Periodistas de todo el mundo han tenido la oportunidad de conocer de primerísima mano la esencia que esconde un derbi tan particular como global. Tan local como internacional. La expansión de una marca tan potente como la del derbi sevillano, que con la idiosincrasia de una ciudad tan arraigada a lo propio, abre las puertas para que el mundo se empape de un día y una semana que paraliza una población y divide a sus miles de habitantes. Pero que, cada vez más, suma fieles de todos los rincones del mundo que tendrán subrayado en rojo el día del "derbi sevillano".

Con Monchi a la cabeza recibió el Sevilla a la delegación en el Sánchez-Pizjuán, y antes que nada quiso recordar que el suelo que estaban pisando había sido la casa de Diego Armando Maradona. Historia del Sevilla, como historia son los títulos que lo colocan como el tercer club más laureado del país, con las seis UEFA, o Europa League, que todo el mundo quiso fotografiar porque sólo lo verían allí. La joya de la corona.

Del Nido Carrasco con los periodistas en el césped del Sánchez-Pizjuán.

Tras comprobar los presentes que el vestuario sevillista lo presiden Antonio Puerta, J. A. Reyes y el Jesús Cautivo de Santa Genoveva, el césped del Ramón Sánchez-Pizjuán y unas camisetas personalizadas para el recuerdo esperaban a los protagonistas del día. Desde allí el vicepresidente de la entidad, José María del Nido Carrasco, condujo a los asistentes para explicar el modelo de negocio que tanta gloria, y plata, ha traído al club, y el plan estratégico con el que se quiere seguir creciendo. Y con la presura que se marchó el vicepresidente al entrenamiento de su equipo en la carretera de Utrera, los asistentes cambiaron de bando, camino de Heliópolis. La agenda del derbi. 

En Heliópolis

En la Ciudad Deportiva Luis del Sol, donde los chavales de la cantera bética entrenaban en sus anexos, en el campo principal se cocinaba un derbi. Allí se podía ver que la cara es el espejo del alma, y que el ambiente de los jugadores verdiblancos es el máximo reflejo de la situación deportiva por la que atraviesa el equipo. Uno de los culpables, Antonio Cordón, estuvo explicando cómo ha cambiado la entidad desde su llegada al club, y la importancia de la simbiosis de todos los organismos que participan. "Yo pretendo que el chofer del Betis sea el mejor chofer del mundo".

Tampoco faltó en el menú la rueda de prensa de Pellegrini, el máximo exponente y responsable de los éxitos deportivos del Real Betis. Ni la cercanía de Julio Jiménez, director de comunicación, que junto a Rafael Muela presentaron el proyecto forever green, que este último dirige, uno más de los tantos que está desarrollando una entidad que no para de crecer. 14 proyectos nacionales y 21 internacionales. Y si en una acera de la ciudad se presumía del tercer mejor palmares nacional, en el otro lado se remarcaba la grandeza del cuarto club más seguido en toda España. Una afición seña de identidad, una afición que es dueña de su propio club, y una afición que hace pocos meses llenó los dos estadios más grandes de la ciudad para sufrir y celebrar con el sueño del tricampeón de la Copa del Rey. El día que en palabras de Cordón "el gigante dormido despertó".

El vestuario del Real Betis fue uno de los atractivos para los periodistas internacionales.

Y en la parroquia de la afición bética, el Benito Villamarín, finalizaba la mañana para periodistas de todo el mundo. Terminaba donde a las nueve de la noche del domingo todo empieza, en el césped, con los 90 minutos que le dan sentido a todos los complementarios. El partido que paraliza a una ciudad y que el resto del mundo observará el color del que vestirá.