Después de un verano en el que la ilusión -euforia casi- ha sido el compañero de viaje del nuevo Sevilla pese a dos sonadas ventas como las de Jesús Navas y Negredo que en circunstancias normales harían a la afición dar la espalda a los dirigentes, en el que la figura de Monchi ha recuperado con dos golpes de gestión y sin empezar a rodar el balón el crédito perdido en los tres últimos años... el Sevilla se pone en movimiento en un litigio europeo en el que tropezar sería una catástrofe de dimensiones supinas.

Ni pasa por la imaginación de los actores que un desconocido rival, neófito en lides continentales encima, complique la clasificación a los de Unai Emery. Será un primer paso de los dos que debe dar el Sevilla para llegar a lo que de verdad sabe a Europa, la fase de grupos.

Y llegar a ella es lo mínimo que se le exige a una plantilla (bueno, en este caso el 50%) que la campaña pasada no lo mereció en cuestiones clasificatorias, aunque las normas de la UEFA, que también dicen que no pagar es hacer trampas, dan de pleno derecho al Sevilla como equipo de la Europa League pese a la novena posición alcanzada. Por eso, una vez que esta particular repesca ha puesto a los blancos en este camino, la respuesta no puede ser otra que dejar la eliminatoria resuelta a las primeras de cambio, es decir esta noche al calor de su ilusionada parroquia y si puede ser en la primera parte, mejor que en la segunda.

El Mladost Podgorica es un completo desconocido que no debe tener la mínima opción ante jugadores contrastados como los que tiene a su disposición Emery pese a las bajas. Aunque Kevin Gameiro no iba a ser titular por delante de otros con sólo un par de entrenamientos con el grupo, la ausencia del francés por lesión es uno de los atractivos de los que serán privados los sevillistas que estrenen su abono esta noche en Nervión. Pero la bajada de precios pese a la polémica que generó en su día todo lo relacionado con los matices de una reestructuración de tarifas (carné infantil, etcétera) bien que compensa este momentáneo inconveniente. Sobre todo porque la ilusión es mucha y hay otros atractivos. Con Bacca, con Marko Marin, con Carriço, Vitolo... pocos se acuerdan ya de Jesús Navas y de Negredo. Y si se acuerdan no es suficiente frustración como para borrar la sonrisa de sus rostros.

Tampoco Medel y Kondogbia estarán en este primer y madrugador choque de la temporada y quién sabe si alguno de ellos en los siguientes. El chileno está sancionado y aún le quedarían dos partidos más que cumplir por el castigo que sufrió cuando fue expulsado ante el Hannover 96 hace dos años. El francés, aún sin incorporarse tras disputar hasta el rabo el Mundial sub 20 en el que resultó campeón, protagoniza el culebrón del momento con un futuro en el aire ante las jugosas ofertas que el grupo Doyen recibe y que el Sevilla niega.

Beto y Marko Marin, que habían estado entre algodones tras algunos contratiempos, van a estar presentes en el estreno. Sobre todo el portugués, por unas molestias, se había convertido en duda y había encendido las alarmas al retirarse de una sesión de entrenamiento. El alemán formará parte de esa legión de nuevos futbolistas que se presenta hoy ante su público. Se prevé además que Nico Pareja, Carriço y Bacca también debuten oficialmente hoy con el Sevilla.

Los nervionenses no están acostumbrados a competir tan pronto y el equipo montenegrino llega con la ventaja de tener unas semanas más de entrenamiento y de competición tras eliminar al Videoton húngaro y al FK Senica eslovaco. Pero la mayor calidad de los locales supera sobradamente esta circunstancia. La ilusión por iniciar con buen pie una temporada con muchos objetivos ambiciosos intactos sobre la base de la intensidad como apuntó ayer mismo Emery debe hacer el resto. Pero llega el momento en que esa ilusión debe pasar a ser algo más que buenos deseos y vibraciones.