CONSUMO

Este es el sector que está en el punto de mira de las inspecciones de consumo

Una clienta muestra una pieza de joyería

Una clienta muestra una pieza de joyería

'Cae una trama que falsificaba miles de joyas de conocidas marcas', o 'víctima alerta sobre estafa con venta de oro falso'. Titulares de esta índole aparecen recurrentemente en los medios. Ropa, calzado, dispositivos electrónicos y productos de higiene, cosméticos, cuidado personal o perfumería centran a menudo el objetivo de clonaciones milagrosas que atraen la atención de los consumidores bajo el gancho de unos precios más que atractivos. También el mundo de los accesorios.

Casi la mitad de los jóvenes reconoce adquirir al menos una falsificación al último año. Y desde la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía se sigue trabajando para intentar ponerle freno. A lo largo del año organiza diferentes campañas inspectoras y en este arranque de 2024 este es el sector que está en su punto de mira. 

Hablamos de las joyerías o establecimientos que comercializan objetos con metales preciosos

Hablamos de las joyerías o establecimientos que comercializan objetos con metales preciosos. Se espera que desde el pasado 15 de enero hasta el próximo 1 de marzo, algo menos de media centena de estos negocios en Andalucía reciban la visita de diferentes técnicos para controlar que cumplen con la normativa vigente y no están ofreciendo gato por liebre a sus clientes.

Según se apunta desde la Consejería de Salud y Consumo lo que se busca especialmente es "verificar que no se comercializan productos con metales preciosos de forma irregular por incumplimientos en los contrastes de origen y garantía, para garantizar una protección eficaz de las personas consumidoras"

Cómo controlar que una joya es verdadera

Porque cualquier establecimiento que tenga a disposición del cliente accesorios en forma de joyas debe cumplir con unos requisitos de fiabilidad y garantía. No nos referimos ya a los tradicionales lugares de top manta en los que el cliente conoce sobradamente de que adquiere piezas que no son auténticas, sino en establecimiento regulados que deben exhibir correctamente los precios de los productos comercializados, tener bien separados los objetos de metales preciosos de los de baja aleación, los bañados o los chapados, para que no exista confusión alguna, o indicar claramente las leyes oficiales establecidas para el oro y platino, por ejemplo.

También se vigila en estas inspecciones que se utilicen las identificaciones correctas, que no se utilicen denominaciones como oro alemán, plata inglesa, similor o similares y que los contrastes, tanto de origen como de garantía, estén dispuestos en el tamaño y forma deseados para no exponerse a posibles sanciones. Amonestaciones o multas y, en caso necesario, el cierre del establecimiento.

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