Barcelona, Real Madrid y los cuatro últimos retos de la 'liga de dos'

Doce puntos en juego, jugadores olvidados convertidos en salvadores, rotaciones, lesionados y el Mundial de Sudáfrica a la vuelta de la esquina: el Barcelona y el Real Madrid afrontan una recta final de infarto en su particular liga de dos.

Las victorias del sábado de los catalanes por 3-1 contra el Xerez y del conjunto de la capital española por 2-1 sobre el Zaragoza potenciaron la incertidumbre sobre el desenlace de la historia. El Barcelona aún supera por un punto al Real Madrid, pero afronta un calendario más arduo en las cuatro jornadas de liga restantes.

Ambos equipos hicieron alarde de su condición de favoritos durante la temporada y expusieron la distancia abismal que los separa del resto de los equipos españoles. "El Madrid no se rinde nunca", se lamentó José Aurelio Gay. Y la frase del entrenador del Zaragoza, desolado por la forma en que los blancos remontaron el partido, se aplica perfectamente a lo que está sucediendo en la Liga más desigual en años.

El Barcelona le lleva 25 puntos de diferencia al tercer clasificado Valencia, una distancia superior respecto a la del Mallorca, ubicado cuarto en la tabla, con el Tenerife, actualmente en zona de descenso (23 puntos). De no haber sido por la coincidencia de sus dos impecables campañas, tanto el Barcelona como el Real Madrid se podrían haber consagrado como campeones de Liga con muchas jornadas de anticipación.

El Barcelona deberá afrontar las complicadas visitas al Villarreal y Sevilla, mientras que recibirá en el Camp Nou al Tenerife y Valladolid, dos equipos que pelean por permanecer en la Primera División. El conjunto dirigido por Josep Guardiola posee, incluso, el desafío externo de la Liga de Campeones. El título continental aparece como el principal objetivo de la temporada debido a la jerarquía que supone y al hecho de disputar su final en el estadio Santiago Bernabéu.

Desde inicios de marzo y hasta los primeros diez días de mayo, el conjunto catalán habrá jugado 17 partidos. La seguidilla de encuentros ya provocó inevitables lesiones, cambios de sistema táctico y rotaciones en el equipo titular. La estrella y goleador Lionel Messi se transformó en una especie de amuleto táctico, y se repartió entre las posiciones de extremo, delantero centro y mediapunta a lo largo de toda la temporada. Guardiola, que desde hace semanas prescinde de Eric Abidal y Andrés Iniesta, precisamente debió cuidar a la estrella argentina durante gran parte del partido contra el Xerez y les brindó la oportunidad al olvidado Thierry Henry y al joven Jeffren Suárez. Y tanto el galo como el venezolano aprovecharon su oportunidad y se convirtieron en dos grandes protagonistas de la última victoria azulgrana.

El encuentro del próximo miércoles contra el Inter será el obstáculo más complicado de la temporada para los catalanes. El Barcelona deberá remontar la derrota por 3-1 de la ida de las semifinales de la Liga de Campeones ante un rival que acostumbra a esperar y lastimar de contra. "Venimos de ganar seis títulos, por lo que da la sensación de que si no ganamos el doblete no hemos hecho nada. Pero llegar nuevamente a una final de la Champions no es poca cosa ni mucho menos", aclaró Guardiola. El mismo entrenador culé aclaró que en la próxima semana "se definirán los dos títulos" y que para los jugadores resulta inevitable pensar en la Liga de Campeones durante algunos partidos de la liga.

Por su parte, el Real Madrid encuentra en el campeonato local su última baza para salvar el ostentoso proyecto del presidente Florentino Pérez. Los 250 millones de euros invertidos en fichajes y las llegadas de nombres como Cristiano Ronaldo, Kakà y Karim Benzema llevaban implícita una lucha por títulos en varios flancos. Pero el Real Madrid de Pellegrini frustró sus sueños coperos ante el modesto Alcorcón y el Lyon francés y redujo sus esperanzas de gloria a la liga española.

Sus números son abismales: máximo goleador del campeonato (89 tantos) y una cosecha de 16 victorias en 17 partidos disputados en el Bernabéu. Las dos derrotas contra el Barcelona representaron la mancha en la campaña doméstica del conjunto de Pellegrini, aunque las posibilidades de título son enormes. El Real Madrid recibirá al Osasuna y al Athletic de Bilbao y visitará al Mallorca y al Málaga en las últimas cuatro jornadas.

Al igual que le sucediera al Barcelona en su último partido, el Real Madrid recurrió a dos hombres que pasaron inadvertidos en los últimos meses para poder definir el triunfo contra el Zaragoza. Raúl, que perdió su lugar en el equipo y que posiblemente se mude de club al final de la temporada abrió el camino ante los aragoneses, mientras que Kaká, el galáctico en deuda con la afición merengue, volvió a la actividad después de un mes y medio y selló la victoria.

El brasileño fue objeto de dudas y críticas en la capital española, especialmente después de la eliminación en la Liga de Campeones contra el Lyon. Se puso en duda la veracidad de su constante pubalgia y se alegaba que el futbolista prefería cuidar su físico de cara al Mundial de Sudáfrica. "No me he borrado, que la afición no dude nada de eso. Hubo muchas críticas hacia mí y la mejor respuesta que podía dar era en el césped. Ha sido un día muy feliz para mí", contestó el suramericano en rueda de prensa. El ex jugador del Milan recuperará la plaza que dejó vacante el holandés Rafael van der Vaart, olvidado para el resto de la temporada por un desgarro en el muslo.

El Real Madrid llega físicamente mejor parado que el Barcelona a la etapa final de la liga. Posee mayor tiempo de preparación para los partidos y se mantiene al margen del desgaste supuesto por los viajes continentales. Sin embargo, el equipo dirigido por Guardiola alimentó su temple para las definiciones de campeonato durante la temporada pasada y cuenta con la chapa de mejor equipo del mundo. Aún quedan cuatro jornadas y el fútbol español persiste en la búsqueda de su dueño. Barcelona y Real Madrid afrontan sus últimos metros hacia el reinado de la liga de dos.