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En libertad con cargos los dos detenidos por los incidentes en la Mezquita de Córdoba

  • El auto del juez indica que el grupo accedió al templo con la "intención" de organizar un rezo bajo el rito musulmán, "a sabiendas de que estaba prohibido". Los turistas niegan que agrediesen a los vigilantes.

El Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba ha puesto en libertad con cargos a los dos turistas musulmanes, M.S. y E.G., detenidos el pasado miércoles tras protagonizar un altercado en la mezquita-catedral y en el que presuntamente hirieron con un cuchillo a un vigilante de seguridad.

Según el auto del juez José Luis Rodríguez Lainz, a M.S. se le imputan los delitos contra el sentimiento religioso, desórdenes públicos, lesiones pendientes de calificación, amenazas y atentado contra agentes de la autoridad. De momento, el juez, que ha decido retirarle el pasaporte de Sri Lanka, no imputa a M.S. un delito de homicidio en grado de tentativa, ya que, aunque indica que las lesiones son "reales" y han sido relatadas por testigos, estima que la acción agresiva no puede tildarse en este momento procesal como de tentativa de homicidio. Al resto de los implicados, N.M., Z.E., H.K., O.A, H.B., M.K. y E.G. -que también fue detenido y ha quedado en libertad provisional-, el juez les imputa delitos contra el sentimiento religioso, amenazas y atentado contra la autoridad.

Según relata el juez en el auto, Z.E. lideraba un grupo de 118 turistas de religión musulmana, aunque de distintas razas y procedentes de Austria, que "idearon una estrategia" de entrar en la Mezquita-Catedral de Córdoba "aprovechando el horario de visitas de turistas", aunque en ese momento en el templo se estaba desarrollando un acto litúrgico "de exposición al Santísimo" con motivo de la Semana Santa. El magistrado indica que este grupo de turistas accedió al templo con la "intención" de organizar un rezo de grupo bajo el rito musulmán, "a sabiendas de que tal acto de expresión religiosa se encontraba expresamente prohibido".

Según las imágenes de las cámaras de seguridad, que han sido visionadas por el juez, en torno a las 17:30 del pasado miércoles los turistas entraron en la Catedral en pequeños grupos de dos y tres personas "con claro disimulo" e "interconectados visualmente y con walkie-talkies" reuniéndose en un lateral de la Mezquita, donde comenzaron a rezar arrodillados. Mientras este grupo rezaba, cinco de los turistas permanecieron de pie junto al líder para "garantizar su seguridad y libertad de movimiento". A los diez minutos de que comenzaran sus rezos, uno de los agentes de seguridad privada del templo solicitó al líder que dejaran de orar, sin que pudiera acercarse a él al impedírselo cuatro de los turistas.

Según el auto, uno de ellos que se encontraba protegiendo al líder le dijo que hablarían cuando terminaran de rezar, momento en el que el vigilante, tras advertirles hasta en dos ocasiones de que el rezo bajo el rito musulmán está prohibido en el templo, se produjo un forcejeo en el que el vigilante recibió un puñetazo en la cara. Tras este suceso, el vigilante, que se deshizo de las personas que le agarraban, fue en busca del presunto agresor y consiguió inmovilizarlo, momento en el que M.S. y principal imputado en este caso sacó una navaja de diez centímetros de hoja y cuatro de ancho con la intención de amedrentar al vigilante y lanzó una cuchillada a la zona del pecho.

Al intentar evitar la agresión, el vigilante resultó herido en la mano izquierda, mientras que otro de los implicados, N.M, intentó arrebatarle la pistola a otro de los vigilantes, que también presenta heridas leves. Además, E.G., que fue el segundo detenido, pegó con una muleta a uno de los quince policías nacionales que se desplazaron al templo para intervenir.

A pesar de que el Ministerio Fiscal ha solicitado la imposición de una fianza de 3.000 euros para M.S., el juez ha considerado que esta medida cautelar no garantiza que el imputado "pueda decidir no fugarse por la sola razón de perder tal suma" y, por lo tanto, estima más adecuada la retirada del pasaporte que sí garantiza que el imputado no pueda abandonar el territorio comunitario.

Los turistas niegan que agrediesen a los vigilantes

Los turistas musulmanes austríacos que el pasado miércoles fueron detenidos en la Mezquita-Catedral de Córdoba tras protagonizar un altercado al ponerse a rezar bajo el rito musulmán han negado que ninguno de ellos agrediera con una navaja a un vigilante de seguridad, aunque reconocen que portaban una.

E.G., que junto a M.S. fue detenido por estos incidentes en el templo, ha asegurado a los periodistas -tras ser puesto en libertad con cargos- que su compañero llevaba una navaja como suele hacer "habitualmente". Sin embargo, ha negado rotundamente que ni su compañero ni nadie del grupo de 118 turistas musulmanes austríacos que durante una visita al templo se arrodillaron y rezaron bajo el rito musulmán utilizarán ningún cuchillo o navaja, al contrario de lo que recoge el auto del juez. E.G., que tiene el ojo izquierdo morado, según él, por un "porrazo" de la policía, ha explicado que con su acto no tenían ninguna intención de molestar a la comunidad cristiana, que en esos momentos celebraba la exposición al Santísimo de la Semana Santa.

Por otra parte, O.A., que es otro de los turistas austríacos imputados por delitos contra el sentimiento religioso, amenazas y atentado contra la autoridad y que es el portavoz del grupo, ha insistido en que nadie usó ningún tipo de arma en el templo y ha negado cualquier tipo de agresión. Según él, fueron los agentes de seguridad y la Policía Nacional los que utilizaron la violencia contra ellos y ha llegado a decir que uno de los vigilantes amenazó con matar a uno de los turistas implicados en el suceso. Los turistas han lamentado lo ocurrido y han asegurado que en ningún caso querían ni provocar ni ofender a la religión católica.

"No queremos herir los sentimientos religiosos de nuestros hermanos cristianos", aseguró el portavoz de los detenidos, quien añadió que en Austria el grupo del que forma parte participa en la organización de "diálogos y rezos interreligiosos", por lo que negó cualquier tipo de intencionalidad cuando, según explicó, sólo la mitad de los 118 turistas se pusieron a rezar bajo el rito musulmán en la Mezquita cordobesa. Según explicó, cuando este grupo entró en el templo "el ambiente espiritual que allí se respiraba" les llevó a orar, por lo que "fue un acto espontáneo", ya que declaró: "Tenemos mucho respeto por la religión católica y tenemos muy buenas relaciones con la juventud católica en Austria". El portavoz indicó que nunca pensaron que su acto tendría tantas consecuencias, por lo que añadió que el grupo de turistas siente mucho que se haya entendido su acción como una provocación.

Fuentes del Cabildo de la catedral de Córdoba han explicado que la diócesis no decidirá hasta que pase la Semana Santa la posibilidad de adoptar algún tipo de medidas concretas que impidan que en un futuro se vuelvan a repetir acontecimientos similares.

El pasado 20 de marzo, el recién nombrado obispo de la Diócesis cordobesa, Demetrio Fernández González, dijo, en la homilía de su toma de posesión, que "no es posible" el uso compartido de la Mezquita, al tiempo que añadió que cristianos y musulmanes "han de colaborar juntos", aunque el uso compartido del templo entre ambos "no contribuiría a la pacífica convivencia de unos y otros". El incidente del pasado miércoles en la Mezquita-Catedral de Córdoba es el más "grave" ocurrido hasta la fecha en el interior del templo, según fuentes eclesiásticas.

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