Mourinho: "El Barcelona tiene una obsesión: Madrid"
Liga de campeones
El técnico del Inter aprovecha para atacar a su rival donde más le duele y dice que los azulgranas no "tienen un sueño", sino "una obsesión, que se llama Madrid y Santiago Bernabéu".
José Mourinho nunca defrauda: en una calculadísima aparición pública, el portugués aprovechó para atacar al Barcelona donde más le duele y comenzar a jugar 24 horas antes de lo previsto la decisiva semifinal de la Liga de Campeones. "Ellos alcanzaron el sueño de ganar la final en Roma, en París", dijo el entrenador del Inter sobre el Barcelona. "Pero ahora no tienen un sueño, tienen una obsesión, que se llama Madrid y Santiago Bernabéu".
Mourinho, un lince de 47 años que durante cuatro años fue número dos del equipo catalán -al que agradeció públicamente-, conoce a la perfección la profunda rivalidad entre el Barcelona y el Real Madrid, y aprovechó la multitudinaria rueda de prensa previa a la semifinal para lanzar varias cargas de profundidad. Lo hizo a su estilo: frontal pero con humor, duro pero elegante, serio pero irónico. Si durante años fue conocido como el traductor de Bobby Robson a fines de los 90, probablemente desde ahora Barcelona lo recuerde definitivamente como un killer frente al micrófono. Un killer que atacó, paradójicamente, hablando de "sueños" y "pureza".
“Tenemos jugadores de más de 30 años con mucha experiencia y que pueden manejar la situación. Hay que perseguir el sueño, pero que no sea una obsesión. Sólo un sueño", dijo sobre su equipo. "Para el Barcelona no es un sueño, es una obsesión, y hay una diferencia entre un sueño y una obsesión. Un sueño es más puro que una obsesión, un sueño tiene que ver con el orgullo. Mis jugadores van a estar muy orgullosos de jugar la final, no importa dónde".
Mourinho se hizo el desentendido cuando se le mencionó la presencia de un guardaespaldas en la rueda de prensa, y se refirió al ambiente de expectativa en la ciudad. "¡Eh, que te puede pegar!", le dijo a un periodista. "El guardaespaldas es un buen tipo. No lo necesito. Yo voy al banco, no creo que nadie salte al campo. Este ambiente puede ser un problema para los hinchas del Inter, pero no para mí, que voy del hotel al autobús y al campo de juego".
Además de confirmar que el holandés Wesley Sneijder será de la partida, Mourinho dijo que su compatriota Luis Figo estará junto a él en el banquillo. Otrora ídolo del Barcelona, Figo es sinónimo de la mayor traición para los blaugranas desde que dejó el club para jugar en el Real Madrid. Hoy es representante internacional del Inter.
Feliz al ver el efecto que estaba causando en los periodistas locales, Mourinho profundizó en su teoría de la "obsesión". "La obsesión se ve y se siente. Yo estaba aquí en el 97 como traductor -fina ironía del portugués-, con la final de Copa del Rey en el Bernabeu entre el Betis y el Barcelona. Lo vi. Lo vi como traductor, pero lo vi".
"Estar con la bandera catalana en el Bernabeu fue un disfrute increíble. Se cantaba 'vamos a Madrid, todos a Madrid'. Es una obsesión, el antimadridismo no es un sueño, es una obsesión. Imagino una final de la Champions en Turín: ¡una obsesión para el Inter! Y no estoy criticando. Lo vi con una final de Copa del rey, imagínate ahora". Mourinho dijo esperar "un partido completamente distinto" al que perdió el 29 de noviembre por 2-0 en Barcelona, precisamente el resultado que los españoles necesitan para avanzar a la final tras la derrota de 3-1 en la ida. "Barcelona fantástico, Inter malísimo", fue su resumen entonces.
Thiago Motta, ex jugador del Barcelona y hoy en el Inter, había hecho de poli malo minutos antes al acusar a jugadores del Barcelona de "lanzarse a la piscina". Mourinho fue más sutil. "No me preocupa el arbitraje. Me preocupan los jugadores que ayudan al árbitro y los que le complican la vida al árbitro".
El portugués aseguró que Leo Messi -que no fue capaz de marcar en seis partidos ante equipos dirigidos por Mourinho- no será sometido a un operativo especial. El argentino anotó cuatro goles, el 6 de abril ante el Arsenal, en su último partido de Liga de Campeones en el Camp Nou. "Mi equipo juega en zona, no al hombre, por eso no puedo decir que ningún hombre mío haya hecho méritos marcando a Messi (anteriormente)", aseguró Mourinho, que para distender el ambiente apeló a algo poco común en él: la humildad. "Yo contra Messi pierdo 50-0 y no toco el balón".
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