Con el español Rafael Nadal fuera de competición por lesión, el suizo Roger Federer afronta el torneo de Wimbledon, que arranca este lunes, con el objetivo de recuperar su lugar en el tenis, el mismo que empezó a perder hace casi un año en el mismo escenario.

Si gana su sexto título en Wimbledon, Federer no sólo volverá a inscribir su nombre en el palmarés de ganadores en el All England Club, después del paréntesis que supuso su dolorosa derrota ante Nadal en 2008, sino que también recuperará el número uno del mundo. "Es decepcionante para mí, porque me encanta jugar contra él", dijo Federer tras el anuncio de renuncia de Nadal, ante el que jugó las tres últimas finales del tradicional torneo londinense sobre hierba.

Para Nadal, decir no a Wimbledon fue "una de las decisiones más difíciles" de su carrera. Sin embargo, sus rodillas, que a menudo lleva sujetas por unos fuertes vendajes, dijeron basta después de años de esfuerzos. Según medios españoles, el español es con diferencia el jugador que más kilómetros corre sobre la cancha: en los últimos cuatro años y medio jugó 387 partidos de individuales, más que ningún otro. "Es duro de aceptar. Tal vez cometí algunos errores en mi calendario. Lo voy a analizar y aprenderé para la próxima vez. Ahora tengo tiempo para recomponerme, es lo que intentaré", advirtió el español.

Nadal cimentó su asalto al número uno en su golpe en Wimbledon hace un año. El español hizo lo que parecía imposible en un partido épico, considerado por muchos el mejor de la historia: venció a Federer sobre la hierba londinense. Apenas unas semanas después, arrebató el número uno al suizo, que se había mantenido en lo alto del ranking más de cuatro años.

Después de su histórica victoria en Roland Garros, el último grande que faltaba en su palmarés, Federer, de 27 años, tiene ahora la oportunidad de recuperar todos los galones, que parecían muy lejanos en enero cuando perdió en otra gran batalla la final del Abierto de Australia ante Nadal. "No siento una presión especial por ganar aquí. En París era algo diferente", dijo sin embargo Federer, que debutará mañana en el torneo, dotado con 14,7 millones de euros (20,5 millones de dólares), frente al taiwanés Yen-Hsun Lu. "Estoy lejos de subestimar a mis rivales sólo porque Rafa ya no esté aquí", advirtió el suizo, que si gana en Wimbledon sumará además su Grand Slam número 15 y superará el récord histórico que comparte con el estadounidense Pete Sampras.

Su rival más peligroso podría ser el británico Andy Murray. "Es un jugador muy dotado y sobre césped es un táctico muy astuto", lo elogió Federer. Murray aspira a ser el primer británico en alzarse con el título desde que lo hiciera por última vez Fred Perry en 1936. "No me interesa si soy favorito o no", aseguró el jugador de 22 años, que no se encontraría con el número dos del mundo hasta la final. Su principal rival en su parte del cuadro será el argentino Juan Martín del Potro, quinto jugador mundial, que fue designado para ocupar el lugar de Nadal y debutará ante el francés Arnaud Clement.

Pese a que la rusa Dinara Safina sigue siendo la número uno, en Wimbledon las hermanas Serena y Venus Williams son, junto a la rusa Maria Sharapova, las grandes atracciones del torneo femenino. Después de una larga temporada lesionada, la rusa, campeona en 2004, arranca su participación sin ser cabeza de serie ante la ucraniana Viktoria Kutuzova. "Estar aquí ya es un logro en sí mismo, si miro dónde estaba hace diez meses", advirtió. Las Williams esperan protagonizar una cuarta final entre hermanas. "Será una carrera codo con codo", profetizó Serena, actual campeona, que debutará mañana ante la portuguesa Neuza Silva en la pista central tras Federer.

La pista central será precisamente otro de los protagonistas de la nueva edición de Wimbledon, ya que por primera vez tendrá un techo retráctil e iluminación que permitirán jugar aunque llueva o se acabe la luz del día.