Cómics

Mi amigo, el fantasma

  • Entre botes de suavizante y detergente, la protagonista de esta historia vivirá una experiencia increíble

Ilustración de portada.

Ilustración de portada.

Marjorie Glatt es una chica tímida, bastante retraída, que carga con una invisible mochila llena del dolor provocado por el fallecimiento de su madre. En las calles de su pueblo, en el instituto, es como un alma en pena, un espectro que nadie mira, pasando desapercibida e ignorada por todos.

El único que parece interesarse por Marj es Saubertuck, el millonario del lugar. Un tipo tan estrafalario como ladino, ya que tiene un proyecto en mente. Transformar el negocio familiar que regenta la muchacha, una lavandería, en un spa.

Este argumento, hasta ahora, he de confesar que, pese a tener ciertos focos de interés, me resultaba ya bastante familiar. Pero hete aquí que, su autora, la norteamericana, Brenna Thummler, le da una original vuelta a su propuesta presentándonos a un personaje que va a tener un papel muy especial en la trama.

Su nombre es Wendell. Y es un fantasma.

Pero no penséis en él como un aterrador espectro, un muerto que viene del más allá para aterrorizar a los vivos.

Todo lo contrario. Wendell se manifiesta como la representación más clásica del fantasma, con una sábana (que curiosamente se irá ensuciando más y más a lo largo del relato) y pese a las estrictas ordenanzas del país de los muertos, él consigue escaparse y llegar a nuestra realidad.

¿Y adivináis dónde terminará?

Pues sí, entre otras sábanas, enormes lavadoras, ropa de todo tipo. En la lavandería de los Glatt.

Mientras tanto, la presión está a punto de poder con Marj, que tiene que soportar sobre sus espaldas a un padre sumido en una depresión, a las chanzas de algunas de sus compañeras de clase y a las malas artes de Saubertuck, que va a hacer todo lo posible para sabotear el negocio.

Nos encontramos ante un relato situado en el género denominado realismo mágico, donde lo increíble puede suceder, y sucede. La autora mezcla con ingenio la vida gris y cotidiana de la protagonista con las torpes andanzas de un inexperto fantasma, sin saber ellos que tarde o temprano se encontrarán.

Con momentos tristes, sobre todo en todo lo referente al hecho del fallecimiento de la madre y el trauma que aqueja a la protagonista. Pero muy bien equilibrados con todo lo referente a la increíble torpeza del supuesto millonario, que se convierte en el contrapunto humorístico del cómic.

En el terreno gráfico, la autora sorprende por su increíble habilidad a la hora de sumergirnos en los diferentes ambientes, su manejo del color. Ya sea ese 'otro mundo' tan curioso, o la propia lavandería. Casi, casi se puede oler el suavizante.

Una lectura ésta realmente agradable, en la que se demuestra que las casualidades existen, y que alguien venido del más allá puede convertirse en ese motor que vuelva a hacer que la ilusión y la fuerza por continuar regresen a las vidas de algunos de los protagonistas.

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