Andalucía

Los trasvases vuelven a contar como una alternativa ante la falta de agua en Andalucía

Imagen aérea del embalse de Alqueva en la comarca del Alentejo en Portugal.

Imagen aérea del embalse de Alqueva en la comarca del Alentejo en Portugal.

La comparecencia del presidente de la Junta, Juanma Moreno, antes de la reunión del Comité de Expertos contra la sequía sirvió, además de poner el acento en lo dramático de la situación que se vive en Andalucía y se prevé que continúe al menos durante las próximas semanas y advertir de sus consecuencias para el suministro y el abastecimiento, para poner encima de la mesa el tema de los trasvases. El recuerdo al revuelo nacional que se originó con al del Ebro con manifestaciones a favor y en contra del mismo y con la reivindicación de un Plan Hidrológico Nacional, los envíos de agua de donde sobra a donde no llega, regresan a la casilla de salida.

Se trata, ante los plazos más amplios a la hora de levantar obras que pongan remedio a la falta de recursos hídricos, de arbitrar medidas que empiecen a dejar entrever una salida más inmediata a unas carencias que pueden comenzar a exigir su peaje tan pronto como este mismo verano. La propuesta de Moreno ante el problema “estructural” de sequía que padece Andalucía, pedía que se puedan llevar a cabo trasvases de agua de cuencas entre provincias, regiones e incluso países, como puede ser el caso de Portugal. Se refería a la presa del Alqueva que ha surgido como la alternativa más sólida a paliar la falta de agua en buena parte de la comunidad.

Se trata del mayor embalse de Europa Occidental. Para encontrar uno mayor, hay que irse a Ucrania o Rusia. Durante más de medio siglo, su construcción estuvo paralizada. Su entrada en servicio, además de para producir la energía eléctrica que precisaría una ciudad de 180.000 habitantes (casi 400 megavatios), ha servido para poner en regadíos más de 110.000 hectáreas en la comarca del Alentejo portugués. Tiene una extensión de 250 kilómetros cuadrados, de los que 33 se encuentran en la provincia de Badajoz. Su capacidad máxima de almacenamiento, es de 4.150 hectómetros cúbicos, es decir, la misma cantidad que consume Lisboa en 40 años o más de la mitad de los 49 embalses que conforman la cuenca del Guadalquivir. En la actualidad, el nivel de agua embalsada supera el 70%, con lo que tiene recursos suficientes y superiores a todos los que en la actualidad tienen más que todos los que se encuentran en Andalucía.

La posibilidad de recurrir al agua almacenada en Alqueva, se planteó hace unos días en una reunión en la que estuvo presente la consejera de Agua de la Junta, Carmen Crespo, con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. Al término de la misma, la primera aseguró que esa opción tenía visos más que fundados de convertirse en una realidad y que las negociaciones entre los dos países estaban “bien encaminadas”.

Acto seguido, esta posibilidad se trasladó a los representantes agrícolas de la provincia de Huelva, los que más han insistido en llevarla a cabo. Se trataría de revisar el denominado convenio de Albufeira, para establecer esa cesión extraordinaria de derechos de agua, algo que se considera “factible y viable” siempre que se cuente con la voluntad política de llevarla a efecto y para ello el primer paso es el nombramiento del nuevo gobierno portugués.

El agua procedente de la presa portuguesa se inyectaría en la alimentación de los bombeos del Bocachanza en la provincia de Huelva y poder asegurar los 75 hectómetros cúbicos procedentes del Guadiana (que alimenta al pantano portugués) recogidos en el Plan Hidrológico antes del 15 de abril. El aprovechamiento del agua de los ríos transfronterizos es una de las materias más reguladas en las relaciones entre Portugal y España. Según el acuerdo entre ambos países, la gestión del río Guadiana corresponde a Portugal, excluida de esta competencia lusa el río Chanza. A finales de los años 70 se construyó en la intersección entre ambos ríos el bombeo del Bocachanza, pensado inicialmente para garantizar el agua al embalse del Piedras y desde entonces ha venido funcionando como un seguro para las épocas de sequía y salvó a Huelva de las restricciones de los años 90.

Por el momento, representantes del Ministerio y de las organizaciones agrarias onubenses también acordaban la semana pasada crear un grupo de trabajo conjunto para analizar y dar respuesta a los problemas con las infraestructuras hidráulicas pendientes en la provincia de Huelva con el objetivo de poder consolidar todos los usos del sistema. Se trata de conseguir salvar la cosecha de este mismo año, ya que los productores de frutos rojos se enfrentan a importantes restricciones de riego por primera vez. De hecho, medios portugueses han asegurado que incluso se ha planteado un precio por metro cúbico de cinco céntimos que estarían dispuestos a abonar los regantes onubenses.

En este sentido, el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, sostenía que “Andalucía viene reclamando trasvases desde hace años al Gobierno”, al tiempo que mencionaba la posibilidad de recibir agua de Portugal, de la presa del Alqueva, pensando en la provincia de Huelva, a lo que ha sumado una demanda similar para la provincia de Almería.

Pese a ello, en el país vecino, al reacción de los agricultores lusos recuerda bastante a la que tuvieron los productores aragoneses con el trasvase del Ebro, cuando se manifestaron en contra de la cesión de agua de un río que discurría cercano a sus parcelas y que no podían utilizar, pero sí enviarla para garantizar la superficie invernada en Almería hasta un nivel de 90 hectómetros cúbicos. Y es que a lo largo de este año desde la presa de Alqueva también se han producido trasvases hasta otros embalses dentro del propio Portugal, en concreto a zonas de Beja, Évora y Setúbal, por lo que no parece que se pongan facilidades al envío de recursos a los agricultores españoles.

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