La lluvia y el barro fueron la combinación perfecta para el CAR Coanda, que se impuso al Cáceres por 63-5 en la gran fiesta de final de año del conjunto arlequinado, que logró su segundo triunfo arropado en San Pablo por su público.

Fue un partido serio del cuadro sevillano, que salió concentrado y consciente de lo que se jugaba ante un rival directo. Aunque en los primeros compases hubo errores de caída de balón, debido a las condiciones del campo, el CAR, sin prisas, consiguió enlazar buenos pases y la fuerte defensa, la buena gestión del maul, la melé y la touche se tradujeron en puntos: 24-0 al cierre del primer tiempo.

En la segunda parte, los jugadores del conjunto hispalense siguieron con su velocidad de crucero siempre proponiendo acciones a la mano y manteniendo unos niveles de posesión del oval que hacían imposible cualquier atisbo de reacción del Cáceres, que a pesar de las dificultades no le perdió la cara al partido como muestra su postrero ensayo.

Los colegiales dominaron la melé y touche y afianzaron una tendencia tan importante como esperanzadora para lo que resta de campeonato. El buen juego se contagió entre todos los jugadores manteniendo el nivel hasta el final. Los cambios aportaron estabilidad al conjunto sin bajar el rendimiento colectivo. Muestra de ello fueron los dos ensayos conseguidos por Selu tras entrar al campo.

La contundencia defensiva y los pocos errores de placajes hicieron que el el equipo sevillano se gustase en el campo, afianzando su confianza y saliendo todo el juego de equipo, para conseguir anular a los dos desequilibrantes jugadores oceánicos del equipo extremeño en su línea de tres cuartos.