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Brasil: Menos 'jogo bonito' y más eficiencia

  • El pueblo brasileño echa en falta un equipo de grandes estrellas como los del pasado.

Con pocas estrellas y ninguna aspiración a brindar espectáculo, el Brasil del austero técnico Carlos Dunga ha renunciado al jogo bonito característico en favor de la eficiencia para buscar en el Mundial de Suráfrica el hexacampeonato que se le escapó a las superestrellas en la pasada edición de Alemania 2006.

El combinado brasileño de Dunga no es, como hace cuatro años, un grupo formado por la mayoría de los mejores jugadores del planeta, tampoco aspira a presentar innovaciones o estrategias de ataque con apodos llamativos como el dúo diabólico de Romario y Bebeto en 1994, la triple R de Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho en 2002 o el cuadrado mágico del fracaso del Mundial pasado.

Bajo el comando del ex capitán de la selección que se alzó con el tetracampeonato en Estados Unidos 1994, expresiones como "fútbol arte" y "talento individual" fueron reemplazadas por la consigna "disciplina y compromiso".

La nueva selección brasileña no llena los ojos de amantes del fútbol. Claro ejemplo es el ex astro alemán Franz Beckenbauer, quien el año pasado, durante la Copa Confederaciones disputada en Suráfrica, dejó en claro sus dudas frente al potencial de la nueva verdeamarela. "Brasil me parece algo flojo en el campo ofensivo. No es suficiente para ganar el Mundial", afirmó el Kaiser.

El estilo de bajo perfil de Dunga tampoco llega a encantar a los brasileños, que extrañan a las grandes estrellas y a los héroes, pero el entrenador ignora las críticas, y esgrime como argumento estadísticas más que convincentes.

Desde que asumió el mando de la selección más victoriosa del planeta, y pese a que no tenía ninguna experiencia previa como entrenador, el gran capitán ha acumulado un envidiable historial de 37 victorias en 53 partidos disputados, en los que sufrió solamente cinco derrotas.

Su porcentaje de triunfos llega al 76,7%, y es mejor incluso que el 76,4% logrado por Luiz Felipe Scolari, quien dirigió a Brasil a la conquista del pentacampeonato en la edición disputada en Corea y Japón en 2002. El promedio de goles del Brasil de Dunga supera los dos por partido, lo que parece disipar las dudas sobre el poderío ofensivo de la pentacampeona mundial.

A lo largo de los casi cuatro años de preparación, el entrenador conquistó los títulos de la Copa América de 2007 -con una contundente victoria por 3-0 en la final sobre la superfavorita Argentina- y el bicampeonato de la Copa Confederaciones en Suráfrica del año pasado -en una campaña que incluyó un triunfo por 3-0 sobre el actual campeón mundial, Italia-, además de terminar primero la disputa de las eliminatorias suramericanas.

Esos resultados fortalecieron la confianza del pueblo brasileño en la seleçao, aunque no llegaron a generar una ola de optimismo similar a la de hace cuatro años, cuando todos en el país del fútbol daban como segura la conquista del hexacampeonato.

Varios analistas, técnicos y ex jugadores de Brasil coinciden a día de hoy en que esta vez la verdeamarela no tendrá que enfrentarse los problemas que, a juicio de los expertos, causaron el desastre de 2006: la mala preparación y la autoconfianza excesiva.

Pero advierten que el de Suráfrica será quizás el Mundial con más candidatos fuertes a hacerse con el título: además de los de siempre -Alemania, Argentina, Brasil e Italia- llegan con fuerza España, Inglaterra e incluso Holanda.

La estrategia de bajo perfil de Dunga empezará a ser puesta a prueba el 15 de junio, cuando Brasil debute en el Mundial enfrentándose a la misteriosa selección de Corea del Norte. Luego, le tocarán otros dos partidos para definir la clasificación a octavos de final, contra Costa de Marfil y ante la Portugal del astro Cristiano Ronaldo, que será el más difícil desafío de la canarinha en la primera fase.

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