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Motor y proyecto de ídolo

  • Denis Suárez muestra sus credenciales para ser el cerebro que el Sevilla buscaba para el centro del campo Su timidez fuera del césped contrasta con su desparpajo sobre él

Apenas tres partidos de verano han bastado a Denis Suárez para convertirse en la gran esperanza del Sevilla para la temporada, que comenzará de forma oficial el próximo martes ante el Real Madrid en Cardiff con la disputa de la Supercopa de Europa. El gallego, con un fútbol eléctrico, ha sido el motor que engrana el centro del campo de los de Unai Emery.

Porque Denis ha demostrado no haber venido a hacer sólo turismo durante su cesión en la ciudad hispalense. Ha llegado para jugar al fútbol y hacerlo con letras mayúsculas. Con apenas 20 años, cumplidos a principios de 2014, el gallego demuestra ser esa clase jugador diferente que todo equipo necesita. Capaz de desatascar un partido, tal y como ocurrió el pasado viernes ante el Córdoba con su salida en la segunda mitad y de ser el centrocampista que canalice el juego, que otorgue la pausa cuando la necesita o incremente una marcha más cuando el partido lo necesita.

El Sevilla parece haber encontrado en él la pieza ansiada, el cerebro que requería Emery. En definitiva, el sustituto de Rakitic a ojos de aficionados y entendidos del fútbol. Sin embargo, él pasa de comparaciones con el croata. "No me veo como sustituto de Rakitic. Es un jugadorazo. No soy Rakitic. Soy diferente y vengo a ser yo. Trato de hacer mi fútbol, tener el balón y dar el máximo por el equipo", aseguró el gallego después del partido ante el Córdoba, que se siente mucho más cómodo cuando habla sobre el césped que cuando se enfrenta a los micrófonos de los periodistas.

Su gol en el partido homenaje a Antonio Puerta sólo sirvió para poner la guinda a un pastel que se había ido cocinando durante el rato que estuvo sobre el campo. Cualquier jugada de peligro nacía en sus botas, tal y como ocurrió en el envite ante el Fenerbahçe escasos días atrás. El gallego, jugando entre líneas, se convertía en un bisturí con sus pases. Dos de ellos se convirtieron en los tantos de Aleix Vidal y de Iago Aspas que dieron la victoria al Sevilla.

El gallego no pudo disputar todos los partidos de la pretemporada por una inoportuna lesión en la pierna izquierda que lo tuvo en el dique seco unas algo más de dos semanas, aunque regresó con fuerza al trabajo con sus compañeros y ya tiene suficientes galones en el vestuario como para ejercer de portavoz de cara a la final del martes de Cardiff: "Ojalá podamos traernos la Supercopa. Para la final no hace falta motivación. Sea contra el Madrid o contra el que sea, hay que dar el máximo. El Madrid tiene muy buenos jugadores. Nosotros trataremos de competir al máximo y aprovechar las ocasiones que tengamos".

La cesión durante dos temporadas del centrocampista gallego, acompañada de una opción de compra de nueve millones de euros que el club puede hacer efectiva en cualquiera de ellos, fue una más de las condiciones que pusieron los rectores sevillistas para dejar marchar a Rakitic al Barcelona. Y los pasos certeros que Denis da sobre el campo no hacen más que confirmar que éste fue un gran movimento. Tanto es así, que incluso en cierta manera ha trastocado los planes de los mandamases de Nervión, que ahora dudan si traer a un cerebro de renombre y contrastado para una posición en la que parecen haber encontrado al motor que necesitan, o apostar por el futbolista gallego y firmar a un jugador de un perfil algo más bajo pero que no corte su más que evidente proyección.

El chaval de Salceda de Caselas, municipio de Pontevedra, tiene un inmenso futuro por delante que los más entendidos en este deporte ven desde hace algunos años. No en vano, salió con destino al todopoderoso Manchester City en mayo de 2011 sin siquiera haber disputado un solo minuto con la primera plantilla del Celta, equipo cuyas categorías inferiores se crió. Durante dos años estuvo en las filas citizens hasta dar el paso al filial Barcelona, donde estuvo la pasada temporada con un excelso rendimiento: 7 goles y 10 asistencias en 36 partidos disputados con el segundo equipo culé.

Habitual de las categorías inferiores de la selección española, Denis se dio a conocer tras deslumbrar a todos con la sub 17, cuando en 2011 su currículum decía que era un juvenil de primer año, durante el Campeonato de Europa de la categoría celebrado en Bélgica al convertirse, junto al extremo del Barcelona Gerard Deulofeu, en los grandes referentes del combinado entrenado por Ginés Meléndez.

Por las botas de Denis pasará el fútbol del Sevilla, al menos, durante las dos próximas temporadas. El gallego está llamado a ser el futbolista que dé ese plus de clase y calidad en el centro del campo sevillista y quién sabe si inscribirá su nombre entre los más grandes que han pasado por el Pizjuán. Aptitudes para llegar donde se proponga tiene.

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