El entrenador del Sevilla, Manolo Jiménez, reconoció después de que su equipo cayese eliminado en los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Fenerbahçe turco que "ha sido un palo muy fuerte" y también que "se está creando una psicosis a balón parado que cuesta demasiado".

"Nos han metido dos goles y no hemos sabido contrarrestarlo. Con el 2-0 nos ha faltado matar el partido", dijo el técnico sevillista, quien ha insistido en que su equipo "no sabe defender un resultado".

"El equipo invita a atacar y eso genera contragolpes del rival que acaban en córner o faltas laterales que hacen daño. Fuimos superiores en la posesión del balón en el primer tiempo y ellos, con 2-0, nos tiraron contragolpes y eso quizás nos ha hecho perder el partido", insistió.

"Tenemos que saber y reconocer los errores y puntos débiles, porque todos los rivales nos conocen y el mayor porcentaje de goles que recibimos lo saben los rivales y eso tiene difícil solución, pero eso no se entrena, ya que la estrategia de los rivales no se conocen. Es una realidad que a balón parado nos están haciendo mucho daño y eso se supera con concentración", argumentó el entrenador sevillano.

Jiménez, no obstante, destacó que debe felicitar a sus jugadores por las ganas que tiene y por formar "un equipo muy bueno que siempre sale a ganar".