El Sevilla Femenino estará en el bombo de semifinales de la Copa de la Reina. Una efectiva versión, quizás la más letal de las últimas semanas, permitió al equipo de Cristian Toro superar a un Madrid CFF que fue incapaz de superar a una inmensa Cata Coll, que mantuvo a su equipo bajo los palos. Ni siquiera desde el punto de penalti fueron capaces las madrileñas de ver puerta. Lo intentaron cuando las blanquirrojas vencían por la mínima, pero en esta ocasión, el larguero se convirtió en el mejor aliado de la guardameta sevillista, ya que Chikwelu estrelló el balón contra la madera superior.

El Sevilla se sobrepuso a los primeros minutos de presión local. Y lo hizo de la mejor forma posible, con un gol. Se adelantaron las de Cristian Toro después de que Maite Albarrán cazara, en el área chica, un rechace tras un córner. Era el minuto siete de un partido que se ponía favorable.

El tanto pesó en la escuadra local, a la que le costó reponerse. Sólo Estela parecía querer tirar del carro, y con un disparo que se marchó alto intentó espabilar a sus compañeras y mandar un aviso al Sevilla.

Fue tras el paso por vestuarios cuando las capitalinas tuvieron una mayor presencia en el campo rival. Y de hecho, cerca de la hora de partido, gozaron de una inmejorable ocasión para lograr la igualada. Cata Coll arrolló a Geyse en el área en una salida mal medida por la guardameta y la árbitro decretó penalti. Chikwelu tomó la responsabilidad de igualar el duelo, pero su lanzamiento se marchó al larguero. Mellado, unos minutos después, volvió a intentar sorprender a la guardameta sevillista, quien bajo palos se mostraba muy segura.

Con el segundo gol, las sevillistas mandarían a su rival a la lona. Por el propio tanto y por cómo se produjo. Robó la cartera y la pelota Karpova a la última defensa del Madrid en el centro del campo, la atacante rusa avanzó hasta plantarse delante de Poza y batirla con un sutil toque. Con su rival noqueado, las de Cristian Toro firmaron el tercer tanto en los últimos minutos del duelo. Isabella, con un testarazo, certificaba el pase a semifinales de un Sevilla crecido.