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Intoxicación masiva en el Carnaval

El número de afectados llega a 86 personas de tres provincias

  • Los perjudicados se reparten entre los 66 de Cádiz, los 18 de Sevilla y los dos de Granada. El SAS anuncia que los resultados para confirmar la salmonelosis serán públicos esta semana.

Los casos de personas infectadas por una presunta salmonelosis ascendieron en el día de ayer hasta los 86. La intoxicación ya no sólo daña a residentes en la provincia de Cádiz, también está causando estragos en otras provincias andaluzas como Sevilla y Granada. 

 

Según fuentes del SAS, el número de perjudicados por el consumo en el restaurante Grimaldi de la calle Libertad, ajeno al situado en las inmediaciones de El Corte Inglés, este pasado fin de semana se cifra en 66 personas en Cádiz, 18 en Sevilla y 2 en Granada. Pese a que la sospecha está en la salmonelosis por los síntomas de vómitos, diárrea y fiebre alta que presentan los damnificados, el SAS aún no confirma que la bacteria provocadora de esta infección en masa sea la salmonela. Tal como anunció en la mañana de ayer el jefe de Servicio de Salud en la Delegación de la Junta en Cádiz, Andrés Rabadán, los primeros resultados para conocer qué tipo de germen fue el culpable del contagio se harán públicos el próximo viernes o el lunes de la semana que viene.

 

La Junta intenta tratar la cuestión con cautela y no quiere apuntar aún a ningún alimento concreto ni focalizar en un tipo de enfermedad. Aunque sí que han confirmado que los indicios apuntan a la salmonelosis por la sintomatología de los pacientes y el período de incubación.

“El 100% padece diarrea, un 88% vómitos y el 80% fiebre. Eso nos hace pensar en una salmonelosis. Se han tomado muestras de alimentos para enviar al laboratorio de salud pública de la Junta. Se han recibido muestras y se están procesando para comprobar que es salmonelosis”, declara Rabadán. Pese a que en el SAS evitan  aludir a cierto tipo de alimento, los testimonios de los afectados coinciden de manera unánime en el consumo de un bocadillo de tortilla en el restaurante Grimaldi. La primera intoxicación recogida en acta se dio a las tres de la madrugada del domingo.

 

Al cierre de esta edición, los ingresados habían pasado de 13 a 24 en Cádiz con respecto al lunes. Los datos aportados por el jefe de Servicio de Salud hablan de 66 afectados en Cádiz de diferentes edades. Entre ellos figuran tres menores de 14 años, ocho personas de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años. La mayoría de damnificados, 30 personas, tienen entre 25 y 44 años. De los 45 a los 64 años hay 21 afectados, y de más de 65 años tan sólo cuatro personas. Según fuentes internas del Puerta del Mar, en la tarde de ayer más infectados se acercaron a Urgencias para recibir tratamiento por la presunta salmonelosis. Asimismo, hasta cuatro pacientes más aguardaban en la tarde de ayer el ingreso en planta.

 

Rabadán llamó a la calma con respecto a la gravedad de contraer salmonelosis. “Es una enfermedad que es incómoda. Pero no tiene casos especialmente graves, salvo que la deshidratación derive en problemas renales y por ese motivo se ingresa. Muchos de los ingresos no son por casos de gravedad, son más por prevención. No queremos que los pacientes tengan un problema renal y por eso los ingresamos”, aclara. La alerta social se desató el pasado lunes tras conocerse el gran número de afectados, entre los cuales había un fallecido. El joven de 26 años, Rubén Romero De la Torre, fue uno de los muchos que consumieron el nombrado bocadillo de tortilla del céntrico restaurante Grimaldi. Su estado empeoró el pasado domingo, tras ingerir el bocadillo el sábado al mediodía.La Junta aún no ha notificado el motivo real de la muerte de Rubén. Tal como ha podido saber este periódico, el joven padecía problemas de corazón y tenía un tumor suprarrenal. Asimismo, una subida de adrenalina fruto de la propia salmonelosis se encuentra entre una de las posibles causas de la muerte de Rubén.

 

Según fuentes médicas consultadas por este periódico, para determinar si el fallecido padeció salmonelosis se debe hacer en la autopsia un cultivo de alimentos, uno de heces y otro gástrico. “Habitualmente nadie fallece por una salmonelosis. Hace años que no. Tiene que ser que se complique o que recaiga sobre gente con patologías previas, eso sí puede pasar. Los casos que he descrito de fallecimiento por salmonelosis son de ancianos con cierta edad. El sistema sanitario público en general tiene respuesta técnica para estos casos. Ahora mismo no tenemos casos preocupantes”, sostiene Rabadán. También se da la circunstancia de que entre los ingresados en el Puerta del Mar hay dos amigos del difunto joven. Entre los 86 afectados, se hallan cuatro empleados del propio restaurante Grimaldi que presuntamente se nutrieron de la comida en mal estado.

 

El Puerta del Mar sigue recibiendo más casos debido a la alarma generada. Rabadán explicó ayer ante los medios que buena parte de los damnificados de Puerto Real, San Fernando y Chiclana se acercaron al hospital de la capital por precaución. El jefe de Servicios de Salud recuerda que las molestias pueden sucederse entre seis y siete días en las personas contagiadas. Un familiar de uno de los enfermos relata a este diario que su allegado evoluciona favorablemente tras entrar en el hospital el pasado lunes por haber ingerido un bocadillo de tortilla el sábado al mediodía en el restaurante Grimaldi. Los primeros síntomas en la madrugada del sábado al domingo le hicieron requerir de los servicios médicos. Ante el empeoramiento del estado de salud, regresó el lunes para finalmente ser ingresado. Un camino de ida y vuelta al centro hospitalario que repitieron entre ayer y el domingo varios de los enfermados.

 

El restaurante Grimaldi fue clausurado por el SAS en la mañana del lunes. Rabadán asegura que los primeros avisos se registraron en la madrugada del domingo, una vez pasó el periodo de incubación en los damnificados. “Inspeccionamos el domingo sobre la marcha, esperamos a que estuviera en pleno funcionamiento el bar. A las 9 de la mañana no hay nadie y no sabes cómo funciona”, recalca. Para Rabadán, la prioridad fue  observar qué comportamiento se seguía a la hora de trabajar con los alimentos. “En estos casos, nos interesa ver cómo funcionan y cómo manipulan los alimentos. Los técnicos aparecieron justo en plena movida. No quedaba ningún resto de alimento, no quedaba nada, se había tirado todo. Pero continuaron los casos y ante la duda cerramos. Si no está controlado todo, no se puede permitir el lujo de dejar eso abierto”, advierte Rabadán.

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