalidad. Un mes después del incendio que afectara a más de ocho mil hectáreas en el Parque Natural de Doñana, este núcleo costero perteneciente a los ayuntamientos de Palos de la Frontera y Moguer empieza a levantar la cabeza. Los efectos del incendio son visibles no sólo en el aspecto medioambiental, sino en el económico. Y la situación es preocupante en una zona que vive principalmente de la temporada estival. Los empresarios y comerciantes consultados por este periódico consideran que el incendio ha afectado considerablemente a sus negocios. Muchos consideran que la campaña especial de promoción anunciada por el consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández, ha llegado tarde, especialmente para los establecimientos que sólo abren sus puertas durante los meses de verano. Otros, sin embargo, esperan que la situación pueda mejorar en agosto.
David Pintado, director del hotel Ohtels Mazagón, detalla que un mes después de incendio este establecimiento vive una situación de "normalidad". En la recepción del hotel, la incesante entrada y salida de huéspedes y veraneantes demuestra que el ambiente es óptimo. Francisco Javier Cabezas, de Sevilla, realizó la reserva antes del incendio, al igual que Iván Álvarez, también de Sevilla, o Rocío Díaz, de Fuengirola. Todos ellos han acudido con sus familias a este hotel, en algún caso tras haber contactado con la recepción del establecimiento en los días posteriores al fuego, pues eran muchas las preguntas que tenían estos y otros clientes sobre la apertura y disponibilidad del hotel para las fechas de sus respectivas vacaciones, al haber quedado el fuego prácticamente a sus puertas.
Frente a este hotel se encuentra el Camping Playa de Mazagón, que también se vio afectado en la madrugada del 25 de junio. Joaquín Gómez, portavoz del camping, destaca con pesadumbre la "tranquilidad" existente con respecto a otros años. Según varios residentes y empleados, sus efectos siguen presentes y son visibles en la afluencia de personas en el camping, sobre todo porque después de haberse restablecido la situación no hay gran concurrencia durante la semana, aunque los fines de semana sí se experimenta un leve aumento de visitantes. Así, según Gómez, el público español ha bajado en este camping, mientras que el extranjero ha aumentado, sobre todo gracias a las caravanas.
Juan Bernardo, presidente de la Asociación de Turismo de Naturaleza de Doñana (Atena), explica que ha disminuido de forma notable el interés que suscitaba el entorno, algo que achaca a la alarma con la que se anunció que el corazón del parque estaba en peligro por las llamas.
Tras la última ampliación de 14.000 hectáreas, el espacio protegido asciende a 128.385 hectáreas. La zona quemada sólo representa un 5% de esta área. Bernardo lo ejemplifica de esta manera: "Es como si un importante barrio del extrarradio de Sevilla se quema, no por eso la gente deja de ir a ver sus monumentos o visitar los rincones de la ciudad". Aquí, sin embargo, sí que observa un descenso de las reservas, ya que la gente persiste en su error de que el área calcinada es mayor.
El empresario pide a la Administración "un esfuerzo" a la hora de publicitar el espacio, no sólo para trasladar a la opinión pública y los potenciales turistas las bondades de la zona, sino para mostrar que el área dañada por el incendio es meramente testimonial.
El responsable de la empresa Aires Africanos, Miguel Maestre, recuerda que "afortunadamente" la zona más cercana a Matalascañas ha quedado "intacta gracias a que la dirección del viento cambió y el fuego se quedó a siete kilómetros" de la costa almonteña. Aun así, y en previsión de que el fuego afectase a sus instalaciones, tuvieron que evacuar los camellos. Estas imágenes fueron reproducidas en "las televisiones españolas y en el Canal Internacional 24 horas, lo que provocó que personas que tenían sus reservas hechas nos llamaran", interesándose tras la catástrofe por el estado del incendio.
La empresa Arte Andaluz, que organiza rutas a caballo por el entorno de Mazagón, sí que se ha visto más afectada. Su propietario, Alejandro Écija, destaca que actualmente están trabajando a un 40% con respecto a otros años durante la primera quincena de julio. "Nuestro cliente principal provenía del camping, con quien formábamos una gran familia. Milagrosamente nuestras instalaciones se salvaron y durante el incendio nos llevamos nuestros 37 caballos a la playa para salvaguardarlos del fuego", recuerda. Por suerte, los hoteles de la zona se "están volcando" a fin de mantener la actividad.
La ruta tiene ahora un trasfondo educativo que arranca desde la Cuesta Maneli y muestra los efectos de la tragedia para, poco a poco, ir adentrándose en la zona que no sucumbió a las llamas, como el poblado forestal, la playa de Rompeculos o el Parador.La empresa, que lleva 16 años en el sector, ha tenido que reducir de tres a dos las rutas que desarrollaban durante la temporada estival.
Sin embargo, no todo el efecto del incendio puede considerarse negativo. Así, aun dentro del dolor y el daño ambiental y emocional ocasionados por el fuego, algunos residentes de esta playa comentan que Mazagón está ahora "más vivo que nunca". Con esta frase pretenden explicar que se ha puesto su nombre en el mapa de España y del mundo, siendo en la actualidad miles de personas las que saben dónde se ubica esta playa onubense. Ahora es el momento de resurgir de las cenizas cual ave fénix.
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