De las plantaciones de algodón de la América profunda, de la necesidad de libertad de los esclavos a lo largo y ancho del río Misisipí, nace un estilo musical del que beben todos los demás: el blues. Aunque casi todos sus hijos (pop, rock, rythm and blues, funk, hip-hop...) gozan de buena salud comercial, el blues no cuenta en España con tanto apoyo de la industria musical, por lo que requiere de personas abnegadas que mantengan y difundan el legado de B. B. King, John Lee Hooker o Muddy Waters.

En esa línea de amor incondicional, la Casa del Blues de Sevilla, fundada en 2010, ha organizado el II Festival Potaje & Blues, que se celebrará mañana sábado a partir de las 12:00 en el campo de fútbol de Las Pajanosas (Guillena) con una actuación muy especial: el esperado regreso de Caledonia Blues Band en el 25 aniversario de su creación oficial y después de 16 años de ausencia de los escenarios. Sólo cinco euros por ver a la mítica banda sevillana, única agrupación española que ha podido tocar en el Club Buddy Guy's Legend de Chicago.

"Ha pasado mucho tiempo desde que tocábamos en la taberna Pilatos con el público lleno de guiris. Al principio hacíamos temas instrumentales pero, posteriormente, yo escribía las canciones y Michael Lindner las traducía". Así rememora el guitarrista Lolo Ortega, reputado bluesman del panorama nacional, los inicios de la banda.

Eran seis jinetes del blues que cabalgaron durante 10 años por los escenarios de España y del mundo gracias a la química y al talento del propio Ortega, el bajista Francisco Martínez, el guitarrista Juan Arias, Juan Ramón Borreguero Rama (batería), el americano Lindner (voz) y el veterano armonicista Mingo Balaguer, quien analiza el éxito de aquellos años: "Nacimos y crecimos en el momento apropiado y nuestra música se expandió rápidamente. Cuando fuimos a Chicago, no dormimos en una semana viendo a tocar a los más grandes". Muy vinculado siempre a Mairena del Aljarafe, donde vive desde hace 20 años, Balaguer es uno de los mejores virtuosos de la armónica en el concierto internacional y ha representado a España en el European Blues Challenge, que se ha celebrado recientemente en Alemania. "Ensayando para este concierto nos ha entrado el gusanillo otra vez", admite Balaguer, en consonancia con el pensamiento de Lolo Ortega, que expresa "el buen rollo que ha habido en los ensayos sin haberlo buscado". El polifacético guitarrista sevillano, que colaboró con Kiko Veneno en la elaboración del disco Échate un cantecito, tiene claro que ahora el grupo "está más maduro". "Antes era más agresivo tocando y ahora tengo más temple. Nos gustamos haciendo lo que hacemos", concluyó. El reencuentro de los talentosos músicos puede dar un fruto impagable para el buen aficionado al blues: la actuación de mañana a las 1:00 se grabará y se tratará de editar un disco en directo con sus canciones de siempre (Caledonia, Blues for the mother, Why I sing the blues...) que conmemore por todo lo alto los 25 años que cumple la banda en 2012.

Por el precio de cinco euros, los amantes del slide y del vibrato podrán pasar el día ensalzando distintas representaciones de la tristeza o melancolía, que es el significado primigenio del blues, en un recinto previsto para unas 2.000 personas y con un acompañamiento muy especial: los 50 kilos de garbanzos utilizados por el equipo de cocina del Bar Casa Miquete para preparar el macropotaje que da título al Festival y que se podrá degustar a partir de las 14:00 horas. Una hora más tarde, comenzará el maratón de blues con la actuación de Txus Blues & José Bluefingers, que interpretan temas en castellano "con mucha guasa", según el presidente de la Casa del Blues, Cristóbal Moreno.

A las 17:00, los dedos de Pepe Delgado comenzarán a acariciar su guitarra eléctrica, acompañado por su banda, La Reunión del Blues, para disfrute de los espectadores que se den cita en Las Pajanosas. El Festival continuará con una jam session (piezas de improvisación musical), en la que los alumnos de los talleres que imparte La Casa del Blues de Sevilla en El Café del Cine (Tomares) desplegarán todo el conocimiento adquirido en las clases. "Hay gente que se va a subir por primera vez a un escenario", confiesa Moreno. Un examen final en toda regla. El Progresa Adecuadamente se lo darán (o no) sus profesores: Lolo Ortega, Pepe Delgado, Stefano di Rubbo (batería), Ito Soto (armonicista) y Bob Grove (voz).

A las 21:00, Andabluses, cuyo teclista es Álvaro Gandul, natural de Alcalá de Guadaíra, reivindicará la obra de B. B. King. Y, como aperitivo de ese plato fuerte llamado Caledonia Blues Band, el madrileño Edu Manazas se complementará a la perfección con Whiskey Tren a las 23:00para convencer a todos de que es un bluesman negro a pesar de su piel blanca.

La casa Fender colocará un expositor en el que dará talleres gratuitos de cambio de cuerdas y ajuste de instrumentos y, entre todos los asistentes, se sorteará una guitarra eléctrica.

El Festival Potaje & Blues, en el que también colaboran Casa Rufino y Hotel JM Jardín de la Reina, contará con una carpa con microclima para combatir el calor y con bebidas a precios populares. Además, la organización ha dispuesto la salida de autobuses gratuitos a las 11:00 horas desde Puerta Triana. La digestión será lenta, pero no habrá empacho de buena música.