Trofeo Carranza

Devaluado, pero séptimo Carranza

  • Los de Emery firman tablas ante el Cádiz tras ganar al Tetuán en un triangular que lo corona campeón. Medel y Perotti marcan y Rusescu genera ocasiones sin suerte.

El Sevilla levantó su séptimo Trofeo Carranza pese a firmar las tablas en su duelo ante el Cádiz tras derrotar por la mínima al modesto Mogreb Atlético Tetuán marroquí. De esta forma, el conjunto sevillista se coloca a un título de igualar al Atlético de Madrid y al propio Cádiz en el historial de un trofeo que vivió tiempos bastantes mejores que los actuales, con una acusada devaluación. 

El Sevilla derrotó al Tetuán en el primer choque. Los sevillistas, sin hacer nada del otro mundo, sellaron la victoria con un buen gol de Medel frente un equipo marroquí que disfrutó de un par de buenas ocasiones. El lateral Diogo Figueiras debutó con el Sevilla en un encuentro intenso, pero carente de acierto, desde el pitido inicial. El Mogreb Atlético Tetuán comenzó más entonado frente a un equipo blanco algo lento en la salida del balón, entorpecido por la asfixiante presión de los marroquíes, que parecían no querer desaprovechar su primera presencia en el Carranza. Los africanos merodearon los dominios de Javi Varas en los compases iniciales aunque sin llegar a inquietar a la defensa blanca.

El lateral portugués protagonizó las primeras acciones en ataque de los hispalenses. Un peligroso centro suyo (minuto 8) acabó en saque de esquina poco antes de que Rusescu rematara desviado un nuevo servicio del luso desde la  derecha. El equipo de Tetuán empezó a perder orden en la presión y en el pase y el Sevilla se fue adueñando del balón con el paso de los minutos. Rusescu, presente en  casi todas las acciones ofensivas, realizó el primer disparo a puerta del encuentro rechazado con acierto a córner por el meta africano.

El ecuador del partido llegó con un arreón sevillista que no encontró premio. Primero Cotán -en el 22- y después Rusescu -en el 24- vieron cerca el gol, pero el disparo del canterano dentro del área rebotó en un defensa y el cabezazo del rumano se perdió junto a un poste. El rumano tuvo buenos movimientos, pero poca fortuna.

El duelo decayó hasta que, pasada la media hora, Medel abrió la lata. El chileno, atento, estuvo más listo que su rival, al que presionó con intensidad para robarle el balón cerca de la frontal del área del conjunto marroquí. Desde esa zona, Medel se inventó un derechazo raso que se coló como una exhalación en la portería del cuadro marroquí con el guardameta fuera de sitio y enfadado con su compañero por la pérdida de la pelota. Con menos de un cuarto de hora por delante, los africanos trataron de al menos lograr un empate que no llegó. Los de Emery trataron de conservar la posesión del balón y buscar alguna contra con la que rematar la faena. Al borde del final, Rusescu mereció el gol en una jugada individual que terminó con una rosca que lamió la escuadra.

El segundo choque era el más esperado por los espectadores presentes en el Carranza. El Sevilla pasó apuros en los primeros compases, pero la figura de Julián, relevo de Javi Varas, sobresalió para salvar los muebles.

Pronto Perotti sacó a relucir su calidad en el lanzamiento de una falta directa. Donde puso el ojo puso el balón, que entró por toda la escuadra y puso el 0-1 en un claro ejemplo de que más allá de la justicia lo que valen en el fútbol son los goles. El tanto asentó sobre el césped a los pupilos de Emery frente a un Cádiz empeñado en darle motivos a la afición para que este año crea en su equipo.

Kondogbia hizo su aparición con unos minutos que aprovechó para dejar claro su poderío físico, al tiempo que Rusescu seguía sin acertar en alguna de las oportunidades que lograba generar gracias a sus movimientos. Pero el Cádiz no se resignó y no paró de buscar el gol. Lo encontró en el minuto 32 obra de Juan Villar, que aprovechó, dentro del área, un rechace de Julián a un anterior disparo de Kike López, que había recibido un excelente servicio de Perico.

El Sevilla bajó el pistón -notó la marcha a los vestuarios de Medel y Perotti- y las ganas de los locales dieron interés a la recta final de un encuentro condenado al empate. Kike López lo intentó con una vaselina que acabó en las manos de Julián. Más clara fue la ocasión en el 43 en una gran jugada de Perico que no acabó en gol de milagro. Los penaltis sí dieron el triunfo parcial a un Sevilla que no tuvo que esperar al resultado del Cádiz-Tetuán, ya que la organización dio validez a la tanda de penaltis antes antes que a la diferencia de goles. Los anfitriones, encima, perdieron ante los marroquíes (0-1).

El Sevilla levantaba así un nuevo Carranza con sensaciones ambiguas, pero con la certeza de poseer muchos recursos de cara a la nueva temporada.

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